La próxima puesta en marcha del parlamento regional, el inicio del proceso para sumar a Venezuela como miembro pleno e incluso la designación del ex vicepresidente argentino Carlos Álvarez al frente de la comisión política marcan el giro hacia el Mercosur político.
"Es un bloque que se constituye con voz propia en el mundo y donde las diferencias de tamaño de los países socios no influirán negativamente en el proceso de integración", definió Álvarez tras ser impuesto como nuevo titular de la Comisión de Representantes Permanentes del bloque al finalizar la cumbre regional número 29 este viernes en Montevideo.
Álvarez, designado portavoz al cierre de la cumbre junto al anfitrión, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez, destacó el momento excepcional que vive el bloque conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que con la iniciada incorporación de Venezuela permite construir una alianza de mayor fuerza en el mundo.
El propio Vázquez, quien entregó la presidencia temporal del Mercosur (Mercado Común del Sur) a su par argentino Néstor Kirchner, destacó la fortaleza política del bloque al poner como ejemplo la posición conjunta adoptada en la Cumbre de las Américas de noviembre en el balneario argentino de Mar del Plata contra el intento de acuerdo continental de libre comercio.
Esa actuación "indica que no estamos condenados a fragmentarnos ni, en el mejor de los casos, a soportarnos por ser vecinos. Unidos, hermanos, somos más y nos irá mejor y seguramente al mundo también", señaló el mandatario uruguayo.
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Una posición conjunta que se repetirá, según lo acordado, en la Sexta Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio, que comenzará el martes próximo en Hong Kong.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, fue el encargado de informar a sus pares de la región de las gestiones realizadas ante el mandatario estadounidense George W. Bush y el primer ministro británico Tony Blair para que el Norte industrializado "abra ventanas comerciales para los productos del Sur, como lo ha hecho el mundo en desarrollo".
"Nosotros no precisamos créditos sino mercados para colocar la producción de nuestra gente" remarco Vázquez al detallar las tratativas con vistas a Hong Kong hechas por Lula, quien es uno de los coordinadores del Grupo de los 20 países en desarrollo que luchan por la eliminación de los subsidios agrícolas en el Norte.
Pero el comienzo de la cumbre sirvió a Vázquez para despedirse de la presidencia temporal con críticas de fuste sobre la marcha del proceso de integración.
"Aquí en torno a esta mesa, hermanos latinoamericanos integrantes del Mercosur, puede haber acuerdos y desacuerdos, pero lo que no puede haber es falta de diálogo, o diálogo de sordos" y tampoco puede "haber indefiniciones, o definiciones a medias, o definiciones por debajo de la mesa o definiciones lejos de esta mesa", enfatizó.
En el bloque "somos todos socios, todos tenemos el derecho y la responsabilidad de construirlo" y por ello, "por supuesto, no implica para ninguno ni la dilución de su identidad, ni la renuncia a su propia política de relaciones bilaterales e inserción internacional", añadió.
"Al fin y al cabo este Mercosur es producto de una larga historia de relaciones bilaterales entre sus estados miembros y la fortaleza de tales relaciones fortalece también el bloque Pero sus asuntos hoy son asuntos de sus cuatro socios", puntualizó, marcando fuertes críticas a acciones bilaterales como las realizadas en más de una ocasión por Argentina y Brasil.
"El Mercosur no es una jaula de oro, pero tampoco es una de esas instituciones deportivas cuya masa social se divide en categorías "VIP", "honorarios", "mayores", "menores", "juveniles" o "aspirantes", precisó Vázquez, que en el pasado fue presidente del club de fútbol montevideano Progreso.
"Esta es la octava reunión cumbre -o similar- en la que participo desde que asumí la presidencia de Uruguay el 1 de marzo, promedialmente una cada 37 días y medio. Espero que tantas cumbres no nos apunen, ni nos hagan perder de vista el llano, ahí donde está nuestra gente, ahí donde está nuestro pueblo, ahí donde están nuestras preocupaciones, nuestros desvelos, nuestros compromisos", sostuvo.
En ese sentido se expresaron también los delegados de la Comisión Parlamentaria Conjunta del Mercosur al presentar el Protocolo Constitutivo del Parlamento del bloque para ser aprobado por los presidentes.
El parlamento conformado por el voto universal de la ciudadanía de la región "será el corazón democrático del Mercosur", dijo a IPS el diputado uruguayo Roberto Conde, para quien este instrumento "es fundamental porque dará seguridad jurídica a todo el proceso de desarrollo de la región".
La aprobación del proceso de constitución del parlamento regional "marca la consolidación política del Mercosur", añadió.
Según el diputado argentino Alfredo Atanasoff, el parlamento es fundamental para que la sociedad civil tenga voz y voto, una instancia de control de lo que hagan los gobiernos y permita un mayor equilibrio entre los socios mayores y menores.
Pero la conformación del parlamento pleno tiene aún que transitar un proceso de adecuación. La primera etapa será la instalación en 2007 de un parlamento compuesto por 18 representantes por cada país designados por los congresos legislativos nacionales, que llegará hasta 2010 inclusive.
En ese plazo se elegirán los componentes de la próxima legislatura, de enero de 2011 a enero de 2015, en conjunto con los procesos electorales de cada país, para finalmente designar una fecha común de comicios en todo el bloque.
La proporcionalidad será atenuada en función de la población y de las mayorías a exigir para legislar, con el fin de que los grandes no puedan avasallar a los socios menores.
La cumbre señaló en su declaración final su "convicción de que la conformación de un Parlamento del Mercosur, electo por sufragio universal, directo y secreto de la ciudadanía, contribuirá a profundizar el proceso de integración, contemplando las necesidades de sus habitantes, y consolidará la institucionalidad democrática y la seguridad jurídica en la región".
Según dijo Álvarez a periodistas, la llegada de Venezuela amortiguará las asimetrías en las decisiones presidenciales y en la conformación del Parlamento.
El inicio de este proceso de ingreso de Venezuela es otro envión hacia el bloque político, subordinando el plano económico-comercial como se conoció hasta ahora el acuerdo regional nacido en 1991 en Asunción.
El presidente Hugo Chávez coincidió con esta visión al indicar "que el Mercosur es un proyecto político, tiene que ser un proyecto de los pueblos y por lo tanto de las polis". "Ahora hay que inyectar una dosis de planificación estratégica" al bloque, apuntó.
El reemplazo del ex presidente argentino Eduardo Duhalde (2002-2003), de centro, por Álvarez pauta, más allá de los motivos políticos del cambio ajenos al bloque, un alineamiento ideológico con los gobiernos del arco izquierdista de Vázquez, Lula, Kirchner y del venezolano Chávez.
Álvarez fue el líder del componente centroizquierdista del frustrado gobierno de Fernando de la Rúa (1999-2001), y renunció pocos meses después de asumir como vicepresidente por no sentirse apoyado para luchar contra la corrupción.
Esta suma de acciones y señales políticas internas y externas minimizaron de algún modo el ambicioso acuerdo energético firmado por Argentina, Brasil y Venezuela, por el cual se iniciarán los estudios técnicos con miras a construir un gasoducto de casi 7.000 kilómetros "desde el Caribe hasta la Patagonia".
Los tres países buscaron firmar este convenio en el marco de la cumbre del Mercosur para así invitar a los demás a sumarse a la iniciativa, que en 90 días dará a luz los primeros números de viabilidad. El texto de la declaración conjunta señala que "la realización del proyecto de integración gasífera sudamericana será uno de los pasos decisivos en el proceso de integración, dada la importancia vital de la energía en el desarrollo económico y social de la región".
La cumbre también permitió, finalmente, aprobar el Reglamento del Fondo para la Convergencia Estructural y revisar el estado de "las negociaciones del proyecto de Acuerdo sobre el Acuífero Guaraní, que consagra principios y criterios que garantizan la soberanía permanente sobre ese fundamental recurso hídrico transfronterizo".