CLIMA-CUBA: Los golpes del huracán Dennis

El huracán Dennis no era más que una tormenta tropical este lunes mientras cruzaba los estados meridionales de Estados Unidos hacia el noroeste. Antes había descargado toda su furia en el mar Caribe y el golfo de México.

Al menos 32 personas murieron en el Caribe a causa del huracán, 22 de ellas en Haití y 10 en Cuba. Dennis es la cuarta tormenta tropical de una temporada ciclónica iniciada el 1 de junio, y que se espera muy activa.

Los residentes de la costa estadounidense de Alabama y de la porción noroccidental de Florida se prepararon para soportar lo peor del huracán, que ingresó a territorio estadounidense el domingo con vientos de 200 kilómetros por hora. Pero, tras su paso, comprobaron que los daños fueron menores de los esperados.

Con todo, al menos medio millón de personas quedaron sin energía eléctrica, y el presidente George W. Bush declaró zonas de desastre los estados de Florida, Mississippi y Alabama.

El estadounidense Centro Nacional de Huracanes (NHC por sus siglas en inglés) redujo la calificación de Dennis a tormenta tropical, pero mantiene las advertencias sobre rachas de vientos fuertes en algunas zonas, y de lluvias abundantes e inundaciones en trece estados.

En Cuba, un niño de 18 semanas murió asfixiado por su propia madre que intentaba protegerlo del huracán más destructivo que ha golpeado la zona oriental de esta isla caribeña desde que se guardan registros, a inicios del siglo XIX.

Dos hermanas, que no habían querido evacuarse por creerse a salvo en su casa, fallecieron aplastadas por una pared. Una madre y su hijo desaparecieron en las aguas de un río desbordado.

En total 10 personas murieron el viernes en las provincias de Granma y Santiago de Cuba, en el oriente del país, según informó el presidente Fidel Castro durante una mesa redonda transmitida ese mismo día por la televisión estatal.

Otras salvaron la vida por medidas preventivas aplicadas por las autoridades o, como muchos dicen, ”de puro milagro”.

Ocho de los 11,2 millones de habitantes cubanos estuvieron ”expuestos” de alguna manera al huracán en 11 de las 14 provincias del país, aseguró el coronel Luis Ángel Macareña, del Estado Mayor de la Defensa Civil.

”Llegué a pensar que me arrancaría a mis dos nietos de los brazos”, dijo Lidia Corona, y relató que, ”protegidos” por una mesa, vieron volar parte del techo de su casa y ”un remolino de viento” que se llevaba ropa, vasijas y otros bienes.

Corona vive en el barrio de La Vuelta en las montañas de la oriental Sierra Maestra. Reportes desde esa localidad aseguraron que 107 de las 120 casas del vecindario sufrieron daños severos.

Un millón y medio de personas fueron evacuadas, y una parte importante de ellas no han regresado a sus hogares por disposiciones del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil.

La Defensa Civil dispuso que el retorno sólo se llevaría a cabo tras la evaluación de cada caso por las autoridades competentes, lo que incluirá las viviendas en peligro de derrumbe y los riesgos de inundaciones.

Aún no están medidos los daños, pero se descuenta que han sido graves. Las averías ocasionadas al sistema eléctrico podrían solucionarse para fines de esta semana. Extensas áreas de la capital cubana permanecen sin servicios de electricidad ni de agua.

Según el subdirector de la empresa estatal Unión Eléctrica, Víctor Puente, la generación de electricidad alcanzó el domingo apenas unos 600 megavatios, cuando la demanda nacional es de 2.100 megavatios.

Algunas de las zonas más afectadas en el este y centro de la isla, incluidos poblados enteros, permanecen incomunicadas por inundaciones, árboles caídos y averías en el sistema de comunicación telefónica.

El mayor impacto podría ser en las viviendas. Sólo en Santiago de Cuba, a unos 700 kilómetros de La Habana, unas 5.000 casas fueron afectadas parcialmente y más de 600 destruidas.

Dennis tocó territorio cubano por Cabo Cruz, en el extremo sur de la provincia de Granma. Antes de que la fuerza de los vientos destruyera la antena, el radar del cabo registró rachas de viento de 238 kilómetros por hora.

Al adentrarse el huracán en el territorio por un punto cercano a la bahía de Cienfuegos, unos 200 kilómetros al este de La Habana, se registraron vientos sostenidos de hasta 240 kilómetros por hora y rachas de hasta 290.

Unas diez horas después, al final de la noche del sábado, Dennis salió debilitado hacia el mar por un punto cercano a la capital, con rumbo a Florida.

Luego llegaron las lluvias, las crecidas de los ríos y las invasiones del mar en zonas costeras.

El presidente venezolano Hugo Chávez anunció el domingo el envío de ayuda humanitaria a Cuba, y algunos sectores de la comunidad cubana inmigrante en Estados Unidos pidieron al gobierno de Bush un cese temporal del embargo económico al país caribeño.

El gobierno cubano había enviado una aeronave cargada de alimentos y otros suministros a Jamaica para auxiliar a ese país, afectado poco antes por Dennis.

Los datos recopilados en Cuba desde 1800 no guardan registros de un huracán de gran intensidad en este mes del año, y es también la primera vez que un ciclón de tal magnitud ataca la región este.

El jefe del Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba, José Rubiera, consideró a Dennis como un caso ”insólito” y una muestra del impacto en el área del Caribe de los cambios climáticos globales.

Dennis apareció por las altas temperaturas del Caribe, de unos 30 grados. La tormenta tropical se convirtió en huracán al sur de República Dominicana, una zona conocida como ”el cementerio de los huracanes”, afirmó Rubiera. (

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