La historia de corrupción, homicidios y hasta de brujas, que mantuvo preso 10 años a Raúl Salinas, hermano del ex presidente mexicano Carlos Salinas, fue sellada con un fallo absolutorio que le da pie a declarase víctima de un complot.
Salinas fue beneficiado en la noche de la víspera con un amparo definitivo de los jueces contra la principal imputación que pesaba sobre él, que era planificar el asesinato en 1994 de su cuñado Francisco Ruiz Massieu, secretario del entonces gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI). Ese fallo en los hecho se tradujo en su absolución.
Tras decenas de investigaciones y procedimientos, plasmados en casi 200.000 fojas judiciales, el llamado hermano incómodo del presidente de México entre 1988 y 1994 deberá cumplir sólo algunos trámites para poder salir en poco días más de la prisión a la que había ingresado hace una década. Luego, en julio de 1999, había sido condenado a 27 años de reclusión.
El caso de Salinas, también acusado de lavado de dinero y enriquecimiento ilícito, deja muchos cabos sueltos y en la completa impunidad la muerte de Ruiz Massieu, dijo a IPS el politólogo Natalio Martínez.
El ex dirigente del PRI, que había estado casado con una hermana de Raúl y Carlos Salinas, fue muerto en la capital del país el 28 de septiembre de 1994 por Daniel Aguilar, quien le disparó varios tiros.
Las declaraciones del autor material del crimen, que fue detenido en el acto y desde entonces está en prisión, implicaron a empleados menores del PRI, y luego éstos mencionaron a Raúl Salinas.
Según los jueces, que otorgaron el amparo, la autoría intelectual del homicidio no está acreditada a plenitud, por lo que la pena de prisión queda revocada.
Los familiares de Salinas declararon que la resolución demostró que el acusado sólo era una víctima de una persecución de corte político y policial. Mientras, el gobierno de Vicente Fox y la dirigencia del PRI dijeron que respetaban el fallo judicial y que no lo impugnarían.
El crimen de Ruiz Massieu cimbró el sistema político, previamente golpeado por los asesinatos, también irresueltos, del cardenal Juan Jesús Posadas en 1993 y del candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, en marzo de 1994.
El hermano del ex presidente, a quien tampoco se le ha podido acreditar plenamente hasta ahora los delitos de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero de que fuera acusado, fue considerado en su momento un símbolo de la corrupción que rodeó a los gobiernos del PRI, que se extendieron de 1929 y 2000.
El gobierno de Fox prometió realizar investigaciones independientes y profesionales sobre el caso Salinas, pero en los hechos no aportó elementos nuevos por lo que los jueces decidieron finalmente ampararlo del delito de asesinato.
Existen pruebas de que Raúl Salinas cometió múltiples delitos, aseguró la Procuraduría de Suiza, donde se detectaron cuentas del acusado por 130 millones de dólares.
También el propio Salinas ha reconocido que participó en tráfico de influencias y que usó nombres falsos para realizar diversos negocios, pero jamás aceptó haber planificado el asesinato de su cuñado.
Sobre el dinero encontrado en el extranjero, indicó que corresponde a un fondo de inversión que creó junto a empresarios mexicanos, pero los fiscales suizos sospechan que puede tratarse de dinero del narcotráfico. Lo mismo piensan fiscales de Francia, donde también se encontró dinero de Salinas. En ambos países haya casos abiertos contra el dirigente político mexicano.
Por su parte, los fiscales mexicanos encontraron que Salinas amasó durante la presidencia de su hermano una fortuna de alrededor de 250 millones de dólares y adquirió más de 40 inmuebles. Pero eso no ha sido suficiente hasta ahora para que sea sentenciado por enriquecimiento ilícito.
La fortuna del hermano del ex presidente Salinas se acumuló cuando éste recibía un salario de alrededor de 190.000 dólares anuales por un cargo en una dependencia pública.
Varios novelistas y guionistas mexicanos sostienen que jamás hubiesen podido imaginar una trama tan complicada como la que rodeó en la realidad el asesinato de Ruiz Massieu y las acusaciones contra su cuñado Raúl Salinas.
Es que el caso expuso además la falta de pericia del sistema judicial mexicano, que condenó inicialmente a Salinas por el asesinato con base a las acusaciones de un supuesto testigo, que por implicar al hermano del ex presidente, recibió 500.000 dólares de la Procuraduría (fiscalía) General.
En 1997, durante el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), también del PRI, la Procuraduría afirmó que la culpabilidad de Salinas había quedado comprobada, luego que con gran despliegue anunció el hallazgo de un cadáver que según dijo pertenecía al ex diputado Manuel Muñoz, presunto cómplice en el crimen.
Para llegar a tal conclusión, las autoridades se valieron de los señalamientos de la autoproclamada bruja y vidente Francisca Zetina y de la ex amante de Raúl Salinas, María Bernal, quienes afirmaban que el acusado mató al ex diputado, que militaba en el PRI, para librarse de su testimonio acusador.
Finalmente se supo que el cadáver era de una pariente de la presunta bruja, que había sido depositado intencionalmente en una propiedad de Salinas.
Desde el asesinato de Ruiz Massieu, el diputado Muñoz está desaparecido y no está claro porqué él y sus presuntos cómplices mandaron a asesinar al dirigente político.
Las investigaciones iniciales del crimen fueron encargadas por el gobierno de Salinas a Mario Ruiz Massieu, hermano de la víctima, quien en septiembre de 1999 se quitó la vida con una sobredosis de medicamentos en Estados Unidos, cuando cumplía en ese país un arresto domiciliario por acusaciones de narcotráfico.
México no termina de exorcizar sus demonios del pasado a pesar de que el PRI ya salió del poder, dijo el politólogo Martínez.
Mientras los asesinatos de Posadas, Colosio y Ruiz Massieu permanezcan sin aclarar, la sospecha de complicidad seguirá rondando sobre el sistema político presente y pasado de México, sentenció el observador.
(*) Este artículo corrige el párrafo tercero del transmitido a la hora 15:36 GMT.
