Brasilia estará controlada por 9.000 militares y policías en los próximos días para proteger la inédita Reunión Cumbre América del Sur-Países Árabes (ASPA), que busca intensificar el comercio entre las dos regiones, ya en crecimiento acelerado.
El encuentro del martes 10 y miércoles 11, precedido de la reunión preparatoria de cancilleres el lunes 9, tiene también objetivos políticos, como fortalecer el diálogo Sur-Sur y la posición del mundo en desarrollo en foros internacionales, pero los temas económicos son clave, dijo a IPS el secretario general de la Cámara de Comercio Árabe-Brasileña, Michel Alaby.
Para expandir el comercio y las inversiones mutuas, habrá un encuentro empresarial en Brasilia entre el lunes y el miércoles, acompañado de una Feria de Inversiones destinada a promover el conocimiento mutuo e identificar oportunidades de negocios.
Más de 800 empresas e instituciones oficiales de financiación, comercio y fomento participarán del encuentro, más de la mitad brasileñas.
Posibilidades mayores de negocios deberán surgir en otra reunión de empresarios organizada por la Cámara de Comercio el jueves y el viernes próximos en la meridional Sao Paulo, el mayor centro económico brasileño, sostuvo Alaby.
Existe la posibilidad de que se firme durante la Cumbre un acuerdo marco entre el Mercado Común del Sur (Mercosur, compuesto de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y los países del Golfo, que comprende a grandes exportadores de petróleo, como Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU), Irán e Iraq, adelantó.
América del Sur aún tiene escasa presencia en Medio Oriente, pues sus ventas representan casi 3,5 por ciento de los 239.000 millones que importa aquella región, estimó. Esa participación puede ampliarse mucho con exportaciones de alimentos a los países árabes, que tienen gran capacidad de compra gracias al petróleo.
Además, los sudamericanos, en especial Brasil, pueden vender una gran variedad de productos industriales, como vehículos, repuestos automotores, muebles y calzados, acotó.
Será una Cumbre multifacética, en la que además de la dimensión comercial es muy importante el carácter político, con el fin de establecer una amplia cooperación para abrir camino al desarrollo de países que no lograron salir del atascadero en el siglo pasado, señaló el diputado Jamil Murad, secretario ejecutivo de la Liga Parlamentaria de Amistad Brasil-Árabe.
Esa iniciativa consolida la nueva política externa brasileña que busca formar bloques para escapar a la órbita de Estados Unidos, que quiere un Brasil servil, dijo el diputado del Partido Comunista de Brasil.
El intercambio comercial entre Brasil y los 22 países de la Liga Árabe es un ejemplo de rápida expansión. Alcanzó 8.192 millones de dólares en 2004, con un aumento de 49,87 por ciento respecto del año anterior.
Brasil exportó 4.034 millones de dólares, 46,22 por ciento más que en 2003. Pero sus importaciones desde el mundo árabe crecieron 53,62 por ciento, ascendiendo a 4.157 millones de dólares.
Pero es un comercio irregular. En el caso de las exportaciones árabes, concentradas en petróleo y algunos derivados, como nafta petroquímica y combustible para aviación, las oscilaciones son grandes, alternando alzas y bajas, según los precios petroleros y las compras brasileñas, que varían en volumen y origen.
Como Brasil exporta a los países árabes principalmente alimentos (carnes y azúcar), y bienes industriales (acero, vehículos y autopartes), sus ventas presentan una tendencia más sostenida de crecimiento.
Hay un fuerte desequilibrio en el intercambio con algunos países petroleros. De Argelia Brasil importó 1.944 millones de dólares, el año pasado, y le vendió sólo 348 millones de dólares.
Con Arabia Saudita el desequilibrio es menor porque las exportaciones brasileñas, más diversificadas, alcanzaron 825 millones de dólares el año pasado, mientras las importaciones ascendieron a 1.231 millones, 90 por ciento de las cuales fueron petróleo.
Varias actividades paralelas a la Cumbre, como muestras de fotográficas y cinematográficas, destacarán las influencias árabes en América del Sur, por cuenta de la inmigración. En América del Sur viven unos 17 millones de descendientes de árabes, 12 millones de ellos en Brasil, estimó Alaby.
Los propios Alaby y Murad son brasileños de origen árabe.
Numerosas fotografías de diez países sudamericanos revelarán a los residentes de la capital brasileña las influencias árabes en la arquitectura, las costumbres, la gastronomía y en la vida cotidiana.
