Si la Iglesia Católica funcionara como una democracia, sería grande la posibilidad de que el próximo Papa fuera latinoamericano. Hay al menos nueve aspirantes de ese origen a ocupar la sede vacante. Pero los creyentes deben contentarse con expresar opiniones, orar o apostar por sus preferidos.
Los presidentes Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, y Carlos Mesa, de Bolivia, abogaron públicamente por un Papa de la región. Estudiantes de una universidad mexicana vinculada a la Iglesia prefirieron las apuestas y, en ese terreno, los papables latinoamericanos pisaron los talones a los europeos, dijeron a IPS.
Una encuesta realizada a inicios de mes en México por la empresa privada Ipsos-Bimsa, indicó que 41 por ciento de los consultados querían un sucesor del papa Juan Pablo II de América Latina o África.
El polaco Juan Pablo II murió el 2 de abril tras un pontificado de 26 años.
Otro sondeo, realizado por el diario La Nación de Argentina en su sitio de la red mundial de computadoras Internet, indicó preferencias repartidas entre el cardenal alemán Joseph Ratzinger, seguido de cerca por el argentino Jorge Bergoglio.
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Aunque en América Latina viven casi la mitad de los católicos del mundo, sólo 17,3 por ciento de los 115 miembros del Colegio Cardenalicio reunidos desde este lunes en el Vaticano provienen de esta región. Brasil y México, los dos países con mayor población católica, tienen apenas siete votos en ese cónclave.
El tamaño del rebaño no es lo importante al momento de elegir al Papa, pero el factor tendrá algún peso, dijo a IPS el académico mexicano experto en religiones Rodolfo Casillas.
La Iglesia se parece más a una monarquía, y los cardenales que vienen de países con poder y dinero tendrían mayores chances de llegar a Papa. Pero eso lo comprobaremos o desecharemos en esta semana, señaló Casillas, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
Entre los cardenales latinoamericanos con alguna posibilidad de acceder al máximo cargo de la Iglesia, se encuentran el hondureño Oscar Rodríguez Maradiaga, el argentino Bergoglio, los colombianos Darío Castrillón y Alfonso López Trujillo, el chileno Javier Errázuriz, el brasileño Claudio Hummes, el mexicano Norberto Rivera, el cubano Jaime Ortega y el peruano Juan Luis Cipriani.
El que más ha figurado es el hondureño Rodríguez Maradiaga, un salesiano de 62 años de amplia preparación académica y con ideas cercanas, en algunos aspectos, a sectores progresistas de la Iglesia, como su demanda de condonar la deuda de los países en desarrollo, su defensa del ambiente y su opción preferencial por los pobres.
El argentino Bergoglio, jesuita de 68 años, recibe opiniones divididas de quienes lo consideran un prelado cercano a las causas sociales de la Iglesia y de los que cuestionan su presunta colaboración con la última dictadura militar de su país (1976-1983).
El tercero más mencionado es el brasileño Hummes, de 70 años. Siendo obispo, se opuso a la dictadura militar (1964-1985) y apoyó varias huelgas de trabajadores. Sin embargo, algunos señalan que con el paso de los años se ha vuelto conservador, y recuerdan que reprendió a sacerdotes por sugerir el uso de condones para prevenir el contagio del sida.
Estos tres pelados son electores y elegibles, pero de posibilidades escasas, de acuerdo con voces de dentro y fuera de la Iglesia.
El próximo Papa será elegido entre los europeos, porque ellos tienen una inocultable sensación de superioridad y son mayoría en el cónclave, pronosticó el cardenal brasileño Aloísio Lorscheider, quien por ser mayor de 80 años no tiene derecho a voto.
Similar opinión expresó Paulo Evaristo Arns, arzobispo emérito de la meridional ciudad brasileña de Sao Paulo. Esa posibilidad (de que el Papa sea latinoamericano) es muy pequeña porque aún estamos al margen del mundo (…) la historia se desarrolla en Europa, Asia y América del Norte, dijo.
De los cardenales electores, 58 son europeos, 20 de América Latina, 14 de Estados Unidos y Canadá, 11 africanos, 10 asiáticos y dos de Oceanía.
Sin embargo, no todo es influencia.
El sacerdote brasileño José Oscar Beozzo, teólogo y ex presidente de la Comisión de Estudios de la Historia de la Iglesia en América Latina, dijo en una entrevista que puede haber sorpresas en el conclave, como indica la historia y debido a su metodología.
Antes de la votación, los cardenales discuten la situación de la Iglesia en todo el mundo, sus necesidades y desafíos, con base sobre informes recibidos de países o regiones. Luego se define el perfil del Papa para responder a esas necesidades, explicó.
Ese proceso, en general, contraría las especulaciones y apuestas basadas en las posiciones o influencias atribuidas a un posible nuevo Papa, argumentó Beozzo.
En el sitio de Internet www.votefornextpope.com, creado por dos mexicanos que viven en Estados Unidos, de las poco más de 2.300 personas que votaron hasta la fecha, 35 por ciento prefirieron un Papa latinoamericano y 22 por ciento uno africano.
Un sondeo realizado en Estados Unidos entre el 6 y 7 de este mes por la consultora Zogby International y Le Moyne College, indicó 54,8 por ciento de preferencias por un pontífice latinoamericano y 45 por ciento por un postulante africano.
En Chile, la versión electrónica del diario La Cuarta organizó un foro para discutir la posibilidad de que el nuevo Papa fuera negro.
Uno de los participantes, identificado como Carlos Llano, dijo que los negros siempre han sido discriminados, y que del cónclave saldrá un Papa blanquito y de ojos claros.
Otra participante, María Cáceres, apuntó: Los negros son mucho más humanos y menos contaminados que los blancos, y voy a rezar para que lo elijan, en aparente referencia al nigeriano Francis Arinze, el papable mejor colocado entre los prelados negros.
El portal de Internet Terra en Brasil efectúa una encuesta a los cibernautas, preguntando si el nuevo Papa será alemán, brasileño o italiano.
Las respuestas hasta la hora local 16.00 de este lunes (19.00 GMT) indicaban: gana un brasileño con 36,65 por ciento de los votos (15.423), seguido de un italiano con 29,34 por ciento (12.346). El alemán solo obtuvo 11,48 por ciento, superado por la respuesta no sé con 22,53 por ciento.
Lula, quien gobierna el país de mayor población católica del mundo (73 por ciento de sus 182 millones de habitantes), expresó a inicios de mes su interés en un Papa latinoamericano. Obviamente, estaría mucho más próximo a nosotros, conocería mucho más nuestros problemas, justificó.
Y sería mejor todavía si fuera brasileño, añadió antes de prometer que vamos a hinchar (apoyar) por la candidatura de Hummes.
Lula encabeza abiertamente la campaña por Hummes, de quien es amigo desde que éste era obispo de Sao Bernardo do Campo, cerca de Sao Paulo, cuando el mandatario comandaba la lucha sindical de los trabajadores metalúrgicos y lideraba huelgas contra la dictadura. El prelado lo protegió de la represión y cedió iglesias como refugio de sindicalistas perseguidos.
Si gana un cardenal brasileño, ¿quién aguantará a Lula vanagloriándose de haber elegido a un Papa?, criticó Angelina Oliveira, una católica practicante de 82 años. De origen izquierdista, pero decepcionada con el gobierno del Partido de los Trabajadores, cree que el nuevo Papa debería reducir el lujo del Vaticano, para dar ejemplo en la lucha contra la pobreza.
El mandatario boliviano Mesa cree posible que el Papa provenga de América Latina, que tiene el mayor número de católicos en el mundo y cardenales de calidad que pueden aspirar a suceder a Juan Pablo II.
Para el encargado de negocios del gobierno de Venezuela ante el Vaticano, Abraham Quintero, sería una bendición que (la decisión sobre el sumo pontífice) nos quedara en América Latina.
José, uno de los estudiantes mexicanos que organizó la apuesta, se vio sorprendido por la gran respuesta de sus compañeros. Algunos apostaron hasta 200 pesos (unos 20 dólares) por el obispo de Honduras (Rodríguez Maradiaga), pero el que más tuvo a favor fue Ratzinger, explicó.
Como en otros centros educativos católicos con parte de los profesores sacerdotes, los alumnos oyeron la recomendación de meditar y orar a Dios para que el Colegio Cardenalicio eligiera al mejor aspirante al trono de Roma.
Pero José admitió que hubo más atracción por las apuestas que por las plegarias. A pedido suyo, se reserva su identidad y la de su universidad, para evitar represalias docentes.
— Con aportes de Marcela Valente (Argentina), Mario Osava (Brasil), Gustavo González (Chile), Patricia Grogg (Cuba) y Humberto Márquez (Venezuela).
