FÚTBOL-ESPAÑA: Unidos contra el racismo

El gobierno, asociaciones profesionales y organizaciones sociales de España resolvieron este martes aunar esfuerzos para combatir el racismo en el fútbol, por el daño que provoca y por su reflejo en la sociedad.

El secretario de estado de Deportes, Jaime Lissavetzky, presidió una reunión de más de dos horas en la que participaron, entre otros, la directora general de Política Interior, Rosario García, el presidente de la Comisión Nacional Antiviolencia, Javier Durán, y el titular de la Real Federación Española de Fútbol, Ángel María Villar.

También estuvieron presentes el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles, Gerardo González Movilla, el máximo dirigente de la Liga de Fútbol Profesional, José Luis Astiazarán, y el director general de Deportes del Ministerio de Educación, Rafael Blanco.

La decisión gubernamental se produce al comprobarse un aumento de los actos racistas y xenófobos en los estadios de fútbol españoles, tanto de parte de los espectadores como de técnicos y jugadores.

El caso que provocó más reacciones, en especial en los medios de comunicación, fue el incidente suscitado en un entrenamiento de la selección de este país, semanas antes del partido amistoso jugado contra Inglaterra el 17 de noviembre en Madrid.

En esa ocasión, el director técnico del equipo nacional de España, Luis Aragonés, con el fin de motivar al delantero José Antonio Reyes, le dijo a voz en cuello que era mejor que "el negro de mierda" ese, en clara alusión al francés Thierry Henry, ambos compañeros en el equipo británico Arsenal.

Ante las críticas levantadas por esa expresión racista, entre ellas las del propio primer ministro de Gran Bretaña, Tony Blair, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol quitó importancia a la controversia y señaló que las palabras Aragonés habían sido sacadas de contexto.

Días después se recibió a directivos del Comité Olímpico Internacional, dentro de una gira para visitar las capitales candidatas a albergar los Juegos Olímpicos de 2012, entre ellas Londres, París y Madrid.

En comentarios que dejaron trascender los visitantes y que fueron recogidos por varios medios de comunicación locales y extranjeros, se indicó que el racismo, tanto de algún técnico, como Aragonés, pero sobre todo del público, pesarían negativamente en la balanza a la hora de decidir la sede de esos Juegos.

Uno de los jugadores que más muestras de racismo recibió de los espectadores a los campos de fútbol es el camerunés Samuel Eto'o, delantero del Fútbol Club Barcelona. Cuando éste y otros jugadores de origen africano recogen un balón, los hinchas xenófobos comienzan a gritar imitando el gruñir de los monos.

Ante ello, Eto'o resolvió iniciar una campaña contra el racismo, y marcó el comienzo de la misma la semana pasada cuando hizo un gol y de inmediato se dirigió hacia la tribuna donde un sector de aficionados del Zaragoza Fútbol Club gruñían como monos. Eto'o celebró ante ellos su gol saltando como si fuera un simio.

Al término del partido el futbolista camerunés, que encabeza la tabla de goleadores del torneo oficial español, dijo que toda la sociedad debía unirse para terminar con el racismo, ya que constituye una violación de los derechos humanos.

El presidente del club Barcelona, Joan Laporta, se solidarizó con su jugador y recordó que en el fútbol hay personas de todas las razas, religiones e ideologías y ese deporte sirve para unir.

Laporta hizo notar, además, que hay grupos minoritarios "que son una vergüenza", pero añadió que se deben adoptar medidas "para erradicar estos comportamientos, porque hay el peligro de que acaben aceptándose".

Este martes, al término de la reunión que presidió, Lissavetzky informó de que hubo un acuerdo total para adoptar medidas inmediatas, que dispondrán a la brevedad en un protocolo especial.

"El fútbol debe ser un factor de integración, no el problema, y sí la solución a los problemas de racismo y xenofobia, ocurridos como consecuencia de los cambios que está registrando la sociedad española, que ahora es receptora de inmigrantes", afirmó en rueda de prensa el secretario de estado de Deportes.

"Para atajar este grave problema es imprescindible la colaboración de todos los estamentos del fútbol y, sobre todo, el apoyo de los aficionados, para aislar, identificar y expulsar de los estadios a una minoría que utiliza este deporte para exhibir su condición racista", prosiguió.

Adicionó que todos los asistentes a la reunión reconocieron el problema del racismo y la xenofobia como real y que manifestaron "un deseo expreso de actuar de manera directa con acciones preventivas".

Por ello anticipó que "se van a endurecer las sanciones al máximo, desde el ámbito federativo y desde la administración, pero nuestro deseo es que todos los presidentes de los clubes de primera y segunda (división del fútbol), los capitanes, los entrenadores, los árbitros y todo el mundo del fútbol se reúnan aquí para firmar ese protocolo contra el racismo y la xenofobia".

Otro aspecto que destacó y que no tiene que ver directamente con lo que ocurre en los grandes partidos, se refiere a la necesidad de favorecer la integración de los inmigrantes en las competiciones de aficionados.

Esos inmigrantes se ven obligados a jugar en lo que calificó de "guetos deportivos", por culpa de los vacíos o lagunas legales existentes.

Lissavetzky, miembro del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), se lamentó de que la cultura del mestizaje está llegando tarde a España, pero se mostró confiado que con acciones concretas y prontas es un tema que se puede resolver.

Porque, subrayó, "España no es un país racista, aunque hay brotes, como en todas partes. Aquí, al menos, no tenemos ningún partido político que propugne el racismo, como ocurre en otros países".

Por otro lado, la no gubernamental Coalición Española contra el Racismo en el Fútbol (Cecra) decidió instalar un teléfono de la diversidad para que desde toda España cualquier aficionado pueda denunciar un hecho racista".

La Coalición destaca habitualmente observadores en los estadios y así lo hizo también en el partido de noviembre entre España e Inglaterra, donde hubo 28, quienes detectaron banderas con mensajes xenófobos y símbolos prohibidos que exhibían mientras coreaban cantos ofensivos.

Mientras, se espera que se concrete el compromiso del presidente de la Federación Internacional del Fútbol Asociado, Joseph Blatter, de nombrar en marzo a estrellas mundiales de este deporte como embajadores antirracismo. Anticipó que su capitán será, precisamente, el francés Henry, el insultado por el director técnico de la selección española.

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