ARGENTINA: Sindicalismo peronista se une y corteja a piqueteros

Tras una década de desempleo y pobreza crecientes en Argentina, la Confederación General del Trabajo (CGT), que fue la poderosa central sindical única del país, despierta del letargo y se lanza a recuperar protagonismo frente al movimiento de desempleados.

Divididos cuatro años atrás en dos grandes sectores, los dirigentes de la CGT resolvieron este miércoles en un congreso único designar una conducción tripartita por un año a fin de avanzar, al menos en forma transitoria, hacia un consenso que les permita elegir un único secretario general.

El movimiento obrero argentino tiene ”una fuerte tradición de unidad”, y la reunificación de la CGT es ”una voluntad común” de todas las partes desde hace más de un año, dijo a IPS el abogado Alberto Robles, director de Investigaciones del Instituto del Mundo del Trabajo.

Sin embargo, Robles advirtió que las diferencias persisten. Algunos sindicatos están más dispuestos al diálogo con el gobierno de Néstor Kirchner para afianzar la recuperación de la actividad económica, y otros quieren confrontarlo. ”Esas diferencias no saldadas se ven en la designación de una conducción colegiada”, explicó.

Gobierno y líderes de la CGT provienen del mismo Partido Justicialista (PJ), o peronista, dividido en varios sectores, algunos duramente enfrentados entre sí.
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El experto admitió que la CGT, durante casi medio siglo el núcleo principal y más potente del peronismo, se propone ahora recuperar el espacio de los reclamos de los trabajadores y también el de los desempleados, monopolizado hoy por el movimiento de ”piqueteros”.

El desempleo alcanza a 19,5 de la población económicamente activa, y la pobreza a 47,8 por ciento de los 37 millones de habitantes.

Desde mediados de los años 90, a medida que se cosechaban los frutos no deseados del modelo económico neoliberal aplicado por el también peronista Carlos Menem (1989-1999), el desempleo saltó de seis a 18,4 por ciento.

Algunos trabajadores que perdieron sus empleos con la privatización de empresas públicas comenzaron una forma de protesta basada en el bloqueo con piquetes de carreteras y autopistas.

Ese movimiento de grupos ”piqueteros” creció con los despedidos del sector industrial, de nuevas privatizaciones, y la incorporación de jubilados y de decenas de miles de personas que nunca tuvieron un empleo (en especial mujeres y jóvenes).

Unos 2,2 millones de personas sin empleo, el sustento social de los piqueteros, sobreviven con un subsidio estatal equivalente a 50 dólares mensuales.

Simultáneamente, una nueva federación sindical, la Central de los Trabajadores Argentinos, fundada en 1990 y que reúne principalmente sindicatos de empleados públicos y de maestros, creció en prestigio y cantidad de afiliados, incorporando a organizaciones sociales y algunos grupos de desempleados.

”Desde hace tiempo los sindicatos debaten una política para los desocupados, y de hecho más de 90 por ciento de los gremios mantienen las prestaciones médicas sindicales para los cesanteados mucho más allá de lo que les manda la ley”, dijo Robles, quien es además consultor de la Organización Internacional del Trabajo.

Sin embargo, no existe una política de la CGT hacia ese sector, señaló. Aunque, advirtió, no todos los desempleados están representados por los piqueteros.

”Los piqueteros son el sector más movilizado de la sociedad, pero son apenas entre 5 y 10 por ciento de los desocupados”, sostuvo.

En el congreso al que asistieron más de 1.500 delegados, la CGT cristalizó la unidad con la designación de una conducción tripartita, por un año, integrada por el líder de los sindicatos de camioneros y de la CGT ”rebelde”, Hugo Moyano, y dos representantes de la ”oficial”: José Lingeri, de la federación de trabajadores de agua y saneamiento, y Susana Rueda, de los sindicatos de la salud.

Ellos estarán al frente de un órgano de conducción dividido en 23 secretarías.

Robles admitió que los designados pertenecen al sector más tradicional de la dirigencia obrera. Muchos de ellos están acusados de haber amasado fortunas en los últimos años y contribuido al desprestigio del sindicalismo en la sociedad.

Pero hay jóvenes en la segunda y tercera línea, que ”ya están llegando” a la cúpula y que plantean temas nuevos como la necesidad de discutir formas de preservación del empleo y de elaborar una política sindical orgánica para los desempleados, aseguró.

Rueda es la primera mujer que asume la conducción de una central sindical. Su nombramiento procura ser una señal de cambio, dijeron delegados durante el congreso.

”La crisis que vivimos nos enseñó que debemos unirnos”, dijo Moyano, el líder de los sindicatos que rompieron con la mayoría de la CGT en 2000 y se agruparon en una central rebelde.

”Vamos a empezar a recuperar el espacio y el protagonismo que el movimiento obrero organizado había perdido, y vamos a demostrar que somos un movimiento irremplazable”, dijo el dirigente el camionero este miércoles, aludiendo a los sectores piqueteros.

La CGT se dividió cuatro años atrás por diferencias en la forma de enfrentar la política del gobierno, y en particular una reforma laboral que flexibilizó las normas de contratación.

La CGT ”oficial” se mantuvo más o menos sumisa durante el gobierno de Menem y también en el de su sucesor, Fernando de la Rúa (1999-2001).

Tras la renuncia de De la Rúa, en diciembre de 2001, los dos sectores permanecieron bastante replegados, mientras el país experimentaba un severo colapso económico, social y político.

En cambio, los diversos grupos piqueteros fueron intensificando desde entonces sus protestas y reclamos de trabajo, subsidios por desempleo, reparto de alimentos, vestimentas o útiles escolares para los más pobres. En las luchas callejeras casi una decena de sus activistas han muerto por la represión policial.

”No podemos sólo representar a los trabajadores en actividad, debemos pensar en exigir la creación de nuevos empleos para millones de argentinos desocupados”, dijo el recién designado Lingeri ante los delegados al congreso de la reunificada CGT.

Rueda subrayó que las mujeres durante muchos años ”vieron como sus compañeros se quedaban sin empleo y sus hijos sin posibilidades de acceder a una educación de calidad”, y ahora están llamadas a participar en la conducción de la central para revertir un penoso cuadro de pobreza y desempleo.

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