La biopiratería podría pasar al banquillo de los acusados en la negociación del tratado de libre comercio que Estados Unidos propone a tres de los países con mayor riqueza biológica del mundo: Colombia, Ecuador y Perú, a la vez andinos y amazónicos.
Esa es la intención del portavoz de las tres naciones sudamericanas en la mesa que negocia el capítulo de propiedad intelectual del acuerdo, Luis Angel Madrid, funcionario y experto del Ministerio colombiano de Comercio Exterior.
Los tres países forman parte de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), que desde 1969 avanza hacia la creación de un área económica común, junto con Venezuela (no invitada por Washington a negociar, presumiblemente por diferencias con el gobierno de Hugo Chávez) y Bolivia, que se incorporaría a la negociación cuando esté más adelantada.
La segunda ronda del total de ocho previstas para acordar el tratado sesiona esta semana en la ciudad estadounidense de Atlanta, y la propiedad intelectual es uno de 16 temas que se abordan en otras tantas mesas de negociación.
"Estados Unidos ha venido patentando la biodiversidad andina en una práctica que no dudamos en calificar de biopiratería, y vamos a decirle claramente (en el marco de la negociación) que eso no nos gusta", dijo Madrid a IPS.
La biopiratería es el usufructo ilegal de recursos genéticos y conocimientos tradicionales vinculados a ellos.
El borrador que estudian los negociadores dice en su artículo octavo: "Cada país deberá permitir las patentes para las siguientes invenciones: a) plantas y animales; y b) procedimientos diagnósticos, terapéuticos y quirúrgicos para el tratamiento de humanos y animales".
"La normativa andina (en el marco de la CAN) nos prohíbe patentar plantas y animales", comentó Madrid sobre este texto, revelado por el diario colombiano El Tiempo.
Así, el material sujeto a patente debe ser una creación humana con algún grado de inventiva y, sobre todo, con aplicabilidad industrial.
"El capítulo sobre propiedad intelectual es ofensivo. A (los estadounidenses) les importa profundizar la ventaja que tienen. De hecho, el mayor énfasis lo han puesto en el tema de derechos de autor", sobre todo en el área de la química farmacéutica, agregó Madrid.
"A Estados Unidos no le interesa negociar (el acceso a los recursos genéticos) porque ya viene haciéndolo unilateralmente", pero Colombia "quiere ser ofensiva en el punto de la biodiversidad, que es el único tema que está reglamentado por un marco (jurídico supranacional), el de la CAN", añadió.
La CAN reconoce como "un valor estratégico en el contexto internacional" la mega diversidad biológica en el área andina, una de las mayores del mundo, y los recursos genéticos.
La normativa fue adoptada por el bloque andino en 1996 y tiene mayor jerarquía jurídica que las legislaciones nacionales de sus países miembros. Reconoce los derechos de las comunidades indígenas, afroamericanas y campesinas "sobre sus conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales asociados a los recursos genéticos y sus productos derivados".
Sin embargo, establece la soberanía de la nación sobre los recursos y sus derivados, lo que incomoda al liderazgo indígena, que pide la titularidad de ambos en sus territorios ancestrales, donde las comunidades han aplicado el conocimiento colectivo en la conservación y aprovechamiento de las especies biológicas.
Para Madrid "las normas estadounidenses no son tan precisas como las normas andinas, y vamos a defender el régimen andino sobre acceso a recursos genéticos".
Madrid se reunió el viernes con José Soria, secretario general de la Organización de los Pueblos Indígenas del Amazonas Colombiano (Opiac), en un primer encuentro convocado por la Dirección de Etnias del Ministerio del Interior y de Justicia, con asistencia de autoridades ambientales. IPS fue el único medio de comunicación que presenció la reunión.
Madrid manifestó a Soria, único indígena que asistió a la cita, el interés gubernamental de que "las comunidades se involucren en la negociación, que haya un ojo celoso que acompañe" el proceso y de iniciar un proceso de diálogo que posteriormente sería ampliado a los afrocolombianos, con el fin de "recibir opiniones sobre aquello que les atañe directamente".
El objetivo es "eliminar el ruido" que acompaña la negociación del tratado de libre comercio, sostuvo el director de Etnias, Jesús Ramírez.
Las 90 etnias que habitan el territorio colombiano no superan dos por ciento de los 44 millones de habitantes, mientras en Perú la población indígena constituye 47 por ciento de sus 26 millones de habitantes, y en Ecuador, 43 por ciento de un total de más de 13 millones de personas.
Poco más de un millón de afrocolombianos habita en pequeñas comunidades tradicionales, muchas de ellas totalmente adaptadas al medio selvático costero.
La Constitución colombiana reconoce la autoridad estatal indígena sobre casi 31 millones de hectáreas, más del 27 por ciento del territorio nacional. Además, la Ley de Negritudes establece la propiedad colectiva de las comunidades negras sobre cerca de 800.000 hectáreas del noroccidental departamento del Chocó, que concentra la mayor riqueza biológica del mundo, según expertos.
El texto de la propuesta estadounidense no es totalmente secreto, pero tampoco es totalmente público. Por solicitud expresa de los negociadores estadounidenses, su contenido no está disponible en Internet y los gobiernos que han sido invitados a pactar el acuerdo tampoco deben darlo a conocer masivamente en la presente etapa.
Sin embargo, en la sede del Ministerio de Comercio Exterior es posible copiar el texto, en forma manuscrita, desde la pantalla de un computador público no habilitado para extraer copias digitales.
"En el texto no hay por ahora ningún intento de apropiarse de nada. No se está negociando el acceso a los recursos genéticos y no estamos negociando el conocimiento tradicional", subrayó Madrid.
Colombia, con una superficie terrestre que no alcanza a uno por ciento del área continental mundial, posee cerca de 10 por ciento de todas las especies de fauna y flora, y ocupa entonces el segundo lugar en riqueza biológica después de Brasil, según el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt.
Expertos estiman que 38 por ciento del territorio permanece aún inexplorado por la investigación biológica. Colombia tiene además 1.800 especies de aves, lo que le da el primer lugar en diversidad mundial de estas especies. Tres de ellas fueron descubiertas recientemente.
El país también cuenta con la mayor diversidad planetaria de flores silvestres, mariposas, lagartos y ranas.
Para los críticos del tratado con Estados Unidos el inciso b del borrador (referido a procedimientos diagnósticos, terapéuticos y quirúrgicos) podría golpear no sólo a la industria de medicamentos de bajo precio.
También podría robar o ignorar el conocimiento acumulado por generaciones de observación sistemática del comportamiento del entorno a través del "principio oral", como lo llama Marceliano Guerrero, médico tradicional de los indios uitoto del Amazonas.
Los chamanes y médicos tradicionales indígenas se preparan, según la etnia, durante 20 a 35 años para ejercer como tales, tras lo cual se convierten en las autoridades más respetadas y acatadas por sus comunidades.
Esa larga entrega al estudio no ha sido equiparada hasta ahora con los grados académicos de médicos y profesores.
Mediante la observación de los tiempos de maduración de ciertos frutos, los sabios de la selva amazónica son capaces de prever con meses de anticipación el advenimiento de una epidemia de malaria, y preservar de la enfermedad a su gente, sometiéndola a prolongadas dietas exentas de ciertas grasas animales y vegetales y de determinadas frutas.
Habrá que esperar para ver si esfuerzos de ingenio colectivo como éste son respetados en el capítulo definitivo sobre propiedad intelectual del tratado de libre comercio.