AMBIENTE: Danubio, el río-puente

El río Danubio fue en el pasado la frontera natural entre varios reinos de Europa, pero ahora es un puente que integra a sus modernos estados.

Las autoridades de la Unión Europea (UE) están decididas a explotar al máximo las virtudes de este extenso río, que en su curso de 2.888 kilómetros atraviesa ciudades de Alemania, Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Hungría, Rumania, Rusia, Serbia y Ucrania.

Para ello, intentan eliminar todos los obstáculos al tráfico de barcos.

El año pasado se retiraron 7.000 toneladas de escombro que se habían depositado en el lecho con la destrucción en 1999 de tres puentes de la localidad serbia de Novi Sad, a 80 kilómetros de Belgrado, por los bombardeos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Entre los restos de acero y cemento también había explosivos que no detonaron.

La ofensiva de la OTAN fue una respuesta a la represión contra la mayoritaria comunidad albanesa de la provincia serbia de Kosovo por parte del régimen de Slobodan Milosevic, depuesto en octubre de 2000.

La limpieza del lecho del río a la altura de Novi Sad estimuló la cooperación entre todos los países de la UE, además de agilitar el transporte fluvial.

”El interés de las principales potencias de Europa en abrir esa vía de transporte es comprensible. El transporte de carga en barcos pequeños es 14 veces más barato que por camión o por tren”, dijo el economista serbio Nebojsa Savic.

”El Danubio es esencial para la infraestructura de Europa”, afirmó, por su parte, el ex ministro de Economía serbio Goran Pitic.

El río se conecta con el gran sistema de transporte fluvial del Rin en Alemania, organizado en 1992. Esto permite la conexión de Europa occidental con el mar Negro y el abaratamiento de los costos de transporte de mercancías de Europa a Rusia y a las repúblicas del Cáucaso.

Los países europeos crearon en 1948 la Comisión del Danubio, con sede en Budapest, con el fin de supervisar la navegación en el río. Pero fue en los años 80, cuando se percataron de todo el potencial de la vía fluvial.

El volumen transportado por el río llegó a 91,8 millones de toneladas en 1987, casi 13 veces más que en 1950. Eran los años dorados del Danubio.

Pero las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas a la entonces República Federal de Yugoslavia (ahora Serbia y Montenegro) por su papel en las guerras de Bosnia-Herzegovina y Croacia en los años 90 redujeron el volumen a 20 millones de toneladas en 1994.

Sin embargo, la actividad del río se está recuperando. Más de 3.600 barcos pasaron bajo los puentes de Serbia en la primera mitad de 2003, ante 5.424 en todo el año previo y 3.705 en 2001. Se espera que la cantidad siga creciendo en 2004.

Parte de este ímpetu se debe también a la ampliación de la UE. Eslovaquia y Hungría se integrarán al bloque este año, mientras que Bulgaria y Rumania lo harán en 2007.

El bloque incluyó al Danubio entre los 10 corredores de transporte intereuropeos prioritarios con miras a la inversión y la confección de programas de desarrollo sustentable.

”Sin lugar a dudas, la libre circulación del Danubio es clave y tiene consecuencias muy importantes”, dijo a IPS el periodista e historiador rumano Daniel Cain.

El río ”estimula el comercio y la integración tanto entre los estados balcánicos como entre los miembros de la UE. Pero se necesita más infraestructura e inversiones”, señaló.

Por su parte, el administrador del puerto de Novi Sad, Zarko Milosev, señaló que reabrir la libre circulación en el Danubio ”es sólo el primer paso”.

”El río es muy importante porque gran parte de la industria e infraestructura europea, incluyendo astilleros, refinerías de petróleo, centrales petroquímicas y productoras de cemento, se ubica sobre sus márgenes”, indicó.

En septiembre de 2002, autoridades de gobierno de Bulgaria, Rumania y Serbia lanzaron una botella sellada al Danubio con un mensaje en el que se comprometían a iniciar una nueva era de cooperación.

Desde entonces, los tres países estudian proyectos conjuntos para crear nuevos puentes sobre el río.

Bulgaria solicitó un préstamo de 90 millones de dólares a la UE para financiar parte de la construcción de un segundo puente de su territorio al de Rumania.

La obra, que conectará a la ciudad búlgara de Vidin con la rumana de Calafat, demandará una inversión total de 300 millones de dólares y podría estar terminada para 2006.

El único puente hoy existente entre Bulgaria y Rumania está con frecuencia congestionado por su gran circulación.

La ubicación del nuevo enlace fue motivo de tensas disputas entre los dos países, que finalmente se resolvieron con la ayuda de Bruselas en 2000.

”La disputa por la localización del puente fue un claro ejemplo de cómo los países de los Balcanes todavía se resisten a trabajar juntos en proyectos de beneficio común. Esto refleja una larga historia de competencia política y económica”, dijo Cain.

El presidente de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE), Romano Prodi, señaló que es tiempo de que los países del bloque trabajen juntos para aprovechar las virtudes del río.

”El Danubio es un gran río europeo, que fluye a través del presente y el pasado de los países del continente. La UE debe sanar las heridas del pasado y construir un mejor futuro para todos los europeos, que deben trabajar juntos”, dijo Prodi.

”El río separó imperios hace cientos de años. Ahora debe ser la arteria que pulse la actividad económica y la prosperidad de los europeos. Los buenos tiempos están por venir”, dijo a IPS el historiador serbio Ivan Jesic.

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