MEXICO: Un millón de regresos a casa

”Traigo regalos, pero sobre todo nostalgia”, dijo Víctor al arribar al aeropuerto de la capital mexicana, procedente de Estados Unidos, país del que saldrán este mes, como él, un millón de mexicanos, en un flujo coyuntural que pone de cabeza la usual dinámica migratoria.

Víctor es uno de los 25 millones de mexicanos por nacimiento y ascendencia que residen en Estados Unidos, cuatro millones de los cuales lo hacen sin documentos legales, y la inversión de las corrientes migratorias en diciembre se debe a las tradicionales celebraciones familiares de Navidad y fin de año.

El gobierno de México desplegó en los aeropuertos, puertos y garitas aduaneras de la frontera con Estados Unidos a un ejército de funcionarios vestidos de blanco y numerosos carteles con la leyenda ”Bienvenidos paisanos”.

Todo es parte de un programa dirigido a asegurar el ingreso ordenado y seguro de los mexicanos que regresan para las fiestas, muchos de los cuales se quejan de que son extorsionados y robados por funcionarios de aduana compatriotas, al ingreso y al volver hacia Estados Unidos en los primeros días de enero.

”Yo no he tenido problemas y espero seguir así, pero uno tiene algo de miedo, pues estos 'güeyes' (personas, en tono algo despectivo) saben que traemos unos dólares”, señaló Víctor.

Vestido con pantalones vaqueros, zapatos deportivos tan nuevos como blancos, gafas oscuras y un llamativo sombrero de ala ancha, el emigrante que vuelve, de 23 años, contó que en México tiene a sus padres, quienes esperan de él muchos regalos y dólares para la fiesta de Navidad.

Mientras buscaba con avidez a sus familiares entre los cientos de personas que esperaban en los salones del aeropuerto a otros hijos, esposos, hermanos o amigos, procedentes también de Estados Unidos, Víctor relató que regresaba tras cuatro años de ausencia.

”Yo trabajo al otro lado (de la frontera) desde 1999 y ya tengo los papeles (de residencia) en orden, pero igual no me llego a acostumbrar, pues extraño a mi familia y por eso traigo también la nostalgia”, dijo.

No obstante, confesó que gracias a los dólares que envía a su familia, su mamá y su papá ”pueden vivir más tranquilos”.

Las remesas que envían los emigrantes a México pueden sumar este año 14.500 millones de dólares, una cifra histórica que colocaría al país como el líder en la materia, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo sobre el tema.

Los envíos de dinero de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos han crecido 15,7 por ciento en promedio anual desde 1999, hasta llegar a montos que superan los ingresos del país por turismo e inversión extranjera.

El presidente Vicente Fox demanda desde 2000 a Washington legalizar la estancia de los mexicanos que permanecen en Estados Unidos de modo irregular, pero no ha tenido éxito. No obstante, logró concertar con firmas privadas medidas que abarataron y facilitaron el envío de remesas.

Cuando se le preguntó a Víctor sobre las propuestas de Fox para los emigrantes, respondió que le parecen bien, pero no pudo decir nada más, pues en un segundo quedó rodeado de familiares que lo abrazaban y besaban, entre risas y algunas lágrimas.

Víctor, como la mayoría de los emigrantes que visitan su país por las fiestas de fin de año, tiene asegurado el regreso a Estados Unidos, pues cuenta con papeles migratorios. Pero también hay quienes, sin tener esos documentos, deciden visitar a sus familiares y arriesgarse a un retorno complicado.

De los mexicanos que residen en Estados Unidos, 9,5 millones lo son por nacimiento, y los restantes 15,5 millones por ascendencia.

En cuanto a nivel educación, 38,8 por ciento de ellos tienen cursados de nueve a 11 grados de escolaridad, y 29,8 por ciento de cinco a ocho grados, indicó un estudio del estatal Consejo Nacional de Población de México.

Cada año, un millón de mexicanos intentan ingresar a Estados Unidos, pero sólo 350.000 logran hacerlo para trabajar en ese país, donde llegan a ganar un promedio de 1.883 dólares mensuales, una remuneración inalcanzable en México para la mayoría de ellos.

La fuerte corriente migratoria se mantiene a pesar de que Washington aplica desde mediados de los años 90 políticas para frenarla por la fuerza, mediante el aumento de los controles y patrullajes fronterizos y la construcción de muros.

En su intento de llegar a Estados Unidos por las zonas menos vigiladas, que son también las más peligrosas por su geografía, de 2000 a 2002 murieron 1.699 mexicanos, y este año ya han muerto 395.

La política migratoria de Estados Unidos hacia México es un fracaso, pues criminaliza una dinámica generada por vecindad, intereses económicos y vínculos familiares, sostienen informes del Colegio de la Frontera Norte, institución académica mexicana que se especializa en el tema.

De 1991 a 2000, cuando se endurecieron los controles migratorios, tres millones de mexicanos establecieron su residencia en Estados Unidos, cifra mucho mayor a la de periodos anteriores.

De 1961 a 1970 fueron 300.000 los mexicanos que se afincaron en Estados Unidos, de 1971 y 1980 la cifra subió a 1,2 millones, y de 1981 a 1990 pasó a 2,1 millones.

”Los paisanos siguen viajando a Estados Unidos y no creo que eso pare mientras en México sigamos mal de la economía”, sostuvo Víctor, uno de los mexicanos que engrosaron un período de alta emigración.

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