El gobierno de Estados Unidos pretende emular al trío de poderosos videntes del filme «Minority Report», del cineasta Steven Spielberg, que en un mundo futuro predicen delitos para castigar a los sospechosos antes de que los cometan.
Para eso, la administración de George W. Bush dispuso el desarrollo de un sistema informático de avanzada para predecir atentados terroristas e identificar a los que pretenden perpetrarlos: el programa Terrorism Information Awareness (acceso a información sobre terrorismo, o TIA, por sus siglas en inglés).
Ese programa aplicará tecnología de punta en la búsqueda automática de patrones de conducta sospechosos en el uso de la red informática mundial Internet, del teléfono y de las tarjetas de crédito, así como registros médicos, judiciales y de viajes, entre otras muchas fuentes de datos.
TIA es desarrollado por la Oficina de Acceso a la Información de la Agencia de Proyectos de Investigación de Defensa Avanzada (DARPA), repartición del Departamento (ministerio) de Defensa que desarrolla, junto con el sector privado, herramientas tecnológicas para uso militar.
Encabeza esa oficina el almirante retirado John Poindexter, quien debió abandonar el Consejo de Seguridad Nacional en la presidencia de Ronald Reagan (1981-1989) tras participar en un sistema ilegal de venta clandestina de armas a Irán aplicado para financiar a la oposición armada al gobierno entonces izquierdista de Nicaragua.
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El gobierno de Bush asegura que TIA se concentrará en los no estadounidenses. Pero eso no significa que ése sea el único canal por el cual Washington procurará acceder a datos de extranjeros.
La prensa informó en abril que la empresa estadounidense ChoicePoint había comprado datos de millones de ciudadanos de ocho países latinoamericanos, que a su vez vendió a más de una docena de agencias del gobierno, como el Departamento de Seguridad Interna creado tras los atentados de septiembre de 2001.
A comienzos de este mes, ChoicePoint acordó devolver los archivos mexicanos al gobierno de Vicente Fox luego de un escándalo público y de una larga negociación entre representantes de la empresa y de los dos países.
Varios gobiernos de países en los que ChoicePoint obtuvo bancos de datos iniciaron investigaciones para determinar la legalidad de las actividades de la firma, que continúa entregando a Washington información sobre ciudadanos de Argentina, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Venezuela.
"El tráfico de datos es una violación de la privacidad, que es un derecho humano fundamental", dijo el coordinador de la no gubernamental Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en América Central (Codehuca), Daniel Camacho.
"Algunos países ya incorporaron este derecho a su legislación, por ejemplo, Estados Unidos. Por esa razón, el clan de Bush trata de hacer en otras partes lo que no puede hacer en su propio país", sostuvo Camacho.
Y, al contrario que los estadounidenses, los extranjeros no tienen representantes en el Congreso legislativo en Washington para proteger sus intereses, lamentó Mahir Ksirsagar, del no gubernamental Centro de Información sobre Privacidad Electrónica (EPIC), organización que detectó las actividades de ChoicePoint en América Latina.
Las lagunas legales permiten el funcionamiento de esquemas como los de TIA y ChoicePoint, aunque este último se dedica principalmente a información básica procedente de registros electorales.
De hecho, TIA es por lejos el proyecto de procesamiento de datos de mayor alcance jamás planificado, según coinciden muchos expertos.
El programa contará con el sistema Identificación Humana a Distancia, cuyos datos procederán de videocámaras y que permitirá reconocer a individuos a más de 200 metros de distancia mediante tecnología que reconoce rostros, iris, posturas y gestos, incluso en ambientes oscuros y en todas las condiciones de clima.
Otro sistema, denominado Charla-Texto Efectivo, Disponible y Reutilizable (EARS), transcribirá automáticamente conversaciones telefónicas y radiofónicas así como reuniones, incluso cuando intervengan más de dos personas, según un informe presentado por DARPA al Congreso.
"Con EARS, Estados Unidos tendrá 1.000 veces más oídos ('ears', en inglés) de los que tiene ahora trabajando en la explotación de comunicaciones orales", indica el informe.
Identificación Humana a Distancia y EARS son dos pequeñas partes de un masivo proyecto de recolección de datos, que tendrá muchos sistemas en patrulla constante sobre casi toda fuente disponible de información, vigilando cada patrón de conducta que pueda servir para detectar actividad terrorista.
Uno de esos programas es el Análisis Escalable de Redes Sociales, diseñado para examinar las relaciones de un individuo, los grupos a los que éste pertenece y sus relaciones personales, con parámetros que incluyen a los amigos de los amigos y a los vínculos de los vínculos de los vínculos.
Ya hay varias pruebas en curso para estimar la eficacia de TIA. Ocho de las nueve agencias que participan en ellas son unidades del Departamento de Defensa. La novena es la Agencia Central de Inteligencia (CIA). DARPA indicó que aún no hay resultados destacables.
De todos modos, DARPA pronosticó que TIA estará operativo en 2004.
Mientras el gobierno cumple con el sueño de hacer realidad la película "Minority Report", aumenta la oposición al programa TIA. Cada vez más ciudadanos tratan de asegurarse de que, en este caso, la vida no imite al arte.
"Nuestro país debe combatir el terrorismo, pero no debería lanzar sabuesos virtuales a husmear en los registros financieros, educativos, médicos y de viaje de millones de estadounidenses", dijo el senador Ron Wyden, del opositor Partido Demócrata.
Wyden, Russ Feingold y Jon Corzine son tres senadores demócratas que se oponen a TIA, junto con una amplia gama de organizaciones liberales —como EPIC y la Unión Americana para las Libertades Civiles— y conservadoras, entre las que figura Estadounidenses para la Reforma Impositiva.
EPIC ha enfatizado ante el Congreso que TIA "examina crímenes que no han sido cometidos por gente que no cometió crímenes". La organización preguntó si el proyecto es compatible con los valores nacionales estadounidenses.
Corzine advirtió que TIA se basa sobre un "enfoque orwelliano". El legislador se refería al escritor George Orwell, autor de "1984", novela que trazaba un futuro en que un gobierno omnisciente vigila a todos los ciudadanos a través de diversas tecnologías.
En mayo, TIA cambió su nombre de Total Information Awareness (conocimiento o acceso total a la información, en inglés) a la actual denominación, que alude solo al terrorismo. El cambio responde a la finalidad de que nadie creyera que TIA se dedicaría a realizar informes secretos sobre los ciudadanos, sostuvo DARPA.
Pero Mahir Kshirsagar, de EPIC, mantiene el escepticismo. "El Pentágono (Departamento de Defensa) hace un gran esfuerzo por hacer de cuenta de que esto es apenas un problema de relaciones públicas. Pero el problema, en realidad, es de sustancia. El nombre original de TIA reflejaba adecuadamente lo que era el programa".
* Con aportes de Néfer Muñoz, desde San José.