SALUD: Ambiente deteriorado por los adultos enferma a los niños

El mundo se desentiende de las mayores amenazas a la salud de los niños, en especial de los que nacen en países en desarrollo, pero esa ignorancia se puede remediar mediante estrategias propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El desgaste propio de la etapa de crecimiento y las acechanzas del medio determinan la vulnerabilidad de los niños, que deberían ser tratados como ”los futuros guardianes de nuestro planeta”, dijo la OMS en un llamado para movilizar la opinión pública con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este lunes.

Los expertos en salud comprueban que todos los niños y niñas están expuestos desde edad temprana a riesgos ambientales que pueden provocar daños irreparables y son origen de gran parte de la morbilidad y la mortalidad que pesan sobre la infancia.

Más de cinco millones de menores de 14 años de edad mueren cada año a causa de enfermedades vinculadas con su hogar, su escuela y su comunidad, consignó la directora general de la OMS, Gro Harlem Brundtland.

”Sabemos lo que hay que hacer. Se han trazado estrategias para combatir estas amenazas”, aseguró Brundtland, que este lunes encabezó en Nueva Delhi los actos de celebración del Día Mundial de la Salud.

Más de un tercio de las enfermedades están relacionadas con factores ambientales. En el caso de los niños, se trata del entorno en que viven, estudian y juegan.

Por otra parte, los niños son especialmente vulnerables a los riesgos ambientales porque atraviesan la etapa de crecimiento continuo y en consecuencia consumen más alimentos, aire y agua que los adultos en proporción a su peso.

Esa particularidad es una de las causas por las cuales los menores de cino años, que apenas representan 10 por ciento de la población mundial, constituyan en la actualidad 40 por ciento de la carga de la morbilidad mundial.

La morbilidad es el coeficiente entre personas enfermas y sanas en la comunidad, mientras que la mortalidad refleja el número de fallecimientos en una población.

Entre las enfermedades vinculadas con el ambiente, Brundtland mencionó la diarrea, el paludismo y otras transmitidas por seres vivos, las infecciones respiratorias agudas y los traumatismos no intencionales.

Cuando las razones humanitarias se demuestran insuficientes, la OMS apela a argumentos más prosaicos para evidenciar que la inacción ante esos males ha causado perjuicios irreparables.

Por ejemplo, el producto interno bruto de Africa sería en la actualidad unos 100.000 millones de dólares mayor si en el continente se hubiera detenido con éxito el paludismo hace 30 años, calculó la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A pesar de sus cifras excepcionales de crecimiento económico, China podría haber expandido 7,7 por ciento más su producción si hubiera evitado los problemas de salud causados por la contaminación.

La OMS dijo que dos males derivados de la contaminación del aire, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y las infecciones de las vías respiratorias inferiores, causaron en China la muerte de 1,9 millones de personas, más de 21 por ciento del total de defunciones en el país.

Pero también los países ricos se desentienden de la cuestión ambiental. La exposición a sustancias tóxicas puede costar unos 300.000 millones de dólares anuales a las naciones industrializadas.

En Estados Unidos, el peso financiero de las enfermedades de la infancia de origen ambiental se eleva cada año a 55.000 millones de dólares.

Mientras, generaciones enteras de niños de los países en desarrollo han estado expuestas a determinados riesgos presentes en su entorno, advirtió la OMS.

La agencia enumera entre esos riesgos el agua no apta para el consumo, el saneamiento deficiente, la contaminación del aire en ambientes interiores, la insuficiente higiene de los alimentos, las malas condiciones de la vivienda y el tratamiento inadecuado de los desechos.

Con los tiempos modernos han aparecido riesgos por el uso indebido de sustancias químicas peligrosas, del tratamiento inadecuado de desechos tóxicos y de otros peligros ambientales como el ruido y la contaminación industrial.

La OMS apunta de manera especial que las sustancias químicas empledas en los juguetes o en productos de uso doméstico pueden ser también perjudiciales para los niños.

En la última generación de amenazas potenciales para la salud se cuentan el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la contaminación con contaminantes orgánicos persistentes, substancias químicas y otros agentes, y las enfermedades emergentes.

En esa escenografía transcurre la vida de los niños de los países pobres, con frecuencia en asentamientos insalubres y en hacinamiento, en zonas rurales desatendidas o en barrios urbanos miserables, donde carecen de acceso a servicios básicos como agua y saneamiento, electricidad o atención de salud.

Con ese caldo de cultivo, la carga de morbilidad causada por enfermedades relacionadas con el ambiente es grande y recae de manera desproporcionada en los niños, dedujo Brundtland.

Pero la directora de la OMS puso una nota de optimismo al asegurar que todas esas enfermedades se pueden prevenir.

La OMS ha lanzado una nueva iniciativa, la Alianza en pro de los Ambientes Saludables para los Niños, que se propone involucrar en un gran movimiento a organizaciones mundiales, locales, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, instituciones educativas y asociaciones del sector privado.

La Alianza se ocupará de los riesgos ambientales y promoverá la prevención y la intervención en los lugares donde pasan el tiempo los niños, para asegurar que crezcan seguros, sanos y felices. ”Así podrán convertirse en los futuros guardianes de nuestro planeta”, concluyó la OMS.

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