AGRICULTURA: Café orgánico sabe cada vez mejor

El café orgánico alimenta las esperanzas de cultivadores lencas, que logran mejores precios en un panorama deprimido. Se trata de sembrar ”en sintonía con la naturaleza”.

Indígenas caficultores de la región central de Honduras adoptaron métodos orgánicos de plantación en 1999 para sobrellevar la caída de los precios internacionales. Cuatro años después, se llevan una tajada del reñido mercado internacional y califican su experiencia como un reencuentro con la tierra.

Más de 100.000 familias que dependen de la actividad cafetalera en este país exportaron 3,4 millones de quintales (45 kilogramos) en 2002, y afrontan para este año una caída de 30 por ciento en la producción, dijo a Tierramérica Ulises Sevilla, especialista del estatal Instituto Hondureño del Café (Ihcafe).

Pero en las montañas de Marcala un grupo de 64 indígenas lencas alimenta sus esperanzas en el cultivo del café orgánico.

Ellos son una porción de dos millones de hondureños —un tercio de la población— dedicados a la caficultura, el segundo rubro de exportación de este país.

En sus pequeñas parcelas, los lencas plantan cafés especiales que están cautivando el mercado internacional por su calidad y sabores exóticos: pimienta, menta, cítricos y chocolate.

”Decidimos probar otra forma de sembrar y volvimos a encontrarnos con la tierra y sus riquezas”, relató a Tierramérica el cultivador Demetrio Benítez.

”Dejamos de utilizar químicos y apostamos por la agricultura orgánica, que no es otra cosa que sembrar como Dios manda, es decir, en sintonía con la naturaleza”, explicó.

Como fertilizantes, aplican gallinaza (estiércol de aves de corral) y ”bocashy”, una mezcla de pulpa de café, estiércol, melaza, levadura y materias secas, con buenos resultados en cuanto al mejoramiento y rendimiento de los suelos.

En una extensión de 145 hectáreas cultivadas, los lencas incorporaron plantas que dan sombra al café y constituyen una producción paralela mientras se aguarda la cosecha.

Cultivar café orgánico bajo sombra incrementa el vigor de la planta y la calidad y sabor del grano, explicaron a Tierramérica portavoces del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), con sede en Costa Rica.

Además, el café orgánico bajo sombra protege el suelo y brinda hábitat y alimento a la vida silvestre, añadieron.

Por el exceso de oferta, los precios internacionales del café se derrumbaron en la última década de 120 dólares el quintal a 50 dólares, su valor más bajo.

Pero las calamidades que soportan los cafetaleros no son sólo los bajos precios. En 1998, el huracán Mitch provocó grandes desastres, destruyó plantaciones y agravó la erosión y vulnerabilidad de los suelos, recordó especialista del Ihcafe.

La crisis derivó en el abandono de fincas. Hay zonas donde ”los cultivos están botados y los caficultores desesperados”, dijo Sevilla.

Por eso, el café orgánico es un ”mecanismo de sobrevivencia”, aunque se trata todavía de un mercado reducido que al parecer no crecerá con celeridad, advirtió Sevilla.

A su juicio, puede hablarse de ”un boom, pero el proceso es complejo”.

El café cultivado por métodos tradicionales produce divisas por 174 millones de dólares anuales en Honduras.

Según datos oficiales, el país exporta a Estados Unidos unos 10.000 sacos de 69 kilos de café orgánico, plantado en 30 pequeñas cooperativas.

La experiencia es ”alentadora pues exportamos los primeros lotes de café orgánico con un sobreprecio de 23 dólares” por cada saco de 69 kilos, que se cotiza en el mercado a 55 dólares por unidad, dijo el técnico Rodolfo Peñalba, de la no gubernamental Fundación para el Desarrollo Empresarial Rural (Funder), que suministra apoyo técnico y financiero a los agricultores lencas.

Debido a que mantuvieron la calidad del grano, los productores calculan para este año un sobreprecio de 26 dólares, afirmó Peñalba.

Las plantaciones convencionales utilizan pesticidas peligrosos. Y los árboles fueron removidos casi completamente. Por tanto, el suelo quedó expuesto al sol y la lluvia, y se redujo la fertilidad, ocasionando una fuerte erosión, según el CATIE.

Además de agravar la pobreza, la crisis cafetalera podría tener consecuencias ambientales por la conversión de fincas de café de sombra en pastizales, advirtió la institución científica.

* Publicado originalmente el 12 de abril por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica. (

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