IRAQ: Chile y México, huesos duros de roer para EEUU

El plan de Estados Unidos para atacar Iraq ha encontrado un imprevisto obstáculo en la actitud de Chile y México, los dos países de América Latina que ocupan actualmente lugares rotativos en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Los gobiernos de esas naciones no se han alineado con Washington, pese a recibir presiones y a los intereses que arriesgan, como sí lo hicieron otros de la región en el pasado, incluso de forma burda y sin guardar las apariencias.

Sin embargo, portavoces del gobierno estadounidense aseguraron el miércoles que ya cuentan con ocho de los nueve votos necesarios para que el Consejo apruebe una moción que autorizaría atacar a Iraq, presentada por Estados Unidos, Gran Bretaña y España, y filtraron versiones de que también lograrían apoyo de Chile o México.

”No creo que sea cierto (que Estados Unidos ya cuenta con ocho votos). Washington no tiene los votos, pero dice lo contrario para presionar”, dijo a IPS el director del departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México, Rafael Fernández.

Chile y México no apoyarán a Estados Unidos en una resolución de ataque a Iraq, pues son países que ”ya no caben en la categoría de los Estados clientelares de América Latina y el Caribe, que tienen pavor a las amenazas de Estados Unidos”.
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El presidente chileno Ricardo Lagos dijo este jueves que ”no es efectivo” que Chile haya comprometido su voto a favor de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, al ser consultado tras versiones en ese sentido difundidas el miércoles, sobre todo por la cadena de televisión estadounidense CNN.

Lagos confirmó que habló el miércoles por teléfono con su par estadounidense George W. Bush, para comentar algunos aspectos de la propuesta británica con seis condiciones adicionales para el desarme de Iraq.

En todo caso, según fuentes del gobierno citadas este jueves por el diario chileno El Mercurio, Santiago aún considera demasiado escaso el plazo de una semana para ese desarme, planteado por Estados Unidos y sus aliados.

Lagos se reunió el miércoles con una delegación de la Conferencia Episcopal Latinoamericana, y manifestó luego con pesimismo que considera ”inminente” la guerra.

También lamentó que hasta ahora no hayan fructificado los esfuerzos de Chile por una salida pacífica en el marco de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) que garantice el desarme iraquí.

Las fuentes citadas por El Mercurio dijeron que Chile piensa en principio votar contra la propuesta británica de condiciones adicionales, con el argumento de que no ofrece plazos y métodos viables, pero que esa posición ”podría cambiar mañana” (o sea este jueves), si hay mayores precisiones.

En el pasado, los países de la región que ocuparon asientos en el Consejo de Seguridad se plegaron casi siempre a las potencias del Norte y fueron sumisos a Washington, señaló a IPS el alemán Heinz Dieterich, investigador de temas internacionales en la mexicana Universidad Autónoma Metropolitana.

Colombia fue uno de esos ejemplos. Antes de dejar su puesto en el Consejo en diciembre, y cuando ejercía la presidencia de ese organismo, manipuló un informe de Iraq sobre depósito de armas y lo entregó a Estados Unidos antes que a otros miembros.

En esa ocasión, Colombia actuó ”como un país de quinta (categoría), alcahuete y soplón”, escribió a propósito de ese hecho Carlos Lemos, ex ministro colombiano del Interior.

”Es un lujo para la región tener ahora Chile y México, países con una fuerte tradición diplomática, en el Consejo de Seguridad”, opinó Fernández.

La actitud de Chile y México frente a Washington recibe el aplauso de muchos gobiernos de la región y, según todas las encuestas conocidas, sintoniza con la oposición a una guerra en Iraq de la gran mayoría de la población latinoamericana.

Ambos países tienen relativa estabilidad política y económica, que contrasta con los actuales problemas de varios otros del hemisferio, y promueven una resolución sobre Iraq distinta a la del bloque formado por Washington, Gran Bretaña y España, que apunta a atacar pronto, pero también a la de Francia, Rusia y Alemania, que busca dar más tiempo a Bagdad para que se desarme.

La propuesta de los dos latinoamericanos es presentar a Iraq un listado de asuntos pendientes de desarme y fijar una fecha de cumplimiento alrededor del 28 de marzo. Si Bagdad incumple, se abriría la posibilidad de un ataque militar.

Para promover su plan, los representantes de Chile y México, que por primera vez en su historia coinciden como miembros no permanentes del Consejo, organizaron varias reuniones en la sede del foro mundial, en Nueva York.

Además, no dudaron en criticar de forma abierta las posturas distantes que mantienen los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo: China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia.

”La guerra no es un paso como cualquier otro”, y lo que está en juego en el Consejo de Seguridad de la ONU es una ”decisión de bombardeos, de muerte de gente, de situaciones catastróficas para un país”, destacó el representante de Chile en ese organismo, Juan Gabriel Valdés.

Chile y México abogan por el consenso, el multilateralismo y el desarme de Iraq, pero sobre todo por la paz, afirmó el representante de México en el Consejo, Adolfo Aguilar.

Chile formó parte del Consejo en tres periodos anteriores, en 1952-53, 1961-62 y 1996-97, y México en dos, en 1946 y 1980-81.

En esos periodos, los dos países promovieron la solución pacífica de las controversias, y por reformas del funcionamiento del Consejo para hacerlo más democrático y eliminar el privilegio del veto que ejercen los miembros permanentes.

Chile y México son los únicos países del continente que han negociado con éxito acuerdos de libre comercio con Estados Unidos, aunque Santiago aún aguarda la ratificación parlamentaria del tratado.

Además, los dos tienen acuerdos de asociación política y económica con la Unión Europea (UE).

Washington ha advertido a ambas naciones, en forma velada y directa, que corren riesgo de sufrir represalias si no votan a favor de su postura bélica.

Algunos analistas creen que Chile tendría menos que perder, porque su principal socio comercial es la UE, y Estados Unidos el segundo, pero además mantiene una fuerte presencia en los mercados de América Latina y Asia.

En cambio, 80 por ciento del comercio internacional de México se realiza con Estados Unidos, que es además su vecino, y en territorio estadounidense hay más de 20 millones de mexicanos o descendientes de mexicanos, de los cuales unos cuatro millones son residentes indocumentados.

Pero el presidente mexicano Vicente Fox ha sostenido que la relación de su país con Estados Unidos es madura, y se mantendrá así con independencia del desenlace de la cuestión iraquí.

El portavoz de la Casa Blanca, Ari Flescher, dijo este jueves que la moción de Washington y sus aliados sería votada en el Consejo este viernes o durante la próxima semana.

Eso fue interpretado en Chile como un reconocimiento de que Estados Unidos aún no logra los nueve votos que busca, y por lo tanto seguirá su presión sobre Santiago.

– – Con aportes de Gustavo González (Chile)

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