PAKISTAN: Nuevo primer ministro aliado de Musharraf

El nuevo primer ministro de Pakistán, Mir Zafarullah Khan Jamali, deberá mantener el equilibrio entre el creciente sentimiento popular antiestadounidense y las prioridades geopolíticas, y, al mismo tiempo, consolidar una coalición de gobierno de más de una docena de partidos.

Jamali pertenece a la Liga Musulmana de Pakistán-Quaid (PML-Q), alianza cercana al presidente Pervez Musharraf. Su designación como primer ministro este jueves puso fin a un bloqueo político iniciado luego de las elecciones legislativas del 10 de octubre.

El nuevo jefe de gobierno, primer civil que ocupa el cargo desde que Musharraf depuso a Nawaz Sharif en 1999 mediante un cruento golpe de Estado, agradeció al presidente por restaurar la democracia. Además, reprodujo en su discurso una consigna de Musharraf: ”Pakistán está primero.”

Ningún partido logró por sí solo una mayoría parlamentaria clara en las elecciones. El bloqueo se rompió cuando Jamali recibió 172 de los 342 votos en el congreso legislativo este jueves, el número exacto que necesitaba para su designación.

Las elecciones convirtieron al PML-Q en el principal partido en el parlamento, con 118 escaños. Le siguen el Partido del Pueblo de Pakistán (PPP) de la ex primera ministra Benazir Bhutto, exiliada en Gran Bretaña, con 81, y la coalición de partidos islámicos Mutahidda Majlis-i-Amal (MMA), con 60.

El resto se reparte entre pequeños partidos y parlamentarios independientes, que, junto con algunos legisladores del PPP, votaron la designación de Jamali como primer ministro.

Jamali, un ex gobernador de la provincia de Balochistán y jefe de la tribu local Jamali, deberá enfrentarse con unadura oposición, alimentada por los sentimientos contra Musharraf y contra Estados Unidos que aumentaron en la última campaña electoral.

Washington levantó las sanciones contra Islamabad, dispuestas por las pruebas con armas nucleares que realizó este país en 1998, cuando Musharraf ofreció a Estados Unidos su territorio para lanzar a fines de 2001 una guerra dirigida a desalojar del poder a las milicias islámicas Talibán de Afganistán.

”El pueblo quiere que el gobierno trabaje duro para restaurar la soberanía nacional, que fue comprometida ante Estados Unidos por el gobierno militar. No queremos ser ciudadanos de un país que no toma sus propias decisiones ni establecer su propio derrotero”, dijo el empresario y activista Babar Alí.

En la propia provincia de Jamali, fronteriza con Afganistán, una abrumadora mayoría votó por la MMA, coalición de seis partidos islámicos que propone la retirada de las tropas estadounidenses que aún combaten contra Talibán y contra los remanentes de la red radical islámica Al Qaeda.

La alta votación obtenida por partidos islámicos podría preanunciar un cambio en las políticas seculares desarrolladas por Musharraf, que reunió en su persona los cargos de primer ministro y de presidente hasta las elecciones.

Pero Occidente prevé que Jamali cumpla con los compromisos asumidos por el gobierno militar de lucha contra el extremismo religioso.

Por otra parte, Musharraf, quien hace pocos días prestó juramento como presidente para un periodo de cinco años, continuará concentrando el poder político aun tras el inicio de la restauración democrática que supuso las elecciones legislativas.

”Continuaré desarrollando mi importante papel por la seguridad del país”, dijo Musharraf el miércoles al declarar su respaldo a Jamali.

A su vez, el nuevo primer ministro afirmó que la política exterior de Musharraf le deparó al país el respeto internacional. ”La transferencia del poder avanza gracias a Musharraf, quien señaló el camino y cumplió con sus promesas”, dijo Jamali.

Mientras el presidente supervise cada paso que dé el gobierno, será difícil para Jamali equilibrar el sentimiento antiestadounidense predominante con una política exterior proestadounidense.

Pero la soberanía y la política exterior son asuntos secundarios para la mayoría de los pakistaníes, más preocupados por la pobreza, el desempleo y la falta de una red de seguridad social en estos tiempos de crecientes dificultades económicas.

”El gobierno de Musharraf no fue mejor que los anteriores elegidos en las urnas. Nada cambió para mi familia. Los precios subieron pero los ingresos se estancaron. Estamos peor que antes”, dijo el obrero Sheraz Malik.

De los 149 millones de habitantes, los que viven por debajo de la línea de pobreza aumentaron de 40 millones en 1999 a 48 millones este año. El precio de la electricidad se multiplicó por 11 desde que Musharraf dio el golpe de Estado contra Sharif.

Jamali representa la continuidad de la política económica y de las reformas iniciadas por Musharraf. ”No lo veo como un primer ministro poderoso. Encabeza una coalición de gobierno de muchos partidos, y dejar a todos felices no será fácil”, dijo el periodista Nasir Zaidi.

El respaldo del nuevo primer ministro procede del PML-Q, de disidentes del PPP y de parlamentarios independientes. El candidato del MMA, Maulana Fazlur Rehman, obtuvo 86 votos, y el del PPP, Makhdoom Shah Mahmood Qureshi, 70. (FIN/IPS/tra- eng/mr/aag/mj/js/ip/02

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe