ALEMANIA-EEUU: Schroeder en aprietos por protestas contra Bush

Las protestas callejeras previstas en Alemania para la semana próxima, contra la visita del presidente estadounidense George W. Bush, podrían poner en aprietos al canciller (jefe de gobierno) Gerhard Schroeder.

Grupos de izquierda y contrarios a la globalización resolvieron manifestarse contra el ”aventurismo” y el ”militarismo” del régimen de Bush, quien visitará Berlín los días 22 y 23.

Schroeder, por otra parte, prometió la ”solidaridad incondicional” de su país con la ”guerra contra el terrorismo” lanzada por Estados Unidos a raíz de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington.

La policía anunció el mayor despliegue de seguridad jamás realizado en la capital alemana, con más de 10.000 agentes en servicio, reforzados con policías antidisturbios de ciudades cercanas, guardias de frontera y comandos especiales en alerta.

El servicio secreto interno de Alemania, la Oficina para la Protección de la Constitución (OPC), declaró el miércoles que preveía problemas por parte de varios grupos que podrían planear manifestaciones violentas contra la política exterior de Estados Unidos.

Las autoridades vigilan en la red Internet sitios web de grupos radicales que piden ”refuerzos” para Berlín durante la visita de Bush, explicó Claudia Schmid, funcionaria de la OPC.

”Estamos vigilando atentamente los movimientos de conocidos revoltosos que han actuado en otras manifestaciones contra la globalización en otras partes de Europa, y sabemos que algunos de ellos vendrán a Alemania”, agregó.

”Nos preocupan mucho las manifestaciones”, expresó Hans-Ulrich Klose, miembro de la comisión de asuntos exteriores del parlamento por el gobernante Partido Social Demócrata.

Los legisladores no sólo están preocupados por cuestiones de seguridad, sino también por el mensaje que las protestas transmitirán a Estados Unidos.

”Hace poco tuvimos a (el presidente de Rusia) Vladimir Putin en esta ciudad y fue bien recibido en todas partes, ahora tendremos a Bush y será recibido con gritos e insultos”, dijo Klose.

Muchos políticos han criticado al opositor Partido del Socialismo Democrático (PDS), sucesor del partido comunista de la antigua Alemania Oriental, por planear manifestaciones callejeras contra las acciones militares de Estados Unidos.

El PDS se opone férreamente a la participación militar alemana en el exterior.

Los planes del PDS ”estimularán a otros grupos a salir a las calles. Es un acto irresponsable”, afirmó Vokmar Schultz, presidente del grupo parlamentario alemán-estadounidense.

A los grupos radicales de izquierda y activistas contra la globalización se unirán organizaciones neonazis que celebraron junto con algunos grupos musulmanes los atentados del 11 de septiembre, a los que consideraron ”un golpe contra el capitalismo judío”.

El pacifista Partido Verde, socio menor de coalición del Partido Social Demócrata de Schroeder, discute si participar de las manifestaciones.

El Partido Verde, cuyo líder Joschka Fischer es el ministro de Relaciones Exteriores, se opone a cualquier participación adicional de Alemania en Afganistán, y en particular a la expansión de la guerra antiterrorista contra Iraq.

Muchos legisladores creen que esa oposición debería manifestarse de modo más discreto dentro del ámbito parlamentario.

Bush pronunciará un discurso el jueves 23 ante el Bundestag, la cámara baja. Muchos críticos del militarismo estadounidense consideran que el parlamento es el mejor ámbito para expresar opiniones mesuradas sobre el punto a que Alemania está dispuesta a llegar en el respaldo a la guerra antiterrorista.

El mandato político para el envío de tropas alemanas a Afganistán vencerá en junio, cuando Schroeder deberá obtener del parlamento un nuevo mandato.

Gran parte de la opinión pública es contraria al despliegue de tropas alemanas en el exterior, debido al pasado militarista de este país.

Sin embargo, la oposición no es tan fuerte como alguna vez fue. Alemania ya envió soldados a los Balcanes y a Afganistán, y tiene tropas estacionadas en el cuerno de Africa.

”La actitud de los alemanes ha cambiado. La guerra y la limpieza étnica en los Balcanes modificó la opinión pública (sobre la participación militar alemana en el exterior) mucho más de lo que los políticos admiten”, afirmó Christoph Bertram, director del Instituto Alemán de Asuntos Internacionales y de Seguridad, con sede en Berlín.

Sin embargo, las supuestas amenazas del régimen iraquí a la seguridad mundial con armas de destrucción masiva no requieren una respuesta inmediata como los atentados del 11 de septiembre o el conflicto en los Balcanes, y una campaña contra Bagdad sería mucho más difícil de vender al público alemán.

”El parlamento podría respaldar una acción en Iraq. La cuestión es cómo reaccionaría el público”, dijo Klose.

Aunque el temor al despliegue de soldados en el exterior haya disminuido, los legisladores no otorgarán a Bush un ”cheque en blanco”.

Muchos parlamentarios critican en privado a Bush por exigir ”solidaridad incondicional” de sus aliados sin pensar en las consecuencias para ellos.

Schultz advirtió que un conflicto en Iraq podría propagarse y causar disturbios en las comunidades musulmanas de Europa, en especial en Alemania, que tiene una considerable minoría islámica.

”Nuestra posición política es que primero hay que intentar la vía diplomática. Demos a (el presidente iraquí) Saddam Hussein otra oportunidad de aceptar a los inspectores de armas de las Naciones Unidas para evitar una guerra”, exhortó.

”La cuestión no es sólo cómo deshacernos de los terroristas, sino qué se debe hacer después”, observó Gerd Weisskirchen, presidente de la comisión de asuntos exteriores.

Incluso en Washington se discuten ”distintas situaciones” con respecto a Iraq, por lo que el asunto está todavía abierto a discusiones, dijo Weisskirchen a la comisión esta semana. (FIN/IPS/tra-en/yj/raj/mlm/ip/02

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