Al menos 3.000 personas contrajeron leptospirosis en la capital de Indonesia desde principios de año, un brote que expertos en salud atribuyeron a las inundaciones de los últimos meses y la falta de previsión de las autoridades.
Diecisiete de esas 3.000 personas murieron. Esta enfermedad ataca el hígado y los riñones de manera muy rápida, señaló Soekirno Soekin, director del hospital Tarakan, de Yakarta.
La proliferación de la bacteria causante de la leptospirosis se produjo por las inundaciones que afectaron hasta 80 por ciento de Yakarta en enero y febrero, afirmó Evi Zelfino, funcionaria de salud pública de la capital.
Pero otro factor importante fue la falta de capacidad del gobierno para prever las enfermedades que las inundaciones pueden ocasionar y realizar a los afectados las recomendaciones correspondientes para prevenirlas.
Las autoridades locales de salud pública todavía no han organizado una campaña de información sobre la leptospirosis pese a que los casos siguen acumulándose, señalaron críticos.
La leptospirosis es una enfermedad bacteriana que afecta a personas y animales como ratas, cerdos, vacas, ovejas, perros, murciélagos y aves.
La enfermedad puede contraerse por contacto con suelo contaminado con orina de animales infectados, pero también caminando en agua con orina de ratas infectadas, y esta es exactamente la forma en que miles de residentes de Yakarta la contrajeron.
La bacteria ingresa al organismo a través de orificios naturales o de heridas, y se manifiesta unas cuatro semanas después.
Los síntomas de la leptospirosis incluyen fiebre, dolor de cabeza, escalofríos, dolores musculares y vómitos. Algunos enfermos también padecen ictericia, enrojecimiento ocular, dolor abdominal, diarrea o sarpullido.
Muchos de estos síntomas pueden confundirse con los de otras enfermedades, y algunos pacientes no muestran síntoma alguno. Sin embargo, resulta fácil diagnosticar la enfermedad mediante un análisis de sangre u orina.
Si una víctima de leptospirosis no recibe tratamiento, puede sufrir insuficiencia hepática y respiratoria, daño renal y meningitis.
Aunque la enfermedad puede llegar a ser fatal, raramente cobra vidas porque su tratamiento es muy simple, señalaron expertos en salud.
De hecho, muchos médicos se sorprendieron por las 17 muertes producidas en Yakarta este año.
Soekin, en cuyo hospital murieron siete de los 557 pacientes de leptospirosis que recibió, destacó que los medicamentos para tratar la enfermedad están disponibles.
Cualquiera de las clínicas comunitarias diseminadas por toda la capital está en condiciones de resolver el problema, pero incluso los grandes hospitales a veces no lo hacen. Sólo puede ser una cuestión de ignorancia, opinó.
La prevención del contagio también debería ser algo muy simple, por ejemplo mediante medidas de higiene, señaló Soekin.
También debería recomendarse a la gente que proteja su cuerpo lo más posible si debe vadear las aguas de una inundación, pero sólo luego de informarla sobre la leptospirosis y otras enfermedades a las que se expone, exhortó el médico.
Ese tipo de información podría salvar muchas vidas en una metrópolis propensa a las inundaciones.
Yakarta no posee un sistema de drenaje, y aun si el gobierno lo construye, la gente ocupará esos lugares para otros fines, opinó Aris Fachrur, un empleado de una empresa privada de la capital.
Ni el gobierno ni la comunidad tienen conciencia de la importancia de un ambiente saludable, lamentó.
Mientras las autoridades municipales no puedan resolver el problema de las inundaciones, los brotes de leptospirosis continuarán produciéndose, previno Chalik Masulili, funcionario de la Oficina de Salud Pública de Yakarta.
Entre tanto, quizá la Oficina de Salud Pública pueda comenzar una campaña de información pública para prevenir la enfermedad. (FIN/IPS/tra-en/ky/mlm/he-en/02
