Fundamentalistas hindúes de India pusieron plazo para la construcción de un templo en el mismo sitio en que hace nueve años destruyeron una mezquita del siglo XVI, en la septentrional ciudad de Ayodhya.
Los fundamentalistas, vinculados al Bharatiya Janata Party (BJP, Partido Nacionalista Hindú) del primer ministro Atal Bihari Vajpayee y movilizados por el Vishwa Hindu Parishad (VHP, Consejo Mundial Hindú), exigen que se les entregue el terreno antes del 12 de marzo.
El terreno de 26,8 hectáreas fue expropiado por el gobierno en 1993, en virtud de una ley especial.
El VHP organizó el 20 de enero una manifestación de «sadhus» (hombres sagrados) en Adyodhya para reafirmar el plazo del 12 de marzo y lanzar una procesión de advertencia a Nueva Delhi.
Una delegación de «sadhus» se reunió con Vajpayee el día 27 y le extrajo la promesa de que procuraría una solución jurídica para la disputa del templo.
Vajpayee condicionó la promesa a un consenso dentro de su coalición de gobierno, la Alianza Nacional Democrática, e incluso al acuerdo de los partidos de oposición para transferir el disputado terreno a una organización hindú que construya el templo.
Paradojalmente, fue Vajpayee, el supuesto «moderado» hindú, el que promovió la demanda de construcción del templo el año pasado al afirmar que representa el «sentimiento nacional» y legitimar el plazo del 12 de marzo.
El BJP y el VHP tienen una relación estrecha y casi simbiótica. Ambos son miembros de la «sangh parivar» (familia), llamada así por la ashtriya Swayamsevak Sangh o Unión de Voluntarios Nacionales, una sociedad secreta, masculina y furiosamente chauvinista que cree en un estado hindú.
La Unión, formada en 1925, es la inspiración ideológica y política del BJP. También fundó al VHP, entre más de 200 organizaciones.
En la década de 1980, el VHP lanzó una enérgica campaña contra la mezquita de Babri, en Ayodhya, supuestamente construida por el primer emperador mogol, Babar, en 1528. Según la tradición hindú, en Ayodhya había nacido el dios Brahma.
Numerosos líderes del BJP, entre ellos el actual ministro del Interior, Lal Krisha Advani, y el ministro de Educación M.M. Joshi, condujeron activamente esa campaña, que culminó con la demolición de la mezquita en diciembre de 1992.
Los choques intercomunitarios que se sucedieron dejaron alrededor de 1.300 muertos en varias ciudades de India y se extendieron incluso a los vecinos Pakistán y Bangladesh.
La campaña contra la mezquita de Babri fue crucial para el crecimiento electoral del BJP, que aumentó su representación en la cámara baja del parlamento de dos escaños en 1984 a 89 en 1989.
Pero desde 1998, el apoyo popular al BJP disminuyó en la mayor parte de India, y en especial en el norteño Uttar Pradesh, el estado más poblado del país, donde se encuentra Ayodhya.
Este mes habrá elecciones legislativas en Uttar Pradesh, y la reanudación de la campaña del templo es interpretada como una táctica desesperada del BJP para evitar una derrota electoral.
Sin embargo, la escasa respuesta a la «procesión de advertencia» convocada por el VHP sugiere que la estrategia no le dará buenos resultados al partido líder de la coalición de gobierno.
El secretario internacional del VHP, Praveen Togadia, advirtió que el templo hindú será construido pase lo que pase.
«La supervivencia del gobierno de Vajpayee no es nuestra prioridad», declaró.
El VHP anunció que ocupará el terreno de Ayodhya por la fuerza el día 24, si el gobierno no lo autoriza.
Además de los cálculos electorales del BJP, otro factor detrás de la campaña del templo es el fortalecimiento de los sectores derechistas y antiseculares en India en base a la «guerra contra el terrorismo» lanzada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre.
Los grupos hinduistas de derecha esperan que la plataforma antiterrorista del gobierno le permita atacar a la minoría musulmana en aras de la «seguridad nacional». (FIN/IPS/tra-en/pb/js/mlm/cr-ip/02
