JAPON: Destitución de canciller amenaza popularidad de Koizumi

La renuncia forzada de la canciller Makiko Tanaka asestó un golpe a la popularidad del gobierno de Japón y frustró las esperanzas de las mujeres, que aspiraban a lograr influencia en la política nacional.

«Estoy muy decepcionada por cómo (el primer ministro Junichiro) Koizumi destituyó a Tanaka», expresó Masako Nattori, concejal del barrio de Hino, en el norte de Tokio. «Su decisión demuestra que los hombres controlan la política japonesa».

Koizumi anunció la renuncia de la canciller en una conferencia de prensa a las 01:00 de este miércoles, luego de hablar con la funcionaria.

El mandatario alegó que los procedimientos parlamentarios estaban alterados por el enfrentamiento de Tanaka con el vicecanciller Yoshiji Nogami y el político veterano Muneo Suzuki, un hombre de gran influencia en la política exterior.

«Las sesiones de la Dieta (cámara baja del parlamento) deben continuar», dijo a la prensa.

Nogami también fue obligado a renunciar, y se prevé que Suzuki, del gobernante Partido Liberal Democrático, renuncie a la presidencia de la comisión permanente de la Dieta.

Los partidos de oposición habían cuestionado duramente el conflicto entre Tanaka, Nogami y Suzuki en los últimos dos días de sesiones parlamentarias, desviando la atención del debate presupuestal.

Koizumi dijo sentirse responsable por no haber podido resolver el conflicto, iniciado cuando Tanaka acusó a Suzuki de estar por detrás de la decisión de Nogami de prohibir la participación de dos organizaciones no gubernamentales (ONG) en la conferencia de donantes sobre Afganistán, celebrada la semana pasada en Tokio.

Finalmente se permitió a las ONG participar de la última sesión de la conferencia como observadoras, a instancias de Tanaka.

Pronto se instaló una disputa en la Dieta sobre cuál de los dos, Tanaka o Suzuki, tenía la razón.

Con sus promesas de lucha contra la incompetencia burocrática y la corrupción, Tanaka, de 58 años, contribuyó a la alta popularidad de Koizumi desde que asumió el poder, el pasado abril.

Sin embargo, sus deslices diplomáticos le costaron muy caro. Poco después de ser designada, faltó a una reunión con el subsecretario de Estado (vicecanciller) de Estados Unidos, Richard Armitage, y alegó que estaba muy ocupada estudiando sus nuevas responsabilidades.

También llegó tarde a una reunión con el canciller de Irán, porque estaba buscando un anillo perdido.

Más grave aún, contradijo la política del gobierno sobre las relaciones entre China y Taiwan al declarar que la cuestión de la soberanía taiwanesa se resolvería pacíficamente al igual que en el caso de Hong Kong.

También contradijo al gobierno en cuanto a un polémico texto escolar de historia aprobado por Tokio que según los críticos resta importancia a los crímenes de guerra cometidos por los japoneses en Asia.

Pese a sus deslices, la hija del ex primer ministro Kakuei Tanaka sigue siendo popular.

«Sé que Tanaka puede ser demasiado extrovertida, pero me gusta porque trató de reformar la burocracia. Por mi parte, no respaldaré más a Koizumi», declaró Shigeru Nishimura, gerente de un restaurante de la capital.

El primer ministro, que actualmente goza de una tasa de aprobación de 72 por ciento, es consciente de los riesgos de su decisión.

«Sé que esto tendrá un impacto», declaró a la prensa en la madrugada del miércoles.

Trascendió que, en un intento por mantener su popularidad, Koizumi sustituirá a Tanaka por Sadako Ogata, la respetada ex titular del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Pero los grupos feministas no están satisfechos con esta sustitución.

«Koizumi trata de apaciguar los ánimos al viejo estilo político llamando a Ogata, pero esto no es bueno para Japón y no es lo que las mujeres queremos», declaró la concejal Nattori.

Otras mujeres del gabinete ministerial reprocharon a Koizumi los comentarios que formuló el pasado viernes, cuando respondía preguntas de periodistas sobre la irrupción en llanto de Tanaka debido a su enfrentamiento con Suzuki y Nogami.

«Las lágrimas son el arma más eficaz de las mujeres. Cuando las mujeres lloran, los hombres no podemos competir con ellas», dijo el primer ministro.

Ese comentario desató la ira de las 18 legisladoras de la Dieta, que lo consideraron sexista y exigieron al mandatario una retractación. (FIN/IPS/tra-en/sk/js/mlm/ip/02

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