Argentina concederá atención prioritaria al Mercosur, en busca de una moneda común, de mecanismos de solución de controversias y de una estrategia coordinada con Brasil para captar inversiones y aumentar el comercio, anunció el canciller Carlos Ruckauf.
El canciller agradeció al presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, por su apoyo al esfuerzo de Argentina por superar el colapso social y económico.
También dijo, reunido el jueves con representantes de la prensa internacional, que su gobierno acepta la propuesta de Brasil de organizar misiones conjuntas al exterior en busca de negocios, en lugar de competir por la radicación de inversiones.
Ruckauf señaló que los cancilleres del Mercosur (Mercado Común del Sur) y los de Bolivia y Chile acordaron el 11 de este mes en Buenos Aires la creación de un equipo para el análisis de convergencia macroeconómica que en febrero comenzará a estudiar la idea de una moneda común.
Así mismo, afirmó que el Mercosur, conformado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, debe tener un mecanismo de solución de controversias «sustitutivo» del que puso en marcha la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Quien acuda a esa futura instancia interna no podrá recurrir también a la OMC, según la propuesta del canciller argentino.
Ruckauf fue designado canciller del gobierno de Eduardo Duhalde en la primera semana de este mes y viajó en seguida a Brasil, para entrevitarse con Cardoso.
Antes de su primera misión en el exterior, anunció que la diplomacia argentina practicará la «poligamia». Es decir, que intentará mantener buenos vínculos con el Mercosur, pero también con Estados Unidos, la Unión Europea y el resto del mundo.
En cuanto a las relaciones del Mercosur con la Comunidad Andina (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), «hay voluntad» de avanzar para forjar una asociación de libre comercio, indicó.
El canciller también se refirió a las declaraciones del presidente de Estados Unidos, George Bush, que el miércoles aseguró que apoyará a Argentina. Bush advirtió también que el abandono de las políticas de libre mercado y de reformas estructurales puede agravar los conflictos.
Ruckauf aclaró que Estados Unidos es un país «aliado y amigo» de Argentina y que el gobierno de Duhalde coincide con Bush en que no se debe abandonar el camino de la libertad económica. No obstante, puntualizó que las condiciones «heredadas» obligan a mantener «políticas dirigistas» por algún tiempo.
Este jueves presentó su renuncia el presidente del Banco Central, Roque Maccarone, tras recibir algunas críticas por la forma en que afrontó la crisis financiera, especialmente las dificultades surgidas por la devaluación y por la retención de depósitos de los ahorristas.
Ruckauf se refirió al llamado «corralito» -que alude al encierro de los depósitos en los bancos- como a una herencia «siniestra» del gobierno de Fernando de la Rúa, desmantelado el 20 de diciembre. Pero aclaró que la administración de Duhalde «no confunde táctica con estrategia».
Maccarone fue reemplazado por el vicepresidente del Banco Central, Mario Blejer. Mientras, el Ministerio de Economía anunció nuevas medidas para la flexibilización del retiro de dinero, aunque no en efectivo, sino mediante instrumentos como tarjetas de débito y de crédito y cheques.
Ruckauf insistió en que Argentina cree en la libertad de mercados, pero advirtió que debe esperarse que el gobierno «defienda» la producción nacional, como dijo Duhalde. Como ejemplo, mencionó el caso de los limones argentinos, que tienen dificultades para ingresar en Estados Unidos.
Bush señaló que Argentina debe contar con «un plan sustentable» para enfrentar sus problemas, pero Ruckauf entendió que no se trata de ninguna «exigencia».
A su juicio, el presidente estadounidense sólo se refirió a la necesidad de una política económica de crecimiento y de justicia social, y que pueda poner a Argentina en condiciones de cumplir con sus compromisos externos. El pago de la deuda externa está suspendido desde la última semana de diciembre.
Ruckauf consideró difícil que Bush con sus palabras aluda a la necesidad de «volver a las épocas» de Carlos Menem (1989-1999), de De la Rúa y del ex ministro de Economía Domingo Cavallo. El consejo de Bush es «buscar una salida por el lado de la libertad económica, no del dirigismo», afirmó.
«No creo que Bush pretenda que Argentina vuelva a las políticas de los últimos cuatro años, que produjeron la mayor depresión del continente, la etapa recesiva más larga del siglo y la caída del cumplimiento de obligaciones de la deuda externa más grande en relación con el producto interno bruto», subrayó el ministro. (FIN/IPS/mv/ff/ip/02
