La comunidad internacional no cumple sus obligaciones con quienes buscan asilo y los pone en peligro, advirtió la organización no gubernamental humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF), con sede en la capital belga.
En la última década, el acostumbramiento al problema de los refugiados ha determinado que disminuya la presión sobre gobiernos para que los reciban, dijo a IPS el director general de MSF, Rafael Vilasanjuan, en ocasión del lanzamiento del «Informe de Actividades 2000-2001» de esa organización.
«En la actualidad, la imagen de los refugiados se vincula sobre todo con conflictos, crisis, enfermedades infecciosas y otros problemas en los países que los albergan», señaló.
«Por lo tanto, la comunidad internacional da prioridad al regreso de los refugiados a sus naciones de origen, sin tener en cuenta su derecho a elegir ni la situación en los países de los cuales proceden», comentó.
«Los fondos aportados para resolver la cuestión se destinan sobre todo a la repatriación, en perjuicio de la atención de los refugiados en los países a los cuales emigran», explicó.
MSF cumplirá este viernes 30 años de actividad dedicada en especial a las víctimas de guerra, violencia, exclusión, desplazamiento forzoso, hambre y enfermedades mal atendidas.
El 28 de julio de este año se cumplieron 50 años de la Convención sobre la Situación de los Refugiados, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para proteger a quienes huyen de países debido a inseguridad y persecución, y garantizar el respeto por sus derechos.
Una conferencia organizada por la ONU los días 12 y 13 de este mes en Ginebra, con asistencia de ministros de 156 países y delegados de organizaciones no gubernamentales (ONG), aprobó una declaración en la cual los Estados firmantes prometieron cumplir «en forma plena y efectiva» obligaciones impuestas por el tratado de 1951 y su protocolo de 1967.
Sin embargo, «vemos el continuo deterioro de la situación» de los refugiados, opinó Vilasanjuan.
«Las principales actividades de MSF se relacionan con crisis humanitarias causadas por guerras. Este año comenzó con crisis de refugiados en Guinea, y termina con una gran crisis humanitaria en Afganistán. En ambos casos, se han negado derechos a personas en busca de asilo», enfatizó.
La ONU trabaja en Ginebra para reforzar la implementación de la convención de 1951, la protección de los refugiados que integran oleadas migratorias, el reparto de la carga entre los países que los reciben, las medidas de seguridad para defenderlos y la búsqueda de soluciones duraderas para sus problemas.
Representantes de 48 países de Africa se reunieron en Ginebra el viernes, convocados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, y discutieron una estrategia común ante la situación de millones de miles de refugiados en ese continente, muchos de ellos exiliados desde hace décadas.
Decenas de miles de refugiados en Africa Occidental quedaron atrapados en «una situación muy peligrosa» a fines de 2000 y comienzos de 2001, señaló MSF.
El derecho de esas personas a escapar de sus países de origen y obtener refugio es amenazado por las políticas de gobiernos que las mantienen confinadas sin otorgarles asilo, apuntó.
«La imagen de los refugiados se ha deteriorado en los 10 últimos años. Los integrantes de la comunidad internacional nos acostumbramos a su sufrimiento y no adoptamos las decisiones adecuadas» para remediarlo, sostuvo Vilasanjuan.
Por otra parte, las organizaciones humanitarias afrontan cada vez más dificultades para auxiliar a esas personas.
El caso de Afganistán es «un ejemplo en extremo preocupante y revelador de la lamentable tendencia a disminuir la protección brindada a los refugiados», opinó el director de operaciones de MSF en Bruselas, Christopher Stokes, en una conferencia dictada el jueves.
«Es probable que haya más de cinco millones de refugiados afganos en otros países, la mayoría de ellos en Pakistán e Irán. La historia reciente de guerra, persecución por motivos étnicos o religiosos y colapso ambiental en Afganistán ha expulsado a sus habitantes en todas direcciones», explicó.
«Los afganos han vivido bajo un régimen de increíble represión e intolerancia, cuyo control sobre el país fue en aumento desde 1994. Pese a ello, los países vecinos cerraron en forma progresiva sus fronteras» a quienes trataban de huir de Afganistán, indicó.
Los vecinos Pakistán e Irán fueron las naciones que más aplicaron esa política, e hicieron el ingreso de afganos a sus territorios tan peligroso como pudieron. Eso se debió en parte a la carencia de ayuda internacional a esos países para afrontar la masiva presencia de refugiados en la última década, afirmó.
«Temo que las mismas políticas hostiles hacia los refugiados afganos sean empleadas para obligarlos a regresar a Afganistán antes de que ese país esté listo para recibirlos», expresó.
«Existe el peligro de que el derecho a elegir de esas personas sea subordinado al deseo de otros países de 'normalizar' la situación en Afganistán», tras la rendición a comienzos de este mes del movimiento Talibán, fundamentalista islámico, que controlaba la mayor parte del territorio afgano, añadió.
La Unión Europea (UE) recibe cada año a unos 500.000 refugiados y desplazados, cerca de 3,5 por ciento del total mundial calculado de 14,5 millones. Hay más de tres millones de refugiados en Africa y unos seis millones en Medio Oriente.
MSF lleva a cabo programas para refugiados enEspaña, Bélgica, Francia e Italia, Estados miembros de la UE, en los cuales brinda asistencia médica básica a buscadores de asilo e inmigrantes indocumentados, y procura que se les permita acceder a servicios públicos de salud.
También les proporciona asistencia para resolver problemas psicológicos, sociales y legales vinculados con su situación.
La abogada Liesbeth Schockaert, del centro de operaciones de MSF en Bruselas, dijo a IPS que todos los países de la UE aplican políticas de control de fronteras y otras medidas para que refugiados y desplazados vuelvan a las regiones de las cuales provienen o a países ajenos al bloque europeo.
Por ejemplo, en el sudoriental puerto italiano de Brindisi no se permite desembarcar a indocumentados provenientes de Albania que llegan en botes, para que no puedan presentar solicitudes de asilo, y los mismo ocurre con marroquíes que llegan a España, destacó.
Esas políticas determinan que los buscadores de asilo deban regresar a sus países de origen o comiencen un ciclo de deportaciones en cadena, con escalas en Eslovaquia, Ghana, Pakistán, Rusia, Sri Lanka u otros países, desde los cuales son a menudo obligados a regresar a sus naciones de origen.
La UE cierra sus puertas mientras espera que Guinea, Kenia, Irán, Pakistán y otros países alberguen a cantidades crecientes de refugiados, en ocasiones durante décadas, y eso «socava el derecho de las personas a escapar y recibir protección cuando la necesitan, incluso en territorio europeo» lamentó Schockaert. (FIN/IPS/tra-eng/bk/wk/mp/pr hd/01