INFANCIA: Llamado a combatir explotación sexual

El aumento de la explotación sexual comercial de niños y adolescentes exige una acción mundial inmediata en todos los frentes, urgieron este lunes líderes políticos y expertos reunidos en esta ciudad japonesa, al comienzo de una conferencia internacional sobre la cuestión.

«Aunque pasaron cinco años desde la conferencia de Estocolmo, el problema se ha agravado», dijo la reina Silvia de Suecia al inaugurar el Segundo Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de Menores, del que participan unos 3.300 delegados gubernamentales y activistas de 138 países.

Cada hora hay 125 nuevos niños y niñas víctimas del comercio sexual, y el advenimiento de Internet estimuló la propagación de la pornografía infantil y otras formas de abuso, según estadísticas citadas por la reina Silvia, cuyo país fue sede del primer congreso mundial, en 1996.

«La explotación comercial sexual de menores es nada menos que una forma de terrorismo. Aquellos que desean destruir la vida y el futuro de esos niños no deben ser tolerados ni un año, ni un día, ni una hora más», dijo la directora ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carol Bellamy.

El canciller japonés Makiko Tanaka instó a no dejar flaquear la voluntad política cinco años después de Estocolmo. Se le unieron en su exhortación la princesa Takamado y la ministra de Justicia Mayumi Moriyama, de Japón, y Josephine de Linde, de la organización Fin a la Prostitución y el Tráfico de Menores (ECPAT) Internacional.

Los oradores destacaron la pobreza, la falta de acceso a la educación y la falta de protección de los derechos de la infancia como factores que empujan a millones de menores a la explotación sexual.

La enorme demanda y los esfuerzos en los últimos años por controlar el problema en algunas partes del mundo también llevaron a los explotadores sexuales a buscar víctimas en nuevas regiones y países, como Europa oriental, Africa, India y México.

«La proliferación de conflictos armados y el desplazamiento de poblaciones enteras, la creciente disparidad entre comunidades de todo el mundo, el aumento del consumismo y la ampliación de las redes de comunicación -caminos, transporte aéreo y medios electrónicos y satelitales- crean condiciones propicias para el aumento de la demanda», señaló Bellamy.

Sin embargo, los participantes señalaron también varios progresos en el combate a la explotación sexual de menores.

Uno de ellos es la tendencia a una mayor participación de jóvenes en esa lucha, y la representación en el congreso de Yokohama es prueba de ello. Más de 90 menores de unos 20 países participan del encuentro.

Los jóvenes presentaron al congreso un documento preparado por ellos mismos en la ceremonia de apertura.

El joven japonés Junnosuke Tashiro, quien leyó el documento, exhortó a funcionarios de gobierno, activistas y ciudadanos a no olvidar a aquellos niños que mueren o padecen horribles abusos luego de ser forzados a prostituirse en países extranjeros.

«No hemos olvidado las voces de nuestros hermanos. No les fallemos; ya les hemos fallado antes», exhortó.

Los menores también reclamaron programas de rehabilitación más efectivos para las víctimas, mejor acceso a la educación y mayor acceso a la investigación y la documentación producida por gobiernos y organizaciones no gubernamentales (ONG) sobre la infancia.

Pero sobre todo, pidieron una participación igualitaria en la lucha contra la explotación sexual comercial.

Los oradores destacaron que Yokohama sería una ocasión muy importante para que los participantes intercambiaran información, compartieran planes de acción y discutieran las lecciones y las dificultadas enfrentadas en los últimos cinco años.

Funcionarios de Japón, anfitrión del congreso, aprovecharon la ocasión para destacar las medidas del gobierno contra el flagelo.

Moriyama resaltó la Ley contra la Pornografía Infantil y otra aprobada en diciembre de 1999 que impide las relaciones sexuales entre adultos y menores de 18 años, como pasos en la dirección correcta.

«Estas leyes son hitos, considerando la arraigada tradición de tolerancia hacia el asunto», destacó la ministra, quien se refirió a la práctica actual de «enjo kozai» o «citas compensadas», en las que adolescentes ofrecen servicios sexuales a hombres mayores a cambio de bienes materiales.

El término, explicó Maruyama, fue acuñado por la prensa japonesa, dominada por hombres, y refleja la laxitud de los valores morales observados en Japón.

La tolerancia social hacia esa práctica también puede apreciarse en la renuencia a llamar prostitución a la «enjo kosai», y en cambio a considerarla un tipo de cita.

Muchos otros países también aprobaron leyes contra la explotación sexual de menores. Una de ellas fue la aprobada en Francia en junio de 1998, que aumentó las penas por el abuso sexual no violento de menores de 15 años.

En los últimos años, también se instauraron normas que permiten a los ciudadanos de ciertos países ser juzgados por delitos sexuales cometidos en el extranjero.

Sin embargo, en esta área se precisa más experiencia para lograr la efectividad de esas normas, a nivel nacional e internacional, señalaron los expertos. (FIN/IPS/tra- en/sk/mlm/hd/01

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