DERECHOS HUMANOS-SUDAFRICA: División racial es cosa del presente

La antigua división entre los negros y los blancos de Sudáfrica persiste en la vida cotidiana siete años después del fin del apartheid o régimen de segregación racial, pese a los cambios formales.

Los sudafricanos deben recorrer un largo camino antes de alcanzar la verdadera reconciliación y unidad nacional, destacó Charles Villa-Vicencio, director ejecutivo del Instituto para la Justicia y la Reconciliación.

Villa-Vicencio realizó esas manifestaciones el domingo 16, fecha declarada Día de la Reconciliación con el fin de promover la unidad entre los sudafricanos.

Las elecciones de abril de 1994, que dieron la presidencia a Nelson Mandela en un gobierno de unidad nacional, fueron los primeros comicios democráticos de la historia de Sudáfrica.

Pero desaparecidas las barreras del apartheid, permanecieron las económicas y culturales. Los trabajadores negros ganaban nueve veces menos que los blancos, y la desocupación era respectivamente de 33 y tres por ciento.

La mortalidad infantil entre los negros era de 53 por ciento, mientras que entre los blancos era de uno por ciento.

Si bien se avanzó algo en esos aspectos, «aún vivimos en espacios e historias diferentes, y pensar que tendremos una memoria común luego de siete años de democracia es absurdo», comentó Villa-Vicencio.

En la historia sudafricana, el 16 de diciembre es importante por diferentes motivos para los distintos grupos étnicos y culturales.

En la era del apartheid, los «afrikaners» o descendientes de colonos holandeses celebraban en esa fecha el Día de la Promesa.

A comienzos del siglo XIX, muchos granjeros afrikaners se trasladaron desde la costa hacia el interior en protesta por el colonialismo británico. Holanda perdió sus colonias en Africa austral a manos de Gran Bretaña durante las guerras imperiales de aquel entonces.

Los afrikaners querían establecer repúblicas independientes en esas tierras «vacías», pero los conflictos con los aborígenes ocupantes de esos territorios fueron inevitables.

En 1837, uno de los líderes afrikaners, Piet Retief, realizó negociaciones con el rey zulú Dingane. Durante una ceremonia de firma de un acuerdo, Dingane hizo matar a Retief y toda su comitiva.

En posteriores batallas entre zulúes y afrikaners, ambas partes sufrieron numerosas bajas.

El 16 de diciembre de 1838, unos 10.000 zulúes atacaron a los afrikaners, pero la ventaja militar de los 470 atacados les permitió repeler al enemigo. Sólo tres afrikaners resultaron heridos, pero más de 3.000 zulúes murieron en la batalla.

Antes de la batalla, los afrikaners prometieron ante Dios que construirían una iglesia y que ellos y sus descendientes celebrarían esa fecha como un día de gracias si resultaran triunfadores.

En la era del apartheid, esa conmemoración caía muy mal a los sudafricanos negros.

También un 16 de diciembre, pero de 1961, se fundó en la ciudad de Johannesburgo Umkhonto we Sizwe (MK), el brazo armado del Congreso Nacional Africano (ANC). El ANC es el partido gobernante desde 1994 y es considerado la organización que liberó a los negros del apartheid.

La fundación del MK marcó un cambio en la estrategia del ANC para defender los derechos humanos y políticos de todos los sudafricanos. Hasta entonces, el ANC realizaba protestas pacíficas y campañas de desobediencia civil.

El gobierno de aquel entonces respondió con el arresto de activistas políticos y la proscripción de organizaciones.

«Teníamos una opción: rendirnos o pelear. Elegimos pelear», dijo Thenjiwe Mtintso, subsecretaria general del ANC, en referencia a la fundación del MK.

Aunque el MK realizó acciones limitadas en Sudáfrica, su existencia fue fuente de esperanza e inspiración para la resistencia de millones de sudafricanos durante el apartheid.

La organización se desintegró en 1996, cuando se estableció constitucionalmente la democracia en Sudáfrica.

Sin embargo, persiste una asociación de veteranos que decidieron conmemorar el 40 aniversario de la fundación del MK rindiendo tributo a los combatientes caídos y a los sobrevivientes.

La conmemoración tuvo por finalidad estimular valores como «el compromiso, la lucha, el sacrificio y el servicio a la gente» entre los jóvenes y la nación en general, destacó Mtintso.

Las celebraciones comenzaron con una reunión de los «trialistas» de Rivonia (el comando mayor del MK) que fueron detenidos en 1963 y condenados por traición.

El ex presidente Nelson Mandela, el primer comandante en jefe del MK, fue uno de los juzgados y sentenciados a cadena perpetua por «terrorismo». Mandela fue liberado en 1990 luego de 27 años de prisión.

El domingo se realizó un almuerzo en la granja donde el alto comando fue arrestado, y se entregaron medallas a los trialistas.

Pero «la importancia de la fecha consiste no tanto en la recordación, sino en la oportunidad de reconocer la diversidad y forjar un futuro común», señaló Villa-Vicencio.

«La reconciliación y la construcción de la nación es un proceso. Estamos haciendo historia y el futuro está abierto», concluyó. (FIN/IPS/tra-en/as/mn/mlm/hd/01

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