ESTADOS UNIDOS: Ataque al centro mundial del poder

Estados Unidos sufrió hoy una serie al parecer concertada de espectaculares y mortales ataques terroristas, mediante aviones secuestrados que se estrellaron contra sitios célebres de Nueva York y de Washington.

El saldo de los ataques podría ser de cientos o miles de muertos, especularon funcionarios y expertos. Hasta ahora no se difundieron informes oficiales sobre víctimas.

Si bien aún se desconoce la autoría de los atentados, éstos constituirían, según analistas independientes, el ataque más grave realizado en la historia por fuerzas extranjeras en territorio estadounidense.

El saldo de muertes podría superar el del ataque de la aviación japonesa contra la base naval de Pearl Harbour en Hawaii, en diciembre de 1941, que acabó con la vida de más de 1.700 personas y precipitó el ingreso de Estados Unidos en la segunda guerra mundial, recordaron los expertos.

«No se equivoquen, Estados Unidos cazará y castigará a los responsables», dijo el presidente estadounidense George W. Bush, quien agregó que las fuerzas de seguridad fueron declaradas en «estado de alerta máxima» en el país y en el extranjero.

Dos aviones comerciales al parecer secuestrados se estrellaron en Nueva York contra las torres gemelas del World Trade Center, de 110 pisos y con capacidad para 50.000 personas trabajando.

El primer episodio se produjo a las 09.45 hora local (13.45 GMT), el segundo, 20 minutos después. Dos horas más tarde, las cumbres de los dos edificios se derrumbaron.

Una hora después, un tercer avión chocó contra el Pentágono, sede del Departamento (ministerio) de Defensa estadounidense, en las afueras de Washington. Numerosos edificios del gobierno federal, monumentos y sitios turísticos en la capital estadounidense y de todo el país fueron evacuados.

La compañía aérea American Airlains confirmó que dos de sus aviones chocaron contra el World Trade Center, el que realizaba el vuelo 11 dirigido a la sudoccidental ciudad Los Angeles, secuestrado luego de despegar en la nororiental ciudad de Boston con 92 personas a bordo.

El segundo avión fue el que realizaba el vuelo 77, capturado mientras llevaba 64 personas de Washington a Los Angeles.

Además, la compañía United Airlines informó que dos de sus aviones también se estrellaron. El vuelo 93, un Boeing 757 en camino de Newark, en el nororiental estado de Nueva Jersey, a San Francisco, chocó unos 129 kilómetros al sudeste de la nororiental ciudad de Pittsburgh, con 45 personas a bordo.

Se desconoce si este avión tuvo un accidente no relacionado con los atentados. El segundo avión de United Airlines que se estrelló fue el Boeing 767 que realizaba el vuelo 175 de Boston a Los Angeles con 65 personas a bordo.

Las torres gemelas del World Trade Center, que dominan el paisaje de la isla neoyorquina de Manhattan, fueron blanco de un ataque de terroristas islámicos en 1993.

A este complejo edilicio asisten a trabajar unas 50.000 personas todos los días, y allí tienen sede numerosas firmas financieras internacionales. Su colapso dejó una gruesa capa de escombros y ceniza en todo el bajo Manhattan, como si un volcán hubiera entrado en erupción.

El Pentágono fue evacuado de inmediato luego del ataque, así como numerosos edificios federales en Washington, incluidos la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Departamento del Tesoro.

Bush, quien se encontraba en una escuela en el meridional estado de Florida, aseguró haber ordenado que «todos los recursos del gobierno federal se dirijan a ayudar a las víctimas y a sus familias y a conducir una investigación completa para cazar y encontrar a los tipos que cometieron este acto».

«El terrorismo contra nuestra nación no triunfará», declaró, poco antes de abordar el avión presidencial para dirigirse a una base de la Fuerza Aérea en el meridional estado de Louisiana.

Las autoridades ordenaron el cierre de edificios del gobierno federal en todo el país. La Administración Federal de Aviación cerró todos los aeropuertos de Estados Unidos, tanto para despegues como para aterrizajes, por primera vez en la historia.

Vuelos internacionales hacia Estados Unidos debieron dirigirse a Canadá, y los transatlánticos fueron suspendidos por al menos 24 horas.

Las autoridades declararon a Nueva York en estado de máxima alerta por el ataque. Se cerró provisoriamente el transporte subterráneo, así como todos los puentes y túneles de la ciudad. El edificio de la Organización de Naciones Unidas y el de la Bolsa de Valores de Nueva York fueron evacuados.

Tras los atentados los mercados financieros internacionales reaccionaron con una caída del dólar mientras subía el valor del euro y del oro.

Estados Unidos cerró sus fronteras con sus vecinos México y Canadá.

Los vehículos policiales de de bomberos y las ambulancias llenaron las calles de Washington en medio del desordenado tránsito.

En mitad de la mañana de este miércoles circularon rumores sobre una explosión cerca del edificio del Capitolio, sede del Poder Legislativo, y sobre la detonación de un coche-bomba fuera de la sede del Departamento de Estado. Ambas versiones fueron desmentidas.

Así mismo, se informó, que otro avión secuestrado volaba rumbo al Pentágono, y que dos aviones cazas F-16 sobrevolaban el área de Washington con el fin de interceptarlo. Sin embargo, ese ataque, a la postre, no se registró.

Varios analistas atribuyeron de inmediato los atentados a los grupos fundamentalistas islámicos vinculados con el millonario saudita Osama bin Laden, el hombre más buscado por los servicios de seguridad de Estados Unidos.

Bin Laden es responsabilizado por Washington de los atentados explosivos contra sus embajadas en Kenia y Tanzania, en 1998, y del ataque suicida contra el buque destructor estadounidense Cole apostado en las costas de Yemen, en 2000.

Luego de los atentados en las embajadas en Africa, el gobierno de Bill Clinton (1992-2001) ordenó la destrucción de supuestos campamentos de entrenamiento militar de Bin Laden en Afganistán y de una industria química en Sudán, país que, según Washington, tenía vínculos con el saudita.

El gobierno estadounidense presionó sin éxito a Afganistán para que extraditara a Bin Laden, a quien también acusó de planificar una serie de ataques en Estados Unidos a fines de 1999, que fueron desbaratados, según las autoridades.

Bin Laden, que permanece refugiado por el régimen del movimiento fundamentalista islámico Talibán, que domina la mayor parte del territorio de Afganistán, amenazó con expulsar a militares e intereses económicos de Estados Unidos del Golfo.

Pero los funcionarios estadounidenses se negaron a comentar sus sospechas.

El representante del régimen talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaeef, advirtió que era «prematuro levantar acusaciones contra una persona que no está en condiciones de llevar adelante tales ataques».

«Se trató de un plan bien organizado y Osama (Bin Laden) no tiene ese tipo de recursos», aseguró Zaeef, según informes de prensa procedentes de Kabul.

En los últimos meses las agencias gubernamentales de Estados Unidos aseguraron tener bajo control las organizaciones y personas vinculadas a Bin Laden.

Poco después del mediodía del 26 de febrero de 1993 una bomba explotó en el estacionamiento subterráneo del World Trade Center. El atentado mató a seis personas, hirió a más de 1.000 y dejó un cráter de siete metros de diámetro y cinco pisos de profundidad. Las torres fueron reparadas y reabiertas en menos de un mes. (FIN/IPS/tra-eng/aa/dc-mj/ip/01

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