AMBIENTE: Hueco de ozono no alcanza a las zonas pobladas

Los efectos del hueco de ozono sobre la población de las regiones más australes de América del Sur no alcanzan este año la gran magnitud de periodos precedentes, según un informe difundido hoy por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La OMM indicó que las zonas habitadas quedaron este año fuera del área de incidencia directa del hueco de la capa de ozono, que se agranda en la primavera austral.

El vórtice antártico adquirió este año una forma más circular, con lo cual quedó prácticamente concentrado sobre el Polo Sur, sin extenderse a los territorios continentales de Chile y de Argentina, como ocurrió en años anteriores.

La capa de ozono absorbe gran parte de la radiación ultravioleta emitida por el Sol, que puede causar graves daños biológicos en la Tierra.

El informe de la OMM precisó que en los últimos días, la amplitud del agujero de ozono bordeó los 25 millones de kilómetros cuadrados, frente al récord de 28 millones de kilómetros cuadrados del 12 de septiembre de 2000.

La OMM distribuye boletines periódicos sobre el desarrollo del hueco de ozono en el hemisferio austral desde mediados de agosto hasta noviembre de cada año, cuando comienza a reducirse.

Los datos de esa agencia son seguidos con preocupación por gobiernos y poblaciones de las áreas australes de América del Sur, pero también por el resto de la comunidad internacional que se ha embarcado en una lucha por la recuperación de la capa de ozono.

La Convención de Viena para la Protección de la Capa de Ozono y el Protocolo de Montreal establecen las reglas de ese combate y las normas para reducir de manera progresiva el uso de los compuestos químicos culpables del agotamiento de esa capa atmosférica.

La responsabilidad del adelgazamiento de la capa de ozono recae sobre los clorofluorocarbonos (CFC), cuyo uso quedará vedado en todo el mundo a partir de 2010.

Evidencias científicas posteriores han prevenido en especial sobre el poder destructivo del cloro y del bromo para el ozono que se encuentra en la estratosfera, donde cumple su función de filtro de las radiaciones ultravioletas del Sol.

El informe, distribuido este viernes en Ginebra por la OMM, da cuenta también del comportamiento del déficit de la masa de ozono durante las últimas semanas.

Una medida del monto de la pérdida de ozono puede expresarse en millones de toneladas de ozono, que se calculan con base en la información cotidiana disponible sobre el ozono.

El déficit de la masa de ozono se calcula dentro de las áreas donde se registran valores inferiores en 10 por ciento a los que prevalecían durante el periodo anterior a la aparición del agujero.

Con esos datos, los científicos miden el progreso del agotamiento de la capa y comparan cada año la profundidad del agujero de ozono.

Con ese procedimiento, la OMM estableció que el agujero de ozono alcanzó en la segunda semana de septiembre de los últimos años su máximo de 57 millones de toneladas.

En septiembre de este año, el déficit de la masa del ozono ha llegado a 54 millones de toneladas, «también por encima de la mayoría de los años precedentes», comentó la institución.

El informe, al explicar las condiciones meteorológicas en que se forma este año el agujero de ozono, refirió que las temperaturas mínimas medidas en la baja estratosfera continúan en aumento como ocurre en esta época del año en el hemisferio sur.

El área con temperaturas bajas (inferiores a 78 grados bajo cero) suficientes para formar las nubes estratosféricas polares, abarca entre 20 y 25 millones de kilómetros cuadrados, más extensa que años anteriores.

Esa área se mantiene como una porción significativa del vórtice polar, que alcanza alrededor de 37 millones de kilómetros cuadrados.

Las nubes estratosféricas polares activan el proceso químico en presencia de la luz solar, que regresa a la Antártida alrededor del 21 de septiembre después de seis meses de oscuridad. Ese proceso químico desencadena la disminución del ozono.

Los valores en extremo bajos de ozono que caracterizan al agujero están por lo general confinados al interior del vórtice.

El documento de la OMM observó como un dato notable que este año el vórtice ha sido más circular que en 2000, lo cual indica que se trata de uno más estable y que persistiría más que el año anterior. (FIN/IPS/pc/dm/en/01

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