SALUD-BANGLADESH: Maternidad y muerte van de la mano

Ser madre en las áreas rurales de Bangladesh implica un enorme riesgo de vida para las mujeres y sus hijos por falta de servicios médicos, desnutrición e ignorancia.

Cuando Rabeya Jatun, de 16 años, anunció que tendría un hijo, sus familiares políticos se encargaron de que durante el embarzao no ingiriera alimentos nutritivos, como carne, por temor a que el bebé engordara demasiado y eso complicara el parto.

Rabeya, hija de un agricultor de Jamalpur, 160 kilómetros al norte de la capital Dacca, no gozaba de buena salud cuando quedó embarazada.

Como resultado, Rabeya y su hijo murieron poco después del nacimiento de éste. Según los médicos que los atendieron, el motivo de ambos fallecimientos fue desnutrición aguda.

Cuando le preguntaron a una pariente anciana quién le había dicho que no se debía dar alimentos nutritivos a una futura madre, respondió que «esta práctica existe en muchas áreas rurales desde tiempos inmemoriales».

Estas y otras ideas equivocadas significan la muerte para muchas otras Rabeyas de Bangladesh, donde casi 28.000 mujeres mueren cada año por complicaciones del embarazo o el parto, en una población total de 130 millones.

La situación se complica más por la pobreza, la ignorancia y la falta de medidas del gobierno para solucionar el problema.

La mortalidad materna en Bangladesh, de 4,5 cada 1.000 nacidos vivos, es una de las más altas del mundo, según un informe del Banco Mundial.

Los que corren más riesgo son las embarazadas y sus hijos no nacidos de las áreas rurales, donde los servicios médicos son escasos y mal equipados, y los habitantes pobres y sin educación.

Si una mujer tiene complicaciones durante su embarazo, se puede salvar su vida mediante el cuidado obstétrico de emergencia, pero sólo una paciente de cada 20 lo recibe.

En las zonas rurales, donde habita 80 por ciento de la población nacional, sólo 21 de 352 centros subdistritales de salud cuentan con instalaciones para la atención obstétrica de emergencia.

Noventa por ciento de los partos rurales son atendidos por «dais» (parteras tradicionales) o familiares, reveló un estudio del Instituto de Investigación para la Promoción de la Salud Reproductiva y la Capacitación.

La mayoría de las «dais» no tienen capacitación alguna ni saben cómo tratar complicaciones del parto como convulsiones, hemorragias y problemas de la placenta, que pueden ser fatales para la parturienta si no se tratan de inmediato.

Veintiséis por ciento de las muertes maternas se deben a hemorragias, 21 por ciento a partos en condiciones riesgosas, 16 por ciento a alta presión arterial, 11 por ciento a infecciones puerperales y ocho por ciento a malas posturas del feto.

Con frecuencia, las parteras realizan procedimientos poco higiénicos y peligrosos para la madre y su bebé, señala el estudio.

Parte del problema es que los campesinos se resisten a que sus esposas, hijas o nueras sean examinadas por médicos hombres.

Dado que las médicas mujeres no son comunes en Bangladesh, en especial en el campo, la tendencia es a omitir los controles prenatales y atender los partos con dais o curanderas.

El gobierno podría ayudar mediante un programa de formación y capacitación de las dais, sugirieron observadores.

Bangladesh necesita al menos 70.000 parteras tradicionales capacitadas, pero tiene menos de la mitad de esa cifra.

Además, muchas de las parteras formadas no realizan ningún curso de actualización, declaró un funcionario del Ministerio de Salud.

La ginecóloga Aysha Janum atribuyó la alta mortalidad materna en gran parte al matrimonio precoz. En Bangladesh, 47 por ciento de las mujeres son madres por primera vez entre los 15 y los 18 años, y la mayoría no están preparadas psicológica ni físicamente, señaló.

Otro factor es que muchas mujeres están desnutridas, en especial las que pertenecen a familias pobres.

Datos oficiales revelaron que 80 por ciento de las mujeres bengalíes en edad fértil padecen alguna enfermedad o están desnutridas. Como resultado, la mitad de los bebés nacen con bajo peso.

En promedio, 700 niños menores de cinco años mueren cada día en Bangladesh debido a problemas relacionados con la desnutrición, informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.

La mala salud de las mujeres bengalíes está relacionada con la discriminación que padecen desde su nacimiento, señaló una militante feminista.

En el campo, se enseña a las niñas la virtud del sacrificio y la tolerancia, que implica comer sólo una vez que sus familiares masculinos hayan terminado de hacerlo, señaló la activista.

Además, los padres tienden a invertir más dinero en el tratamiento de sus hijos varones cuando caen enfermos que en sus hijas, afirmó. (FIN/IPS/tra-en/ti/ccb/js/mlm/he-dv/01

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