/Integración y Desarrollo/ AMERICA LATINA: Grupo de Río procura integración ante la crisis

Los cancilleres del Grupo de Río asistieron esta semana su vigésima reunión en la capital de Chile, con llamados a fortalecer la integración de América Latina en un escenario internacional caracterizado por las amenazas de crisis económicas y políticas.

Los 19 ministros y viceministros de Relaciones Exteriores permanecieron en Santiago hasta el viernes para sostener también reuniones con sus pares de la Unión Europea (UE) y de la cuenca oriental del Pacífico, en el marco del flamente Foro América Latina-Asia del Este.

La inestabilidad de los mercados financieros y las amenazas de crisis «parecen ser un signo de nuestro tiempo y continúan vulnerando nuestros esfuerzos por mejorar las condiciones de vida y el bienestar de nuestros pueblos», dijo la canciller de Chile, Soledad Alvear, al inaugurar la reunión el martes.

Alvear aludió así a las evidencias de recesión en los Estados Unidos y Japón y a los esfuerzos de Argentina por superar una crisis fiscal que ya se arrastra por casi tres años, asuntos que estarán en la agenda de los cancilleres.

Esta reunión, preparatoria de la cumbre de presidentes del Grupo de Río que se celebrará en agosto en Santiago, incluyó también en su agenda el creciente fenómeno del desempleo en América Latina y el papel de la región en la llamada nueva economía.

El Grupo de Río, creado en 1986 como heredero de los grupos de Contadora y de Apoyo a la Paz en América Central, es el mayor foro de consulta política latinoamericano e incluye prácticamente a todos los países de la región, con excepción de Cuba.

Los miembros del grupo son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guyana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.

Pese al carácter reservado de las deliberaciones, trascendió que los ministros analizaron otros asuntos de alta complejidad, como el Plan Colombia y el narcotráfico, el transporte de material radiactivo en la región y el tráfico de armas.

Alvear propuso incluir en la agenda la necesidad de establecer medidas y regulaciones internacionales ante eventos como la destrucción de la estación espacial rusa Mir, cuyos restos cayeron al océano Pacífico cerca de la Isla de Pascua, territorio insular chileno.

«La convergencia política entre países cercanos es condición esencial para hablar con una voz más potente en el mundo», dijo la canciller chilena al exhortar a un mayor consenso latinoamericano para afrontar las crisis internacionales y las negociaciones con otras áreas.

En el extenso temario de la reunión de cancilleres también gravita la próxima Cumbre de las Américas, prevista para fines de abril en Quebec, Canadá, antecedida de una reunión continental de ministros de Comercio en Buenos Aires.

La nueva economía, como se define a las aplicaciones en los procesos financieros, productivos y tecnológicos de la red informática mundial Internet, estará presente en el diálogo de los cancilleres del Grupo de Río con sus homólogos de la Unión Europea y Asia oriental.

Pero también será un asunto a llevar a la cumbre de Quebec, en la perspectiva de que tanto Canadá como los Estados Unidos se comprometan en los esfuerzos para disminuir la brecha digital que separa a América Latina de los países industrializados en la llamada sociedad de la información.

Alvear puntualizó que las oportunidades de la globalización económica y tecnológica han sido aprovechadas por un escaso número de países y que favorecen a las empresas más innovadoras y a la fuerza laboral más calificada.

La canciller propuso crear un grupo de trabajo que realice un catastro de los avances logrados en esta y otras materias económicas y sociales por los 19 países, para ser presentado en la cumbre de agosto en la capital chilena.

La vicecanciller de Colombia, Clemencia Forero, señaló que los ministros de Relaciones Exteriores elaborarán en esta reunión un documento base con la posición del Grupo de Río frente a la nueva economía.

Uno de los aspectos centrales a considerar será la vinculación entre la nueva economía y el empleo, cuando uno de los rasgos más críticos del crecimiento económico y el desarrollo social de América Latina es el incremento de la desocupación.

El producto interno bruto regional creció cuatro por ciento en 2000, con una importante recuperación frente al 0,3 por ciento de 1999, pero el desempleo se redujo apenas una décima de punto porcentual, de 8,7 a 8,6 por ciento.

Ya el año pasado la Comisión Económica para América Latina y el Caribe previó el fenómeno de crecimiento con desempleo, en un panorama que se puede agravar con renovados síntomas de crisis recesivas internacionales.

Frente a este desafío, América Latina se presenta más unificada, pero aún con tareas pendientes en cuanto a consolidar la democracia, superar la pobreza y avanzar en la modernización del Estado, indicó la canciller Alvear.

Al Grupo de Río le corresponde consolidar el diálogo político y fortalecer su concertación en materias internacionales, para lo cual debe involucrarse activamente a la sociedad civil de los países latinoamericanos, agregó la minsitra.

«Venimos a esta reunión con muchas ansias y dispuestos a apoyar al grupo. Pretendemos fortalecer la presencia internacional de nuestros países», señaló el ministro de Relaciones Exteriores de Costa Rica, Roberto Rojas. (FIN/IPS/ggr/mj/ip if/01

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