DESARME: Conferencia de Ginebra puede caer en 'dolce far niente'

La Conferencia de Desarme (CD) reincidió, al comenzar su período final de sesiones de este año, en la inactividad en que se halla desde hace más de tres años, ante la falta de acuerdos para la adopción de un plan de trabajo.

La CD cuenta desde comienzos del año con un orden del día en que sobresalen tres temas controvertidos: la prohibición de producción de material fisible para armas nucleares, la prevención de la carrera armamentista en el espacio ultraterrestre y el desarme nuclear.

Como en años anteriores, el foro cayó en el estancamiento, porque no consigue ponerse de acuerdo en los mecanismos de negociación para llevar adelante la discusión de esos tres asuntos.

La apatía, reflejada en una progresiva disminución del número de oradores durante las últimas sesiones, se agudizó en la reunión de este jueves, que apenas duró 15 minutos, debido a que ninguna delegación se inscribió para tomar la palabra.

El clima reinante en la CD contrasta con los promisorios compromisos concertados en mayo por otro importante foro de desarme internacional, la conferencia de examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP).

En la reunión del TNP, realizada en Nueva York, las cinco potencias nucleares reconocidas (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) convinieron poner en práctica la eliminación de sus arsenales nucleares.

Pero, a pesar de ese antecedente, la atmósfera de Ginebra es sombría, pues tras concluir la redacción del texto del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares, en 1997, la CD no ha vuelto a registrar progresos en discusiones sobre asuntos sustantivos.

Después de los avances del TNP, menos que nunca la Conferencia de Desarme puede permitirse ser considerada un organismo del 'dolce far niente', advirtió el representante de Belarús, Sergey Martynov, que ocupó en mayo la presidencia rotativa de cuatro semanas de la CD.

El actual presidente, Celso Amorim, de Brasil, comparte la preocupación por las consecuencias del estancamiento, que 'podría minar la confianza en el futuro del desarme y de la no proliferación nuclear'.

Sin embargo, el ex ministro de Relaciones Exteriores brasileño recuerda que la CD ha superado otras situaciones semejantes y prefiere observar que todavía no se percibe una sensación de crisis y de urgencia.

En las dos semanas de presidencia que le restan, Amorim se propone trabajar para combinar los textos de las propuestas que no prosperaron, presentadas por sus dos antecesores en la presidencia, Martynov y el representante de Bélgica, Jean Lint.

El delegado de Belarús proponía el examen por separado de cada uno de los temas hasta encontrar fórmulas de entendimiento.

La idea de Lindt fue más precisa, pues describió los mecanismos de negociación y su competencia. Para la cuestión del material fisible recomendó la creación de una comisión especial con el mandato de negociar un tratado de prohibición de la producción de ese material con destino a armas nucleares.

En el caso del desarme nuclear, el representante belga auspiciaba el establecimiento de un comité especial o de un grupo de trabajo, con un mandato más reducido de intercambio de información y de puntos de vista sobre los pasos prácticos para llegar a ese objetivo.

Lindt proponía también un comité especial o un grupo de trabajo, únicamente destinado a identificar aspectos específicos o iniciativas que pudieran ser la base de posteriores consideraciones más profundas para la elaboración de un tratado de prevención de la carrera armamentista en el espacio exterior.

China, que impulsa el tratamiento de la cuestión del espacio ultraterrestre, se opone a cualquier propuesta que no implique la iniciación de negociaciones sobre un instrumento legal que regule ese aspecto del desarme.

La cuestión de la prevención del armamentismo en el espacio ya fue discutida en la CD desde 1985 hasta 1994, como consecuencia de los planes del ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, conocidos como la 'Guerra de las Galaxias'.

El tema retornó con motivo del examen, también en Estados Unidos del plan para crear un sistema nacional de defensa antimisilística, una idea que Washington justificó con la necesidad de prevenir el desarrollo y el uso de cohetes de largo alcance por parte de los que denomina 'estados díscolos', que incluyen entre otros a Corea del Norte, Irán e Irak.

En el punto sobre el desarme nuclear, la propuesta de Lint tropieza con la oposición de los países no alineados, que reclaman pasos efectivos en dirección al desarme y a la no proliferación.

Por el contrario, las grandes potencias prefieren retener esa negociación en los límites estrechos de los cinco detentores de las 35.000 ojivas nucleares existentes en la actualidad.

Estados Unidos, con apoyo de los países europeos, favorece una negociación pronta del tratado sobre material fisible, destinado a controlar los eventuales insumos nucleares, especialmente de plutonio, que puedan existir en el mercado ilegal tras el derrumbe de la Unión Soviética.

Pero un instrumento legal sobre la prohibición de producción de material fisible puede ser también un freno para el desarrollo ulterior de las tres potencias nucleares incipientes: India, Pakistán e Israel. (FIN/IPS/pc/ff/ip/00

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