La gran distancia entre legislación y su efectiva aplicación en Brasil fue la mayor preocupación manifestada por la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, al concluir hoy una visita de cuatro días al país.
Brasil presenta "graves problemas, como torturas, asesinatos, discriminaciones y una terrible desigualdad de ingresos", que contrasta con leyes que afirman los derechos de sectores de la población en distintas áreas, afirmó Robinson, en un balance de su gira por Brasilia, Sao Paulo y Río de Janeiro.
Sin embargo, dijo apreciar también un "fuerte compromiso" de las autoridades nacionales y estaduales en buscar soluciones.
Además, los funcionarios reconocen la existencia de los problemas, lo cual es "un paso importante" para combatirlos, matizó la funcionaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pidió a los gobernantes brasileños un mayor esfuerzo para reducir la brecha entre las leyes y su aplicación práctica en cuestiones como el trabajo infantil, derechos indígenas, violencia contra la mujer, discriminación racial, abusos policiales y las malas condiciones carcelarias.
Una alianza con la sociedad civil y la utilización del apoyo de la ONU, a través de diversos mecanismos y tratados internacionales, constituyen un camino para promover los derechos humanos, señaló este jueves en rueda de prensa.
Robinson firmó el martes en Brasilia un memorando de entendimiento con el gobierno, por el cual la agencia que dirige podrá a ofrecer asistencia y cooperación técnica a este país, a través de proyectos a acordar con una misión que vendrá próximamente al país.
Al concluir su visita, destacó la disposición manifestada por el presidente Fernando Henrique Cardoso, el ministro de Justicia, José Gregori, y el gobernador del estado de Río de Janeiro, Anthony Garotinho, en llevar adelante programas en favor de los derechos humanos.
Alabó también la intensa actividad que ejercen las organizaciones no gubernamentales (ONG) y la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados.
Las ONG que promueven los derechos de la población negra, por ejemplo, están presionando el gobierno brasileño a organizar en el país la reunión regional americana sobre racismo, en preparación de la conferencia mundial que tendrá lugar entre el 31 de agosto y el 7 de septiembre de 2001 en Sudáfrica.
Brasil se había ofrecido como sede de la conferencia regional, pero retiró su oferta en abril, alegando escasez de recursos para organizarla.
Robinson dijo que seria importante que esa reunión se desarrollara en Brasil, pero no puede insistir junto a Brasilia para que vuelva atrás en su decisión.
Sin embargo, informó, en su condición de secretaria general de la Conferencia Mundial sobre Racismo, que la ONU destinará un millón de dólares en apoyo al país que acoja la reunión regional americana, hecho que aliviaría los gastos del gobierno anfitrión.
Las conferencias nacionales y regionales deben realizarse antes de febrero del 2001, confirmó.
La funcionaria de la ONU visitó en Río de Janeiro una de las más tradicionales "favelas" (barrio marginado), Mangueira, donde empresas y el gobierno local ejecutan proyectos deportivos y educacionales de reconocido éxito en el rescate social de la juventud.
Gracias a estos planes, la delincuencia juvenil en el barrio se redujo prácticamente a cero, según las autoridades judiciales.
Robinson aprobó la idea del gobernador Garotinho de crear una policía especial para las favelas. Es importante que los policías sean capacitados para respetar a los pobres de esos barrios hacinados, para que no lleguen "apuntando con el arma o ya tirando", como suelen hacer según quejas de la población, dijo.
En Sao Paulo, donde estuvo el miércoles, la más alta autoridad de la agencia de derechos humanos de la ONU recibió informes sobre la violencia, incluyendo torturas, que sufren los niños y adolescentes recluidos por delitos en las unidades de la Fundación Estadual del Bienestar del Menor.
Esos jóvenes protagonizaron violentas rebeliones en los últimos meses, en reacción a las precarias condiciones en que son mantenidos y para denunciar las brutalidades cometidas contra ellos por los asistentes. (FIN/IPS/mo/dm/hd/00
