Elián ya está con su padre. La noticia fue recibida en Cuba con alegría, pero también con tristeza por parte importante de la población que durante los últimos cinco meses hizo suyo el caso del niño náufrago.
"No lo puedo creer, pobre niño, tener que vivir tantas cosas", dijo a IPS Mercedes Rodríguez, una maestra de 53 años que se confesó feliz "como pocas veces en los últimos tiempos" porque al fin Elián estaba con su padre, Juan Miguel González.
Al mismo tiempo, lamentó la forma en que la secretaria de Justicia de Estados Unidos, Janet Reno, debió actuar para quitarle el niño a la familia del tío abuelo, Lázaro González, que lo retenía en Miami.
"Da pena que las cosas puedan llegar a estos extremos por culpa de diferencias políticas. Es terrible que un niño, aunque no haya pasado lo que pasó Elián, se tenga que ver así, sacado a la fuerza de un lugar", afirmó.
El niño, de seis años, fue sacado de la casa del barrio la Pequeña Habana de Miami a las 9:15 GMT de este sábado, como resultado de un operativo relámpago que demoró menos de cinco minutos e involucró a 158 agentes federales.
La información sobre el operativo federal fue transmitida a primera hora de la mañana por la radio estatal cubana, que divulgó un comunicado del gobierno.
Al comunicado sucedieron las imágenes de la operación durante la cual el niño fue sacado a la fuerza de la casa donde vivió durante casi cinco meses y las primeras fotos del reencuentro entre el padre y su hijo.
Buena parte de la población de la isla seguía con interés las noticias, transmitidas con una inmediatez poco usual para los medios de comunicación cubanos monopolizados por el Estado.
"Al fin. Esto tenían que haberlo hecho hace mucho tiempo", comentó Nadia Sánchez, asesora de programación infantil de la televisión cubana, luego de ver las fotos de Elián junto a su padre, su esposa y el hijo de ambos, de siete meses.
"Cómo creció desde la última vez que lo vi", dijo Elián al ver a su hermano, según contó el abogado de González, Gregory Craig.
Elián "parecía muy feliz y Juan Miguel lloraba", afirmó un funcionario del Departamento de Justicia cuando se le pidió que describiera el encuentro en la base Andrews de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, cerca de Washington.
El funcionario, citado por una periodista de la televisión cubana, dijo que Elián abrazaba fuerte a su padre cuando éste lo bajó en brazos del avión.
Elián fue uno de los tres sobreviviente del naufragio de una embarcación de emigrantes cubanos que intentaba llegar a territorio estadounidense.
Durante el accidente murieron 11 personas, entre ellas la madre del niño, Elizabeth Brotons. Desde ese momento empezó "una batalla campal" a ambos extremos del estrecho de la Florida.
En Cuba, el niño era reclamado por su padre y sus abuelos maternos y paternos, apoyados por el gobierno de Fidel Castro que convocó marchas, tribunas abiertas y mesas redondas en televisión con expertos y autoridades.
Al tiempo, en Miami Elián se convirtía en un símbolo de los sectores anticastristas más radicales y la familia González hacía lo imposible por no devolverlo a su padre en la isla, asegurando le estaban dando al niño la libertad que su madre quiso para él.
Es "lo mejor que podía haber pasado para el niño y para nosotros, a ver si la vida vuelve a su normalidad", dijo Alejandro Pérez, un taxista de 43 años que trabaja por su cuenta en La Habana sin licencia del gobierno.
Pérez se quejó de los problemas de tránsito que ocasionan en la capital cubana las actividades masivas y de los "grandes gastos del Estado en la campaña por la liberación de Elián".
Pero un comunicado oficial aseguró que la batalla por Elián continúa, si bien pidió a la población "abstenerse de realizar manifestaciones públicas" que pudieran "influir negativamente en la evolución futura de la situación".
La calma reinaba en La Habana este sábado en la tarde y era de esperar que se mantuviera así en respuesta al llamado del gobierno de "mantener una actitud serena, discreta y digna". (FIN/IPS/da/ag/ip/00
