/BOLETIN-DD HH/ AMERICA LATINA: Los médicos también emigran en busca de trabajo

El conflicto desatado en Chile por la decisión gubernamental de contratar médicos extranjeros para los consultorios públicos muestra una nueva cara de las migraciones laborales en América Latina, que ya no comprenden exclusivamente a trabajadores de baja calificación.

Michelle Bachelet, ministra de Salud del gobierno de Ricardo Lagos, anunció el día 21 la disposición de las autoridades a convocar médicos extranjeros a un concurso para cubrir 64 plazas en los consultorios públicos, para los cuales se postularon sólo cinco profesionales chilenos.

La decisión se enmarca dentro de los planes oficiales de mejorar la atención en los servicios de salud del Estado, a los cuales acude la población de menores ingresos.

El 13 de marzo, a dos días de asumir el cargo, Lagos instruyó a la ministra Bachelet para que en un plazo de 90 días pusiera fin a las largas filas que forman en los consultorios de consulta primaria los pacientes que carecen de ingresos para acudir a las clínicas privadas.

Bachelet decidió, entre otras medidas, aumentar las plazas de médicos en los centros públicos, y consiguió recursos para contratar a 64 nuevos médicos en Santiago, pero cuando el día 20 se hizo el llamado para llenar las plazas se presentaron sólo cinco interesados.

La conclusión fue que a los médicos chilenos, aún a los recién graduados, les resulta más rentable emplearse en clínicas particulares o instalar sus consultas privadas en lugar de destinar media jornada de trabajo a la salud pública.

El presidente del Colegio Médico, Enrique Accorsi, recordó que actualmente hay 7.000 facultativos en el sistema público y rechazó que la baja concurrencia al llamado de la ministra Bachelet demostrara falta de solidaridad con los más pobres.

El colegio reaccionó en contra de la disposición oficial a cubrir las plazas no llenadas con los numerosos médicos ecuatorianos, peruanos, cubanos, bolivianos y de otras nacionalidades latinoamericanas que llegaron en la última década a Chile.

Según el organismo gremial, la preparación que se exige a los facultativos en otros países es de menor calidad que la de Chile y, por tanto, demandan mayor rigurosidad para convalidar estudios y títulos a los médicos extranjeros.

En mayo de 1999 se estimaba que había en Chile entre 800 y 1.500 médicos de diversas nacionalidades, la mayoría ejerciendo en forma ilegal. En esa fecha había 267 médicos, odontólogos y químicos farmacéuticos contratados en consultorios de administración municipal.

La masiva radicación de médicos de otros países de América Latina en Chile es un ejemplo de los cambios en el fenómeno de las migraciones laborales en la región, que ya no tiene como protagonistas exclusivos a trabajadores sin calificación.

El perfil tradicional de los movimientos transfronterizos de mano de obra se identificaba con la atracción hacia los pobres de una sociedad de opulencia, como el éxodo de los llamados "espaldas mojadas" mexicanos hacia Estados Unidos.

El desplazamiento de poblaciones por conflictos políticos o guerras civiles influyó también en las masivas emigraciones de cubanos y centroamericanos a Estados Unidos desde los años 60 y de campesinos guatemaltecos al sur de México en los años 70 y 80.

El Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celade), con sede en Santiago de Chile, estima que hay unos dos millones de migrantes latinoamericanos, instalados en países de la región, sin considerar a Estados Unidos, donde se calcula que viven nueve millones de latinoamericanos.

Los mayores movimientos se registran en las zonas fronterizas y, en ese sentido, Colombia es la mayor fuente de emigrantes, instalados en tierras vecinas de Ecuador y Venezuela, del mismo modo que hay una afluencia masiva en el sur de Chile hacia Argentina.

Entre los fenómenos más nuevos, surgidos en la década de los años 90, está la afluencia masiva de peruanos a Chile, con un contingente calculado en forma extraoficial en 50.000 personas.

La mayoría de los peruanos llegados a territorio chileno tienen la educación media completa, pese a lo cual se desempeñan en empleos de baja calificación, como servicio doméstico, faenas agrícolas y labores de construcción.

De esta manera, se están desempeñando en empleos que ya no resultan atractivos para los chilenos, al tiempo que representan una contribución no sólo cultural, sino también económica para el país que los acoge.

Las personas que abandonan su país de origen por motivos económicos, lo hacen dispuestas a forjarse un mejor porvenir, y en ese sentido se caracterizan por su dedicación al trabajo y por crear fuentes de empleo cuando logran convertirse en pequeños empresarios.

En este sentido, las investigaciones del Celade sugieren un cambio en la tradicional visión de las migraciones como un problema para los países receptores y considerarlas, más bien, a menudo como un factor de progreso.

La migración laboral es a la vez un gran generador de divisas para economías pequeñas, como las de América Central, a través de las remesas de dólares que salvadoreños, hondureños o guatemaltecos radicados en Estados Unidos envían periódicamente a sus familias. (FIN/IPS/ggr/dm/if hd/00

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe