/REPETICION/ ESPAÑA: Fin de tregua de ETA rompe frente nacionalista vasco

La ruptura del frente nacionalista vasco es la primera consecuencia del anuncio de la organización ilegal ETA de que este jueves finalizará la tregua unilateral que mantiene desde el 16 de septiembre de 1998.

Varias iniciativas surgieron en el País Vasco al conocerse al anuncio de ETA e impedir nuevos atentados. La principal es una manifestación silenciosa prevista para el miércoles en todas las ciudades vascas y convocada por Gesto por la Paz y otras organizaciones no gubernamentales.

El diario vasco Gara publicó el domingo un comunicado en que ETA (Euskadi ta Alkartasuna, o Patria Vasca y Libertad) anuncia que a partir del 3 de diciembre quedará en sus manos "hacer saber a los comandos operativos cuando comenzar a realizar acciones".

ETA culpa al gobierno de continuar la represión contra sus miembros y al nacionalismo vasco moderado de no elegir un parlamento constituyente y soberano en Euskal Herría (las tres provincias que forman el País Vasco español, la Comunidad autónoma de Navarra, y las dos provincias vascas francesas).

Javier Arzallus, presidente del moderado Partido Nacionalista Vasco (PNV, que encabeza la coalición gobernante en el País Vasco), respondió con una afirmación tajante: "ETA miente".

O sea, que el PNV y el otro partido nacionalista moderado, Eusko Alkartasuna (EA), no se comprometieron a convocar esa asamblea constituyente.

ETA, a su vez, respondió este lunes difundiendo una fotocopia del documento que recoge ese compromiso, firmado por EA y el PNV.

Pero también desde el frente independentista ligado a ETA surgieron voces discordantes e incluso críticas de la decisión del grupo armado de suspender la tregua.

Milagros Rubio, dirigente de uno de los sectores de Eusko Herritarrok (la coalición electoral próxima a ETA), dijo este lunes que el anuncio de ETA rompe ilusiones y es incongruente con los propios objetivos de esa organización.

Además, Rubio consideró que pedir una votación constituyente que abarque a todo Euskal Herría es "una irrealidad completa".

También, aunque con tibieza, se desmarcó de ETA el máximo líder de EH, Arnaldo Otegui, quien manifestó que el anuncio no influirá en los pactos institucionales asumidos por esa coalición con el PNV y EA.

Esos pactos permitieron que Juan José Ibarretxe, del PNV, fuera designado presidente del gobierno autónomo vasco, y que los partidos nacionalistas tomaran el control de municipios y gobiernos provinciales.

No obstante, Otegui también criticó al PNV y EA, a los que, después de decir "todos somos responsables del fin de la tregua", acusó de carecer de valentía política y de practicar un doble discurso.

Ibarretxe, por su parte, calificó de "paso atrás" la decisión de ETA, aunque advirtió de que "nada va a ser igual que en el pasado, pues una sociedad que ha conocido lo que es vivir en paz no se acostumbrará jamás de nuevo a un escenario de violencia".

El presidente vasco anunció que realizará contactos "discretos e inmediatos" con todos los partidos políticos de la región y con el gobierno del centroderechista José María Aznar.

Este, según su oficina de prensa, todavía no ha decidido si se reunirá con Ibarretxe, pero lo hará con los secretarios generales Joaquín Almunia, del Partido Socialista Obrero Español, y Julio Anguita, de la coalición Izquierda Unida (basada en el Partido Comunista).

La posición del gobierno fue definida por el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja: "ETA no quería paz, sino la independencia", algo en lo que el Poder Ejecutivo y los partidos mayoritarios no están dispuestos a transigir.

Aznar señaló que "ETA se equivoca de nuevo al desoír el clamor unánime de la sociedad por la paz".

A ese clamor se suman los empresarios. José Guillermo Zublia, presidente de la Confederación de Empresarios Vascos, advirtió que el regreso a la violencia puede echar por tierra los avances económicos del último año.

El principal progreso se notó en el turismo, pero toda la economía vasca, añadió Zublia, percibió el repunte derivado de la existencia de un largo período sin violencia.

Desde que ETA anunció en 1998 la tregua unilateral, una representación suya se reunió en Ginebra con enviados de Aznar. La segunda reunión nunca se llegó a concretar, pues ETA desistió de concurrir, alegando que el gobierno había faltado a un compromiso de confidencialidad.

Según Mayor Oreja, ETA nunca pretendió avanzar hacia una paz definitiva, sino ganar tiempo para reorganizarse y volver a cometer atentados.

Al respecto, señaló que esa organización robó 8.000 kilos de explosivos en Francia y automóviles en España, además de seguir coaccionando a los empresarios vascos para que le paguen una cuota mensual, que denomina "impuesto revolucionario".

Ante el anuncio de ETA se produjeron dos reacciones. Por un lado, las posibles víctimas de atentados vuelven a redoblar las medidas de seguridad y las precauciones a las que se estaban deshabituando.

Por otro lado, los partidarios de la paz redoblan su esfuerzo. Entre ellos, la Conferencia Episcopal católica que, por boca de su portavoz, José Asenjo, ofreció este lunes mediar en el conflicto y hacer todo lo posible para hallar una solución y evitar atentados. (FIN/IPS/td/ff/ip/99

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