La presidenta del Partido del Congreso de India, Sonia Gandhi, prestó juramento hoy como líder de la oposición en la sesión de apertura del nuevo Parlamento surgido de las elecciones en que venció el gobernante BJP.
La sesión comenzó cuando el presidente de la cámara baja, Indrajit Gupta, tomó el juramento de Gandhi y del primer ministro Atal Bihari Vajpayee.
La ceremonia de este miércoles fue la culminación de un proceso electoral que comenzó en abril cuando la coalición liderada por el BJP (Partido Bharatiya Janata) de Vajpayee perdió el poder mediante un voto de censura parlamentario.
Sin embargo, el BJP formó una coalición mayor y con una base más amplia de partidos llamada Alianza Democrática Nacional (NDA), integrada principalmente por los enemigos regionales del centrista Partido del Congreso en los estados indios.
Ahora Vajpayee dirige una coalición de 24 partidos que cuenta con 302 de las 543 bancas de la cámara baja, pero el propio BJP sigue con 182 legisladores, la misma cifra que en las elecciones anteriores celebradas hace 20 meses.
El Partido del Congreso pagó un precio muy alto por negarse a forjar alianzas con partidos regionales más pequeños y terminó con 112 bancas, 27 menos que las que tenía en la anterior cámara baja.
No obstante, Gandhi ganó con holgura las dos bancas por las que compitió (Bellary en el estado sureño de Karnataka y Amethi en Uttar Pradesh, en el norte) desmintiendo la afirmación del BJP durante la campaña de que su origen italiano era un gran obstáculo para su candidatura.
El gobierno de la NDA liderado por el BJP deberá resolver varios problemas relacionados con la legislación pendiente, sin mencionar las nuevas leyes que prometió en un manifiesto conjunto, entre ellas una que evitaría que las personas nacidas en el extranjero, como Gandhi, aspiren a altos cargos públicos.
Entre esos proyectos está el de la Ley de la Autoridad Reguladora de Seguros, que abriría a la inversión extranjera el gran mercado de seguros de India, hasta ahora monopolizado por agencias estatales.
El gobierno del BJP, nacionalista declarado, también enfrenta la perspectiva de privatización a una escala sin precedentes, que podría significar la pérdida del control del gobierno sobre los bancos nacionalizados.
Vajpayee también deberá obtener la aprobación parlamentaria para un controvertido paquete de ayuda financiera para las transnacionales de telecomunicaciones anunciado antes de las elecciones.
Sudheendra Kulkarni, hombre de confianza del primer ministro, prometió que en los próximos años habrá "audaces reformas económicas que ayudarán a India a desarrollarse a una velocidad sin precedentes".
Probablemente el Partido del Congreso, que inició el proceso de reformas de India a comienzos de la década, no opondrá resistencia en el Parlamento a ninguna medida de liberalización.
Si sigue la tendencia pasada, el gobierno de Vajpayee podrá llegar fácilmente a un consenso en el Parlamento, a tiempo para la cumbre del milenio de la Organización Mundial del Comercio que comenzará el 30 de noviembre en Seattle, Estados Unidos, en que se negociarán nuevas reglas para el comercio internacional.
En la cumbre, India reclamará concesiones sobre servicios, derechos agrícolas y de propiedad intelectual, y presentará su posición sobre los aranceles industriales, los mecanismos para facilitar el comercio y el comercio electrónico. Todo esto requiere negociaciones efectivas.
El gobierno se librará de firmar el Tratado para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares gracias a que éste fue derrotado en el Senado de Estados Unidos la semana pasada.
Fue el propio Vajpayee quien autorizó las pruebas nucleares que India realizó en mayo y que desató la misma respuesta de parte de su vecino y enemigo Pakistán, que también tiene capacidad nuclear. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/at/aq/ip/99
