EEUU: Gobierno se opone a refuerzo de lazos militares con Taiwan

La aprobación en Estados Unidos de un proyecto de ley para reforzar los vínculos militares con Taiwan sería una provocación a China en un momento de relaciones muy delicadas, advirtieron funcionarios del gobierno de Bill Clinton.

La propuesta legislativa fue aprobada el martes por el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, con 32 votos a favor y seis en contra, a pesar de la oposición del gobierno. Ahora está en consideración de toda la cámara.

El proyecto, una versión muy atenuada de otro presentado por los republicanos de extrema derecha a principios de año, instruye al Pentágono a establecer comunicaciones directas con el ejército de Taiwan en futuras crisis y ofrecer más entrenamiento y otros intercambios con las fuerzas armadas taiwanesas.

La administración del presidente Bill Clinton trabajó duro para mejorar las relaciones con Beijing, que en mayo llegaron al punto más crítico en 20 años, cuando aviones de guerra estadounidenses bombardearon accidentalmente la embajada de China en Belgrado.

El proyecto podría ser "particularmente desestabilizador dado el ambiente actual" en el estrecho de Taiwan, advirtió el subsecretario de Estado para Asuntos Asiáticos, Stanley Roth.

La tensión entre Beijing y Taipei se disparó en julio luego de que el presidente taiwanés, Lee Ten-hui pidiera que las relaciones bilaterales se realizaran en el futuro de manera "especial de estado a estado".

Beijing interpretó esas palabras como un paso hacia la declaración de independencia de la isla, a la que considera una provincia renegada y que prometió reunificar con el continente, por la fuerza si es necesario.

La declaración de Lee provocó amenazas de las autoridades comunistas en Beijing y una demostración de fuerza sin precedentes mediante aviones de guerra desde ambos lados del estrecho.

La tensión disminuyó cuando Washington anunció el mes pasado que se oponía a la admisión de Taiwán en la Organización de las Naciones Unidas y también debido al devastador terremoto que afectó a la isla el 21 de septiembre.

El estatuto futuro de Taiwan continúa siendo la primera de las preocupaciones estratégicas de Beijing, según los analistas.

El papel de Washington es particularmente delicado. Aliado incondicional de Taiwan hasta que el presidente Richard Nixon se asoció con Beijing contra la Unión Soviética en los años 70, Estados Unidos continúa siendo el proveedor de armas más importante de la isla.

Aunque Washington no reconoce formalmente al gobierno de Taipei, la Ley de Relaciones con Taiwán de 1979 permite la venta de armas de defensa estadounidenses a la isla.

Dicha ley, que establece que un ataque de China a Taiwan sería un asunto "de gran preocupación", no compromete a Estados Unidos a defender la isla.

La "ambigüedad estratégica" resultante ha sido fuente de creciente debate en Estados Unidos durante la última década.

El colapso de la Unión Soviética, la desilusión en Estados Unidos por la represión de Beijing del movimiento por la democracia y la propia transición de Taiwan a un gobierno democrático aumentaron el apoyo a la eventual independencia de Taiwán y a un compromiso de defensa estadounidense más fuerte.

Ambas metas son procuradas fervientemente por republicanos de extrema derecha como el presidente del Comité de Relaciones Internacionales del Senado, Jesse Helms, que siempre sospechó del acercamiento de Washington a China y ve a Beijing cada vez más como la mayor amenaza al poder de Estados Unidos en los próximos 50 años.

Helms, sus aliados republicanos en ambas cámaras y algunos demócratas incondicionalmente anticomunistas, como el senador Robert Torricelli, de Nueva Jersey, promueven un proyecto de ley que autorizaría la venta de una mayor variedad de sistemas de armas a Taiwán.

Estos incluyen una red de defensa contra misiles, un sistema satelital de alerta temprana, submarinos de ataque y los mejores misiles interceptores.

Taiwan y sus defensores argumentan que en ausencia de un compromiso de defensa explícito de Estados Unidos, la isla necesita ese equipo para defenderse, especialmente contra misiles de corto alcance, que China ha desplegado cada vez más desde 1996.

Ese año, Washington estuvo más cerca que nunca de un enfrentamiento militar con China por Taiwan desde los años 50.

China probó misiles en aguas cercanas a Taiwan y Clinton envió a dos grupos de portaaviones al estrechos, en lo que los hombres de confianza de la administración llamaron una "demostración de fuerza deliberada".

Sin embargo, el gobierno y sus seguidores advirtieron que el suministro de armas sofisticadas a Taiwan, principalmente de naturaleza defensiva, podría ser visto por China como parte de una estrategia para asegurar la independencia de la isla y, en cualquier caso, provocaría a Beijing en un momento de relaciones muy delicadas.

Aprobar el proyecto de ley "sería como mover una capa roja frente a los chinos e invitarlos a atacar", dijo el senador demócrata Joseph Biden, que integra el comité encabezado por Helms.

Representantes republicanos más moderados concuerdan con esta opinión, entre ellos el líder del subcomité de Asia de la Cámara de Representantes, Doug Bereuter, de Nebraska.

"No debemos subestimar la delicadeza de las relaciones entre Estados Unidos y China respecto de Taiwan", previno Bereuter, que pospuso la consideración del proyecto durante varias semanas antes de la votación del martes.

A la administración todavía le preocupa la reacción de China frente al fortalecimiento de cualquier tipo de relación militar entre Washington y Taipei. "Incluso este proyecto, a pesar de haber sido atenuado, será un problema para nosotros", dijo un alto funcionario.

Los lazos entre Washington y Beijing mejoraron en cierto modo desde la reunión de Clinton con el presidente chino Jiang Zemin, celebrada en Auckland el mes pasado.

Sin embargo, los funcionarios estadounidenses no pudieron convencer a sus homólogos chinos para que concluyan un acuerdo que permitiría a China unirse a la Organización Mundial de Comercio, a pesar de tener plazo hasta noviembre.

Beijing recibió al secretario del Tesoro Lawrence Summers, el más alto funcionario estadounidense que visita China desde el bombardeo de la embajada, pero todavía no volvió a fijar la visita del jefe del Pentágono, William Cohen, cancelada después del incidente. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/at-mlm/ip/99

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