Los fabricantes de calzado de Argentina y Brasil formalizaron hoy en la capital uruguaya el fin de la guerra comercial que los enfrentaba y se unieron para ganar nuevos mercados fuera de la región.
La Asociación Brasileña de Industriales del Calzado (Abicalzados) aceptó limitar sus exportaciones a Argentina para que éstas sean "asimilables" por ese mercado y no provoquen quiebras y el desempleo, dijo a IPS Carlos Bueno, presidente de la Cámara de de la Industria del Calzado de Argentina.
A la concertación lograda entre los industriales del calzado seguirá este jueves en Buenos Aires la firma de otro acuerdo, para la restricción voluntaria de las exportaciones brasileñas de papel y celulosa a Argentina.
El último paso será la derogación de las barreras que los dos países habían impuesto a su intercambio de bienes.
En el documento suscrito este miércoles en Montevideo, los fabricantes brasileños se comprometieron a limitar sus ventas a Argentina en el último trimestre del año a 1,7 millones de pares, con un valor aproximado a 15 millones de dólares.
La cantidad se distribuirá a razón de 680.000 pares de zapatos en octubre y noviembre y 340.000 pares en diciembre.
En el último trimestre de 1998, las exportaciones de calzado de Brasil a Argentina habían sido de 4,9 millones de pares, y en los primeros nueve meses de 1999 aumentaron 71 por ciento respecto de igual periodo del año pasado.
Para el primer semestre del 2000, la exportación brasileña se circunscribirá a 4,4 millones de pares, 20 por ciento menos que en los primeros seis meses de este año.
La producción anual de calzado de Brasil es entre ocho y diez veces mayor que la Argentina.
Bueno dijo que el acuerdo finalmente logrado, tras varias rondas infructuosas de negociaciones, evitará el cierre de fábricas y permitirá mantener los actuales puestos de trabajo.
En Argentina existen 1.500 fábricas de calzado que emplean enforma directa a 28.000 personas y en forma indirecta a unas 14.000.
El aluvión de productos brasileños del sector, determinado por la devaluación del real, amenazaba la supervivencia de 500 u 800 fábricas y el empleo de 12.000 trabajadores, advirtió Bueno.
El empresario argentino consideró que el convenio firmado "es un buen punto de partida" para limar las asperezas que en los últimos meses han enfrentado a Argentina y Brasil y ponían incluso en jaque al Mercosur (Mercado Común del Sur).
Los fabricantes argentinos y brasileños "aspiramos a una acción conjunta para conquistar nuevos mercados y para ello nos presentaremos en forma conjunta en ferias internacionales donde promoveremos las exportaciones", dijo Bueno.
El progreso hacia la normalización de las relaciones comerciales bilaterales tendrá otra instancia el jueves en Buenos Aires, con la firma de otro documento, en el cual los empresarios brasileños de papel y celulosa también se comprometerán a limitar sus ventas a Argentina.
El gobierno argentino impuso este mes normas de certificación de calidad y licencias no automáticas de importación para el ingreso de calzado, papel y celulosa.
Los trámites resultantes de esa decisión habrían demorado hasta 90 días el ingreso de calzado brasileño y un mes las importaciones de papel.
Como represalia Brasil, suspendió el régimen de licencia automática de importación para 400 productos argentinos.
Brasil dejerá sin efecto esas restricciones luego de la firma del acuerdo relativo al papel y la celulosa, aseguró la secretaria de Comercio Exterior del Ministerio de Desarrollo, Lytha Spíndola.
La medida brasileña sólo podría aplicarse hasta el 31 de diciembre, cuando quedará firme el primer laudo arbitral del Mercosur, que obliga a Brasil a renunciar a las cláusulas restrictivas y a respetar las normas del bloque comercial.
La convocatoria al Tribunal Arbitral fue realizada por Argentina, que ahora, paradójicamente, aplicó restricciones semejantes a las que había cuestionado. (FIN/IPS/rr/ff/99
