El Mercosur tratará de impedir que sus países adopten medidas distorsionantes del comercio intraregional mediante una reunión de ministros que analizará cada mes la armonización macroeconómica y un comité técnico que conciliará el cálculo de indicadores.
Los presidentes del Mercosur abrieron este martes la sesión del Consejo Mercado Común (CMC) que integran los cancilleres y ministros de Economía. Un secretario de Estado por país asistirá a las reuniones de control, que establecerán primero topes al déficit fiscal y luego al endeudamiento externo.
Artur Denot Medeiros, embajador de Brasil ante la Asociación Latinoamericana de Integración, dijo a IPS que ahora comenzará un largo proceso de armonización macroeconómica que podría sentar las bases para una moneda común regional, a concretarse en un plazo "todavía imposible de definir".
Antes habrá que "conciliar los criterios para calcular los indicadores de manera similar" por medio de un comité técnico cuatripartito integrado por funcionarios de los bancos centrales y de institutos de estadística nacionales, confirmó un portavoz del Ministerio de Presupuesto brasileño.
El canciller paraguayo Miguel Abdón Saguier, quien ejerce la presidencia rotativa del CMC, destacó que de la XVI cumbre presidencial del Mercosur surge un régimen ágil para reducir trámites de comercio exterior en frontera.
Pero no se levantaron restricciones a 36 productos ni medidas paraarancelarias cuya consideración volvió a la Comisión de Comercio, organismo de nivel inferior, a la vez que se inauguró la sede del Comité de Controversias, en un ala de la Intendencia de Asunción, donde en adelante se tratarán casos de arbitraje.
Saguier admitió la frustración por la falta de compensaciones de Brasil, que ganó competitividad comercial con la devaluación de su moneda en enero, a sus socios. El presidente del Banco Central de Paraguay, Washington Ashwell, aseguró que "se hizo lo que se pudo".
Los socios no pudieron acercar posiciones en cuanto a los regímenes especiales que se mantienen para el azúcar y los automóviles, que debían finalizar antes del 2001, por lo que consideran la permanencia de subsidios y de regímenes para desviar inversiones en ambos sectores.
Del 23 al 25 de junio se reunirán en San Pablo los ministros de Industria de la región con el fin de acercar posiciones en estos dos sectores para discutir el papel que cumplirán los fabricantes de piezas, las compensaciones y el control de los últimos cuatro años en el intercambio argentino-brasileño.
"Hablar de compensaciones no es decir que un país le pague a otro, sino que haya un tránsito ordenado para que no se produzcan desinversiones y que en los dos países se sigan fabricando automóviles 'de punta"', dijo a IPS el secretario de Industria y Comercio de Argentina, Alieto Guadagni.
La entrada a Paraguay de vehículos usados de Japón y Estados Unidos a través de la zona franca de Iquique, Chile, será incluida entonces en las discusiones. Mientras, se decidió tomar todo el año 2000 para llegar a un régimen de libre comercio de azúcar "pero sin subsidios", concluyó Guadagni.
En su relación externa, el Mercosur firmó una declaración de principios para la liberalización de su comercio con Australia y Nueva Zelanda, y condicionó el lanzamiento de negociaciones con la Unión Europea a la inclusión del desmantelamiento de los subsidios al sector agrícola.
Quedó frustrada la firma de un tratado en materia ambiental por discrepancias sobre la incorporación de un capítulo de bioseguridad, pues Brasil defendía la posibilidad de comprar productos modificados genéticamente, como es el caso de la soja transgénica, prohibida en Paraguay.
Un canciller visitante admitió a IPS la discrepancia. El canciller paraguayo confirmó que se seguirá debatiendo al respecto durante el segundo semestre de este año, durante el cual Uruguay estará a cargo de la presidencia rotativa del Mercosur. (FIN/IPS/cm/mj/ip if/99
