La depreciación del real de Brasil, que mejoró la competitividad de ese país e invirtió las corrientes de comercio intraregional, acapara la atención de los ministros y presidentes de bancos centrales del Mercosur, Bolivia y Chile reunidos desde hoy en la capital de Paraguay.
El XVI Consejo del Mercosur (Mercado Común del Sur), órgano que nuclea a ministros de Economía, Industria y Relaciones Exteriores y a presidentes de los bancos centrales, comenzó con menciones a una posible coordinación de políticas macroeconómicas que incluya la concertación de topes al déficit fiscal.
Estas propuestas son formuladas a imagen y semejanza del Tratado de Maastricht, que condujo a la unión monetaria de la mayoría de los países de la Unión Europea el 1 de enero.
La situación creada en Brasil preocupa a sus socios comerciales, que dependen extremadamente de sus exportaciones a ese mercado para sostener reservas internacionales y signos monetarios.
Los cancilleres Guido Di Tella, de Argentina, y Luiz Felipe Lampreia, de Brasil, fueron los últimos en llegar este lunes a Asunción, sabiendo de antemano que serían quienes llevarían el peso de las discusiones del Consejo.
"Nuestro gran peso es que no tenemos peso", opinó el ministro de Industria y Comercio de Paraguay, Guillermo Caballero Vargas, para quien "100.000 kilogramos de azúcar o 30.000 pollos de contrabando" son mucho para descompensar su mercado, aunque para Brasil "sea poca cosa".
El Mercosur está integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que constituyen una unión aduanera. Bolivia y Chile tienen acuerdos de asociación con el bloque, aunque no lo integran de forma plena.
Si Brasil no compensa a sus socios, "no tenemos otra opción que subir aranceles para frenar este ingreso de productos", afirmó Caballero. Esas afirmaciones fueron atemperadas por el ministro de Hacienda de Paraguay, Federico Zayas, quien dijo que no tomarían esas medidas "unilateralmente".
"Si estamos en el Mercosur no podemos tomar resoluciones unilaterales, pero todo es cuestión de conversar y prevalecerá la razón que tenga más peso", agregó Zayas.
Juan Gabriel Valdez, director de Negociaciones Económicas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, consideró "perfectamente razonable y propio de una unión aduanera pedir compensaciones" relativas al "acceso a los mercados" y al fortalecimiento de "los procesos de exportación".
La solución para el esquema "no es menos, sino más Mercosur" completó Valdez, en coincidencia con el vicecanciller paraguayo Carlos Mateo Balmelli, quien admitió a IPS "el desajuste estructural de algunas de las economías de bloque" que deriva en trabas paraarancelarias de Argentina y Brasil.
Mateo manifestó que las discusiones políticas mantenidas por los delegados gubernamentales pretenden motivar resoluciones que apunten a "la liberalización del comercio e igualdad de oportunidades" tanto dentro como hacia afuera de la región.
"No se aceptarán subsidios a productos agrícolas" europeos, dijo el vicecanciller paraguayo al referirse a la posición conjunta del Mercosur de lanzar negociaciones interregionales con la Unión Europea (UE) en todos los rubros a fines de mes en Río de Janeiro.
La noche del domingo llegó a Asunción el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas y canciller de Uruguay, Didier Opertti, quien reafirmó su falta de convicción de que se produzca tal lanzamiento en la cumbre a la que asistirán 48 mandatarios.
Opertti dijo a IPS que espera que este martes salgan cancilleres y mandatarios "con un discurso común" tanto en lo referente al encuentro UE-Mercosur como en la concertación macroeconómica intraregional, a la que consideró en una "fase muy inicial, en el terreno de los ministros de Economía".
El canciller uruguayo respaldó la "idea de un comportamiento ajustado y previsible" de los cuatro miembros del Mercosur, lo que, según lo discutido en la primera sesión de los presidentes de los bancos centrales, se profundizaría con una comisión técnica cuatripartita. (FIN/IPS/cm/mj/ip if/99
