YUGOSLAVIA: La Haya justifica a la OTAN, según EEUU y Canadá

Para Estados Unidos y Canadá el encausamiento por crímenes de guerra que dictó hoy el Tribunal de la ONU para la ex Yugoslavia contra el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic reivindica la ofensiva aérea que la OTAN libra contra el líder cuestionado desde el 24 de marzo.

"Es un apoyo muy fuerte, una ratificación si se quiere, de los objetivos básicos que nos fijamos cuando iniciamos la acción para detener la represión en (la provincia serbia de) Kosovo", declaró el canciller canadiense Lloyd Axworthy, en conferencia de prensa junto con su colega de Estados Unidos, Madeleine Albright.

El procesamiento de Milosevic fue dictado por la principal fiscal del Tribunal con sede en La Haya, la canadiense Louise Arbour.

"Esto realmente deja muy en claro por qué la alianza consideró esencial que tomáramos la acción que hemos tomado, y por qué es importante persistir", agregó Albright.

El procesamiento "le dice al mundo que la causa por la que estamos luchando es justa", declaró el presidente estadounidense Bill Clinton.

Organizaciones de derechos humanos en Washington también elogiaron el histórico procesamiento, el primero dictado por un tribunal de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) contra un jefe de Estado en funciones.

"Dada la escala de las atrocidades cometidas en la ex Yugoslavia y recientemente en Kosovo, sólo podemos lamentarnos de que (el procesamiento) no se haya dictado antes", comentó el director ejecutivo del Comité de Abogados por los Derechos Humanos, Michael Posner.

Las organizaciones Amnistía Internacional, con sede en Londres, y Human Rights Watch, de Nueva York, tuvieron reacciones similares, y declararon que el procesamiento demuestra que los gobernantes no pueden huir de su responsabilidad por atrocidades perpetradas por sus subordinados.

Pero analistas de Washington opinaron que el encausamiento de Milosevic podría dificultar el cese de la guerra. La opinión pública occidental se podría oponer a hacer la paz con alguien procesado por crímenes de guerra y Milosevic quizá no quiera negociar si no se garantiza su inmunidad penal, señalaron.

De hecho, las gestiones de mediación del enviado especial ruso Viktor Chernomyrdin parecen haberse empantanado en los últimos días.

Chernomyrdin advirtió a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), en un artículo publicado por el diario The Washington Post este jueves, que si la ofensiva aérea no cesa pronto solicitará al presidente ruso Boris Yeltsin que se retire de la mediación y se oponga a la alianza en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Chernomyrdin viajará a Belgrado este viernes luego de entrevistarse en Moscú con el subsecretario de Estado estadounidense Strobe Talbott y con el presidente de Finlandia, Martti Ahtisaari.

"El procesamiento es lo correcto, pero el momento no podría ser peor. Milosevic tiene que estar pensando: '¿Qué tengo que perder si continúo la guerra?' ", señaló Julianne Smith, analista del Centro Británico-Estadounidense de Información para la Seguridad, de Washington.

La fiscal Arbour se planteó esa interrogante en su encausamiento contra Milosevic, el presidente de Serbia Milan Milutinovic y otros tres altos funcionarios yugoslavos.

"Soy consciente de la consecuencia que este procesamiento puede tener en el proceso de paz de la República Federal de Yugoslavia", escribió. Pero "no se puede construir una paz creíble y duradera sobre la impunidad y la injusticia", agregó.

También sugirió que la solución diplomática a la guerra quizá no sea posible si su aplicación depende de Milosevic y de los otros funcionarios procesados.

"La evidencia por la que se confirmó este procesamiento plantea serias interrogantes sobre la idoneidad (de los acusados) para ser garantes de un acuerdo, más aun de un acuerdo de paz", escribió Arbour.

El tribunal de La Haya acusó a Milosevic de responsabilidad penal por la deportación de 740.000 albano kosovares y el asesinato de más de 340.

Grupos humanitarios y de derechos humanos calculan que la represión yugoslava contra presuntos miembros del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK) provocó miles y posiblemente decenas de miles de muertos, y que al menos 1,2 millones de albano kosovares fueron obligados a abandonar sus hogares.

La OTAN justificó su ofensiva aérea, que también fue acusada de cometer crímenes de guerra, como una medida necesaria para asegurar el retorno de los refugiados, el retiro de las fuerzas y de grupos paramilitares yugoslavos acusados de violar los derechos humanos, y el ejercicio de la autonomía por los dos millones de habitantes que tenía Kosovo antes del conflicto.

La OTAN también exigió el envío a Kosovo de una fuerza armada internacional con 50.000 soldados para garantizar la seguridad en la provincia. (SIGUE/2-E

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