Mandatarios de 14 países de América Latina se reunirán en México este viernes y el sábado en la XIII Cumbre del Grupo de Río, para preparar la cita con sus pares de la Unión Europea (UE) y revisar la agenda económica y social de la región.
El nuevo encuentro del grupo, creado hace 13 años en Río de Janeiro como un "mecanismo permanente de consulta y concertación política", será el menos formal de su historia y uno de los más productivos, afirmó la cancillería mexicana.
La XIII cumbre se adelantó a las tradicionales fechas de septiembre y agosto de cada año, pues queda escaso tiempo para definir posiciones antes del encuentro con los 15 integrantes de la UE, programada para el 28 y 29 de junio en Río de Janeiro.
Ambas regiones pretenden que la cumbre de junio permita establecer una agenda común para superar las asimetrías en materia de desarrollo social y económico e impulsar el intercambio comercial, que alcanza actualmente unos 80.000 millones de dólares anuales.
La cita de México, que sigue a otras del Grupo de Río realizadas desde 1987 en Uruguay hasta 1998 en Panamá, marcará en gran parte el rumbo de las futuras relaciones con la UE, dijo la ministra de Relaciones Exteriores mexicana, Rosario Green.
La UE mantiene acuerdos de cooperación y asistencia con América Latina y el Caribe desde hace décadas y últimamente busca suscribir acuerdos de liberalización comercial, especialmente con México y los países que forman el Mercado Común del Sur.
Durante los años 90, las exportaciones latinoamericanas y caribeñas a la UE crecieron más lentamente que las dirigidas a otras regiones del mundo, mientras las importaciones de América Latina y el Caribe provenientes de la UE fueron en aumento.
Entre 1991 y 1996, las compras de América Latina y el Caribe a la UE crecieron 130 por ciento, mientras sus exportaciones hacia esa región se incrementaron apenas 13,4 por ciento, según datos del Sistema Económico Latinoamericano (SELA), una organización para la integración regional con 26 miembros, fundada en 1975.
Los estudios del SELA señalan que entre 1991 y 1996 la participación de la UE en el comercio de América Latina se redujo de un 22,6 a un 15,9 por ciento. En contraste, la de Estados Unidos aumentó de 38,3 a 44,8 por ciento.
La cumbre prevista para junio es una de las metas del camino iniciado en 1990, cuando se institucionalizaron los diálogos entre el Grupo de Río y la UE, lo que permitió realizar hasta el momento ocho encuentros entre ministros de Relaciones Exteriores.
Mejorar el intercambio comercial y profundizar la cooperación para el desarrollo y el combate al narcotráfico son los ejes de la relación entre ambas regiones, afirman documentos del Grupo de Río.
Además de las relaciones con la UE, en la cumbre de México los presidentes latinoamericanos, a cuyas actividades tendrán escaso acceso los periodistas, analizarán problemas vinculados con la estabilidad de los mercados financieros internacionales, la democracia y el combate a la pobreza.
Los mandatarios, que se reunirán desde la noche del viernes hasta poco después del mediodía del sábado, se proponen formular propuestas "para evitar una recesión mundial y para establecer el equilibrio del sistema financiero internacional", indicó un boletín de la cancillería mexicana.
Según se informó, asistirán a la cita los presidentes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guatemala, Guyana, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
El Grupo de Río es resultado de la fusión del desaparecido Grupo de Contadora (integrado por México, Colombia, Venezuela y Panamá) y el Grupo de Apoyo a esa organización (integrado por Argentina, Brasil, Perú y Uruguay).
En el marco de la IV Cumbre del Grupo de Río, realizada en 1990 ingresaron oficialmente al organismo Bolivia, Chile, Ecuador y Paraguay, junto a un representante rotativo del Caribe y otro de América Central. En 1994 ingresó Panamá como miembro con derechos plenos. (FIN/IPS/dc/mp/if ip/99)
