La deuda externa de México es hoy de 161.315 millones de dólares, 181,1 por ciento mayor que a inicios de los años 80, cuando este país decretó una moratoria de pagos, informó hoy la Secretaría (ministerio) de Hacienda.
El gobierno afirma que los compromisos vigentes no implican riesgos, pero opositores y algunos expertos dicen lo contrario.
La deuda actual, 25,5 por ciento de la cual corresponde al sector privado, es 8,2 por ciento superior a la de diciembre de 1997 y representa 40,3 por ciento del producto interno bruto de 1998, reveló la Secretaría de Hacienda.
Hoy, cada uno de los 96 millones de mexicanos debe 1.608 dólares por concepto de deuda, 96,3 por ciento más que en 1980, cuando el total sumaba 57.378 millones de dólares y la población llegaba a 70 millones de habitantes, de acuerdo con los datos de Hacienda.
Carlos Marichal, investigador del Colegio de México y autor del libro "Historia de la deuda externa de América Latina", sostuvo que el peso de la deuda impone severos límites a los planes de desarrollo nacional y despierta escepticismo sobre el futuro de millones de personas.
El gobierno de Ernesto Zedillo afirma que la deuda de 1999 es manejable, pues ha sido renegociada en plazos convenientes. Para este año y los dos siguientes los pagos no significan un problema, según portavoces oficiales.
En las últimas dos décadas de programas de ajuste, México pasó de una moratoria de pagos de su deuda, decretada en 1982, a varios episodios de refinanciamiento.
De 1980 a 1996 gastó por el servicio de la deuda alrededor de 215.000 millones de dólares, 53.685 más de lo que suma su deuda actual, según un estudio del grupo Jubileo 2000, integrado por iglesias, sindicatos y grupos civiles de 53 países que pugnan por la condonación.
El problema es que la deuda configura un "círculo vicioso que ahoga a los mexicanos con condiciones de pago que impiden su desarrollo", sostiene Enrique Valencia, miembro del Centro de Investigaciones de la Universidad de Guadalajara.
"Después de años de sacrificio y de duros ajustes se logra pagar el servicio de la deuda, pero el peso de la misma se mantiene y debe recurrirse a nuevas renegociaciones y créditos para mantener el servicio", apunta Valencia.
El opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD) pidió al gobierno de Zedillo reconocer que la deuda externa es un grave problemas y le urgió a sumarse a gobiernos y grupos sociales que pugan por la condonación.
Si un candidato del PRD llega a la presidencia en las elecciones del 2000, el partido procurará establecer una nueva relación con los acreedores y considerará la moratoria de pagos, dicen los dirigentes de ese grupo.
En 1995, organizaciones no gubernamentales de 14 países se reunieron en México para analizar la deuda externa y entre sus principales acuerdos resolvieron exhortar al gobierno de Zedillo para renegociarla, pero con nuevos parámetros y cambiando esquemas financieros.
"México requiere una renegociación auténtica, que mejore las condiciones de pago y las haga realistas", señalaron las organizaciones no gubernamentales en aquella ocasión.
Pero ni ayer ni hoy el gobierno de Zedillo considera esas recomendaciones.
Basado en el repunte que muestra la economía desde 1996, el gobierno afirma que todo está en orden en relación a las deudas y que quedó atrás la crisis de los 80, cuando se decretó la moratoria.
Héctor Chávez, analista del grupo financiero Santander Investment, opinó que México tiene un perfil aceptable de vencimientos de su deuda y posibilidades de refinanciamientos con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En marzo, las autoridades anunciaron que gestionarán ante el FMI un crédito que permitiría a México, en medio de una posible tormenta financiera mundial, anclar sus éxitos económicos.
En diversos foros, los directivos del FMI se declaran satisfechos por el desempeño de la economía mexicana, cuyo producto interno se contrajo 6,2 por ciento en 1995, para luego repuntar 5,1 por ciento en 1996, 6,8 por ciento en 1997 y 4,8 por ciento en 1998. (FIN/IPS/dc/mj/if/99
