MEXICO: Murió el poeta Sabines, el más poeta querido y leído

Jaime Sabines, el poeta más leído y querido de México, el único capaz de reunir en un teatro a una multitud ávida por escucharlo, murió hoy víctima de un cáncer, la misma enfermedad que mató a su padre y a la que cantó en uno de sus más famosos poemas.

Fiel a su carácter de siempre, Sabines permaneció los últimos meses lejos de los reflectores, pero ya no para evitar que lo "contaminen" y obliguen a "escribir cosas comunes" , como alguna vez dijo, sino para esperar la muerte, inevitable, según indicaban los pronósticos médicos.

A sus casi 73 años y con más de una década sin producir nueva poesía, Sabines fue para los críticos uno de los mejores poetas de México.

"Vamos a hablar del Príncipe Cáncer,/ Señor de los Pulmones, Varón de la Próstata,/ que se divierte arrojando dardos/ a los ovarios tersos, a las vaginas mustias,/ a las ingles multitudinarias", escribió el poeta en "Algo sobre la muerte del mayor Sabines", publicado en 1975.

"Mi padre tiene el ganglio más hermoso del cáncer/ en la raíz del cuello, sobre la subclavia/ tubérculo del bueno de Dios,/ ampolleta de la buena muerte,/ y yo mando a la chingada a todos los soles del mundo./ El señor Cáncer, el señor Pendejo,/ es sólo un instrumento en las manos oscuras/ de los dulces personajes que hacen la vida", agregaba.

El célebre poema, una especie de diario, narra la historia del cáncer que sufrió el padre de Sabines (la espera, la muerte, el entierro, el duelo y los sentimientos de ausencia) y se reflejó en el autor sus últimos días como una paradoja.

En sus dos últimas apariciones en público en 1996 y 1997, una en el Palacio de Bellas Artes y otra en la Universidad Nacional Autónoma de México, Sabines reunió a cientos de personas de todas las edades, que en silencio o voz alta celebraban, reían o lloraban cada verso que leía el poeta.

"Morir es retirarse, hacerse a un lado,/ ocultarse un momento, estarse quieto,/ pasar el aire de una orilla a nado/ y estar en todas partes en secreto./ Morir es olvidar, ser olvidado/ refugiarse desnudo en el discreto calor de Dios,/ y en su cerrado puño,/ crecer igual que un feto", escribió.

"Jaime Sabines es un pacto nacional, al que concurren poetas, estudiantes, intelectuales, prófugos de la literatura, entusiastas del bolero, políticos, burócratas y periodistas", sostiene el escritor Carlos Monsivais.

"Francotirador de las letras", como lo llamó el escritor Roberto Fernández Retamar, Sabines se distingue por haber compuesto versos sobre hechos cotidianos con un lenguaje claro y accesible y por tomar el pulso al amor y el desamor, afirman sus críticos.

A pesar de sus ideas políticas conservadoras, que para muchos contrastan con su sensibilidad poética, Sabines recibió por igual el aprecio de militantes de izquierda, centro o derecha.

El poeta sorprendió el año pasado a sus seguidores, entre quienes hubo muchos jóvenes opositores al gobierno, cuando atacó con virulencia a la guerrilla zapatista de Chiapas y a su líder el subcomandante Marcos.

Sabines declaró que ese movimiento está fundado en la mentira y lamentó que el ex presidente Carlos Salinas (1988-94) no los haya exterminado militarmente. Además criticó al obispo de Chiapas, Samuel Ruiz, considerado uno de los íconos de la Iglesia Católica "progresista".

Después de las polémicas declaraciones, la columnista Manú Dornbierer escribió que Sabines es "un espléndido creador y un odioso animal político", mientras políticos opositores dijeron sentirse dolidos y acusaron al poeta de fomentar el linchamiento de los zapatistas.

"¿Cómo alguien con tanta dulzura puede declarar cosas tan duras y falsas?", se preguntó el escritor Germán Dehesa.

Ahora que el poeta murió nadie recuerda al Sabines político y todos quienes lo admiraron se declararon dolidos, mientras en algunas radioemisoras se leyeron fragmentos de sus célebres poemas.

"Recuerdo que recuerdo su nombre,/ sus labios, su transparente falda./ Tiene los pechos dulces, y de un lugar a otro de su cuerpo hay una gran distancia:/ de pezón a pezón cien labios y una hora,/ de pupila a pupila un corazón, dos lágrimas/. Yo la quiero hasta el fondo de todos los abismos,/ hasta el último vuelo de la última ala", fue uno de los poemas recordados.

Y otro famoso: "los amororos andan como locos/ porque están solos, solos, solos,/ entregándose, dándose a cada rato,/ llorando porque no salvan al amor./ Les preocupa el amor. Los amorosos/ viven al día, no pueden hacer más, no saben./ Siempre se están yendo,/ siempre, hacia alguna parte./ Esperan,/ no esperan nada, pero esperan". (FIN/IPS/dc/dg/cr/99)

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