/REPETICION/IRAN-UNION EUROPEA: Esfuerzos por reconstruir relaciones

La Unión Europea (UE) recibió con cautela la decisión de la Suprema Corte de Irán de anular la condena a muerte impuesta al empresario alemán Helmut Hofer por haber mantenido una relación amorosa con una mujer iraní.

El caso Hofer es un obstáculo en los vínculos entre Irán y la UE, que el presidente iraní, Mohammad Jatami, considerado de tendencia moderada, intenta mejorar desde que asumió el poder.

El canciller de Alemania, Bodo Hombach, declaró que el fallo pronunciado en Teherán el sábado, marca "el comienzo de la normalización de las relaciones" entre ambos países.

Diplomáticos de otros países de la UE, sin embargo, se mostraron más precavidos.

Los tribunales de Irán suelen "tomar nota" de los factores políticos, indicó uno de ellos, según el cual "es demasiado pronto para hablar de una verdadera distensión con Teherán".

Otros analistas señalaron que Hofer aún no está a salvo.

Las relaciones entre Europa y Teherán se ensombrecieron años atrás luego que el líder de la revolución islámica iraní, el ya fallecido imán Ruollah Jomeini, pronunciara una "fatwa", una condena a muerte, contra el escritor británico Salman Rushdie.

Rushdie fue considerado blasfemo por el contenido de su libro "Versos satánicos".

Pese a que no hubo cambios en el "caso Rushdie", Gran Bretaña decidió de todos modos normalizar sus relaciones con Irán.

Alemania, en cambio, no deseaba olvidar el caso Hofer, que fue tomado como muestra del tratamiento que reciben los empresarios alemanes en Teherán.

Hofer fue condenado a muerte en 1998 bajo las leyes islámicas de Irán que prohíben las relaciones sexuales entre hombres no musulmanes y mujeres musulmanas.

El caso de Hofer había sido rechazado por el Tribunal Supremo de Irán porque la acusación no estaba sustentada en un número suficiente de testimonios (se requieren cuatro hombres como testigos).

No obstante, el expediente fue derivado a otro tribunal, lo que inquietó a los diplomáticos de la UE.

Las relaciones germanoiraníes empeoraron al producirse la semana pasada el secuestro de un ciudadano del país europeo en Irán, que resultó muerto cuando las fuerzas de seguridad fracasaron en su intento de rescatarlo.

Se sospecha que el acto fue cometido por grupos fundamentalistas que intentan impedir el acercamiento entre Teherán y Occidente.

Anteriormente, la detención en Berlín del iraní Kazem Dharabi, acusado de haber cometido asesinatos políticos en Alemania en 1992, ya había tensado las relaciones bilaterales.

El verdadero problema entre Irán y Europa comenzó en abril de 1997, cuando la justicia alemana descubrió que el asesinato de tres disidentes iraníes en un restaurant había sido cometido por encargo de altos funcionarios del gobierno de Irán, incluido su líder espiritual, el ayatollah Ali Khamenei.

Desde la revolución iraní de 1979, en Europa se reportaron más de 60 asesinatos de iraníes disidentes, pero esta fue la primera vez que un tribunal europeo acusó explícitamente a Teherán de promover el terrorismo internacional.

El embajador alemán en Thereán fue retirado inmediatamente después del fallo, en un gesto imitado luego por los otros países de la UE, con excepción de Grecia.

Jatami, deseoso de atraer inversiones desde Occidente, sólo ha logrado hasta ahora dar los primeros pasos en vistas de una normalización de las relaciones.

El peso que mantienen los fundamentalistas musulmanes en la sociedad y la vida política iraníes son un obstáculo para que el proceso se profundice.

Teherán pidió la libertad de Dharabi, pero el gobierno de Alemania rechazó la solicitud, así como toda posibilidad de "intercambiar" al ciudadano iraní por Hofer.

Un diplomático de la UE observó que la decisión del Tribunal Supremo iraní de anular la condena a muerte de Hofer "al menos elimina la posibilidad de que las relaciones empeoren".

Alemania, al igual que Gran Bretaña, Italia y Francia, está ansiosa por establecer nuevos vínculos con Irán, sobre todo en el plano comercial.

El canciller Hombach viajará próximamente a Teherán para discutir el caso Hofer, entre otros temas, y para preparar el terreno para una visita de Jatami a Europa, proyectada para mediados de marzo.

El canciller de Irán, Kamal Kharrazi, visitó París a fines de junio del año pasado, y Francia respondió mediante el envío de su canciller, Hubert Vedrine, en agosto. También el canciller italiano visitó Teherán en 1998.

La razón principal de esos contactos de alto nivel fue económica, según los analistas.

La petrolera francesa Total invirtió más de 420 millones de dólares en el campo petrolero Siri, en Irán, después de la retirada de la empresa estadounidense Conoco a raíz del embargo económico impuesto por Washington contra Teherán.

Francia, el segundo importador de petróleo iraní, comenzó a construir en Irán un oleoducto que irá del Cáucaso al Golfo.

Alemania también tiene razones económicas y políticas para mejorar sus relaciones con Teherán, ya que el año pasado fue el segundo mayor inversor extranjero en el país asiático después de Corea del Sur.

El conflicto entre kurdos y turcos ha repercutido igualmente de manera indirecta en los vínculos entre Alemania e Irán.

La revista germana Der Spiegel destacó recientemente ka existencia de nexos entre el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y el grupo fundamentalista iraní Pasdaran. Teherán dijo desconocer esos contactos.

El arresto la semana pasada en Kenia del líder del PKK, Abdullah Ocalan, posteriomente trasladado a Turquía, encendió protestas de los refugiados kurdos en toda Europa, en el marco de las cuales tres manifestantes murieron en las afueras del consulado de Israel en Berlín.

Alemania, el país de Europa que alberga la mayor cantidad de personas de ese origen -unos 500.000-, pretende que Teherán restrinja su apoyo a las actividades de los kurdos. (FIN/IPS/tra- en/ys/mk/ceb/99

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