INDONESIA: Gigante petrolero acusado de complicidad en masacres

Mobil, una multinacional petrolera con base en Estados Unidos, colaboró con tropas indonesias responsables de matanzas en áreas de perforación en el norte de Sumatra, según testimonios recogidos por una revista estadounidense.

BusinessWeek, uno de los mayores semanarios de Estados Unidos, publicó la semana pasada un informe de seis páginas titulado: "¿Qué supo Mobil? Tumbas colectivas sugieren una guerra brutal contra guerrilleros indonesios en el patio trasero del gigante del petróleo".

Las revelaciones se produjeron poco después de que otras dos compañías estadounidenses, Freeport McMoran, de Nueva Orleans y CalEnergy, de Omaha, fueran acusadas de prácticas comerciales irregulares en Indonesia por periodistas del diario Wall Street Journal.

La caída este año del régimen dictatorial del general Alí Suharto, que gobernó desde 1966, permitió arrojar más luz sobre el papel de las multinacionales extranjeras en los asuntos indonesios.

Mobil es socia del Estado indonesio en la empresa P.T. Arun, productora de gas natural licuado en la provincia de Aceh, en Sumatra. La multinacional posee 35 por ciento de P.T. Arun, y 55 por ciento pertenece a Pertamina, el monopolio petrolero estatal.

Aceh proporciona alrededor de 30 por ciento del total de las exportaciones indonesias de crudo y gas, y 11 por ciento de las ventas totales del país.

Durante décadas hubo rumores de asesinatos en masa y desapariciones cerca de la zona de perforaciones de Mobil, incluso antes que el Gerakan Aceh Merdeka (Movimiento por Aceh Libre), un grupo separatista local, comenzara a atacarlas, en 1980, y la región fuera puesta bajo control militar.

Este año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos comenzó a exhumar los cadáveres de cientos de personas, torturadas y asesinadas, de una docena de tumbas colectivas en el área. BusinessWeek publicó la fotografía de un soldado indonesio que examina un cráneo desenterrado de esas tumbas.

El informe citó la negativa oficial de Mobil a reconocer su responsabilidad en las masacres, pero también destacó que la compañía admite que abasteció con víveres, combustible y máquinas excavadoras a los soldados que custodiaron la región durante tres décadas.

Un ex empleado de Mobil en Aceh dijo a BusinessWeek que en los lugares de trabajo y en la cafetería de la empresa se discutían a menudo las versiones de matanzas y de uso de las máquinas de la compañía para excavar tumbas.

"Cada vez que me alejaba del lugar (Bukit Sentang), los subcontratistas detenían mi automóvil y me decían: 'No, no vayas a ese lado. ¿No sabes que el ejército esta matando gente y la entierra en tumbas colectivas con equipos de Mobil?"', agregó el entrevistado.

Según activistas locales, unas 39.000 personas desaparecieron en la zona desde 1980. Tras el hallazgo de 150 cadáveres en Bukit Sentang, Baharuddin Lopa, secretario de la Comisión de Derechos Humanos (respaldada por el gobierno), dijo: "Esto prueba que Aceh fue un campo de exterminio".

Un cadáver exhumado tenía los ojos vendados y las manos atadas a la espalda con un cinturón militar. El área de las tumbas, una amplia superficie que abarca desde la selva hasta una plantación de palmeras, es llamada "Lubang Neraka" ("Agujeros del Infierno") por los pobladores locales.

El 10 de octubre, una coalición de 17 organizaciones indonesias de derechos humanos afirmó en una declaración que "Mobil fue responsable de violaciones de los derechos humanos" al proveer apoyo logístico al ejército, incluyendo el equipo empleado para cavar las tumbas colectivas.

Tras la declaración, BusinessWeek envió periodistas para entrevistar a los lugareños. Yusuf Kasim, un granjero que habló con la revista, dijo que el ejército le pagó el equivalente a cuatro dólares por noche por montar guardia para evitar que algún merodeador robara combustible de una excavadora de Mobil.

Kasim aseguró haber visto la ejecución colectiva de 60 o 70 personas con los ojos vendados, con fusiles automaticos M-16. Dijo que les disparaban por la espalda para que cayeran de cara dentro de fosas comunes, excavadas en un arrozal frente a su casa.

El artículo de BusinessWeek causó conmoción en Indonesia, y la Comisión Nacional de Derechos Humanos anunció en Navidad que iniciará una investigación al respecto. "Debemos averguar si esa información es exacta y aclarar los hechos denunciados", declaró Mohammed Salim, un integrante del organismo.

Michael Robinson, portavoz de prensa de la sede central de Mobil en Virginia, dijo a IPS que la compañía no quiere discutir el asunto más allá de lo afirmado en un breve comunicado oficial sobre el informe de BusinessWeek.

"Mobil niega firmemente las acusaciones de complicidad contenidas en el artículo, basadas en su mayor parte en denuncias no comprobadas, rumores e insinuaciones sobre hechos que tuvieron lugar fuera del área de operaciones y el control de Mobil", expresó el comunicado.

George Ajitondro, un académico indonesio exiliado, sumó acusaciones contra Mobil al afirmar que las actividades de la multinacional devastaron comunidades de agricultores y pescadores, mediante traslados forzosos, vertido de petróleo en las aguas, erosión del litoral fluvial y contaminación acústica.

Las explosiones de gas afectaron a las comunidades durante más de 20 años. En diciembre de 1997, unas 1.600 personas debieron huir de sus aldeas luego de que tres pozos de gas natural arrojaron toneladas de barro sobre ellas. Nueve casas se derrumbaron y 188 sufrieron graves daños.

A mediados de 1991 se informó que 60 por ciento de los pescadores de aldeas en el área de Lhokseumawe estaban al borde de la inanición por el bajo volumen de capturas en los tres años anteriores, debido a las actividades de la empresa petrolera.

A comienzos de este mes, cuatro pobladores de Desa Ampeh, en Aceh septentrional, demandaron a Mobil Indonesia por unos 1,33 millones de dólares, por apropiarse de sus tierras y del cementerio local para construir un aeropuerto.

Robinson dijo a IPS que la demanda judicial no tendrá consecuencias para la empresa estadounidense. "No podríamos quitarle nada a nadie en Indonesia", porque Mobil de Estados Unidos no tiene propiedades en ese país, explicó. (FIN/IPS/tra- en/pc/kb/ego/mp-ff/hd/98

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