La mayoria de los jovenes de Brasil entre 14 y 24 años considera que una tarjeta de crédito les garantiza más derechos ciudadanos que la cédula de identidad, según una encuesta realizada este año.
La encuesta, realizada entre mayo y octubre y divulgada por la organización no gubernamental Proyecto Aprendiz, pretende evaluar las percepciones y tendencias político-ideológicas entre los jóvenes que formarán la elite dirigente del país a principios del próximo siglo.
La casi totalidad de los 4.000 entrevistados, mayoritariamente alumnos de escuelas privadas, consideran que el dinero es lo más importante y puestos a elegir entre una tarjeta de crédito y la cedula de identidad, 97 por ciento se queda con la primera.
Los resultados del estudio indican que 44 por ciento de los entrevistados no quieren votar y 63 por ciento de ellos no señalaron más de 10 personalidades públicas con credibilidad y autoridad moral.
Entre las razones para ese pesimismo generalizado, le encuesta señala tres: el desinterés casi absoluto de los jóvenes por la política, la falta de información sobre lo que es la política y los políticos, y por último, la sensación generalizada de que la política no sirve para nada.
Los jovenes no incluyen el voto entre los principales deberes de un ciudadano. Para la mayoría de los entrevistados, un ciudadano es alguien que cuida bienes públicos, como el ambiente, y lucha para que los derechos de las personas sean respetados.
El concepto de ciudadanía emitido por los jóvenes entrevistados revela que no son una generación de cínicos. El 75 por ciento expresó que ha llegado el momento de eliminar el hábito de votar por politicos que "roban pero hacen algo".
"Confianza" fue la calidad más valorada por los jóvenes cuando se les pidió que mencionaran el perfil de líderes de su generación, en tanto la ideología y la honestidad fueron poco mencionadas.
La mitad de los entrevistados opinó que el lugar ideal para obtener información política sería la escuela, pero que hoy ella es omisa en la cuestión.
Casi la misma proporción dijo que la mejor forma de entender la política sería a través de debates públicos de políticos y líderes comunitarios con adolescentes, lo que en Brasil sólo ocurió en raras oportunidades, en la campaña electoral que concluyó en noviembre último.
La actitud general de los jovenes brasileños ante los medios de comunicación es reveladora de la percepción que tienen del ambiente en el que están llegando a la madurez.
Se quejan que los diarios ensucian las manos, sólo hablan de políticos y, cuando los leen, prefieren las páginas deportivas, de espectáculos, automóviles o artistas, y turismo.
Tienen una mayor identificación con la televisión, pero 79 por ciento expresaron que ella "muestra cosas que no son verdaderas, para aumentar el consumismo de los espectadores".
Internet es el único medio de comunicación que recibió un respaldo integral por parte de los jóvenes consultados en la encuesta organizada por el Proyecto Aprendiz.
La encuesta reveló con claridad la enorme distancia existente entre los valores de la actual generación de líderes nacionales y los jóvenes que en un par de años asumirán puestos de mando.
Los entrevistados dejaron en claro que, para ellos, ciudadanía y política son conceptos prácticamente antagónicos, contrariando la retórica de las actuales elites gubernantes.
La existencia de percepciones tan distintas plantea algunos interrogantes sobre la coyuntura futura no sólo en Brasil, sino también en otros países latinoamericanos, porque la globalización está eliminando una serie de diferencias entre los adolescentes de distintas nacionalidades.
Cuando los jóvenes valoran más la tarjeta de crédito que la cedula de identidad, algo muy serio está pasando ante los ojos de la elite dirigente latinoamericana. (FIN/IPS/cc/ag/ip/98
