Los ministros de Defensa de los países americanos finalizaron hoy su encuentro en Colombia con el compromiso de fortalecer el diálogo hemisférico para enfrentar los retos de la agenda de la seguridad colectiva.
Los 33 ministros de Defensa reunidos desde el lunes en la ciudad caribeña de Cartagena manifestaron su apoyo a las operaciones hemisféricas orientadas al mantenimiento de la paz y la democracia.
La cooperación para la lucha contra el terrorismo y el tráfico de drogas ilícitas, de armas y explosivos, también fue consignada en la Declaración de Cartagena, que consta de 21 puntos.
Así mismo, los participantes en la III Cubre de Ministros de Defensa de la Organizacón de Estados Americanos (OEA) respaldaron el esfuerzo del organismo regional para liberar a los paises del área del peligro que representan las minas antipersonales enterradas en antiguas zonas de conflicto.
El ministro de Defensa de Estados Unidos, William Cohen, destacó el acuerdo de Ecuador y Perú para la demarcación y desminado en sus fronteras bajo la supervisión de la OEA.
Los funcionarios presentes en Cartagena respaldaron también la gestión de la OEA para el control del tráfico de armas, que calificarpon de importante paso para eliminar los factores de riesgo de conflicto.
América Latina, de regreso a la democracia después de décadas de dictadura en varias naciones, encuentra problemas como la corrupción, el tráfico de armas y drogas, el terrorismo y conflictos fronterizos que sólo son superables con el fortalecimiento del diálogo regional, observaron los ministros.
Así mismo, reconocieron la importancia de la Convención Interamericana contra la fabricación y tráfico ilícito de armas de fuego, municiones y explosivos, por los potenciales efectos desestabilizadores que esa actividad conlleva.
Pese a que la detención del ex presidente chileno Augusto Pinochet no se debatió en la reunión, varios ministros expresaron sus opiniones sobre el tema.
El ministro de Defensa de Argentina, Jorge Domínguez, se pronunció por el respeto a la jurisdicción territorial, que en el caso de Pinochet fue desbordada por la intervención de la justicia española, que pidió la extradición del ex dictador.
Para Dominguez, casos como el del general chileno retenido en Londres ameritan la pronta creación de un tribunal penal internacional, con reglas claras y definidas y supervisadas por la Organización de las Naciones Unidas.
La reunión de Cartagena fue calificada por el ministro de Defensa de Colombia, Rodrigo Lloreda, de instancia importante para "el manejo y la comprensión de los retos que enfrenta la seguridad hemisférica en la nueva agenda global".
Estos temas, según el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, están relacionados con el combate contra el terrorismo y contra el tráfico de drogas ilícitas y de armas, y con la defensa del ambiente y de los derechos humanos entre otros.
En el encuentro se evidenciaron "las nuevas realidades y los retos que enfrentan los países para garantizar la seguridad hemisférica", dijo Lloreda.
Para Alfredo Rangel, investigador de la privada Fundación Social, de Colombia, los temas tratados en la III Conferencia de Ministros se incriben en el proceso de cambios estructurales de la mayoría de los países del continente.
Según Rangel, esos cambios fueron precipitados por una serie de circunstancias vinculadas al colapso de los países socialistas de Europa oriental.
El fin de la guerra fría y el agotamiento de los proyectos de lucha armada de la insurgencia en América Latina cambiaron el concepto de seguridad para los ejércitos de la región, agregó.
A juicio de Rangel, las nuevas prioridades de la seguridad regional son el combate contra el narcotráfico y el terrorismo, el cuidado del ambiente, las migraciones ilegales y la garantía de respeto de los derechos humanos.
En ese nuevo orden, la situación del Ejército colombiano, según Rangel, "es muy partiicular, pues el único del continente que afronta la amenaza insurgente".
Ese hecho obliga a las Fuerzas Armadas colombianas a concentrar buena parte de su esfuerzo en el combate contra los rebeldes, pero también deben empezar a transformarse en una institución capaz de asumir los retos de la seguridad democrática. (FIN/IPS/jc/ff/ip/98