El nigeriano Wole Soyinka, premio Nobel de Literatura de 1986, volvió hoy a su país tras cuatro años en el exilio, y fue recibido por miles de simpatizantes que celebraban su retorno.
El escritor, que también es uno de los más conocidos luchadores por la democracia en Nigeria, fue recibido por miles de personas en el aeropuerto de Lagos y llevado en andas, mientras la gente bailaba y coreaba su nombre.
Inmediatamente después de la recepción, Soyinka visitó las tumbas de Moshood Abiola, presunto ganador de las elecciones presidenciales de 1993 fallecido en la cárcel este año, y la de la esposa de éste, Kudirat, muerta en circunstancias dudosas en 1996.
Al salir del cementerio, Soyinka declaró que el recuerdo de las muertes de Abiola y su esposa lo conmovieron más que la recepción en el aeropuerto.
"La vuelta de Soyinka es un espaldarazo para el gobierno del presidente Abdulsalaam Abubakar", dijo a IPS un alto funcionario este jueves. El escritor, de 64 años, se reunió con Abubakar en Nueva York, en septiembre, y elogió el programa de reformas aplicado por el gobernante militar.
Soyinka huyó de Nigeria en noviembre de 1994, luego de que el entonces dictador general Sani Abacha le prohibiera viajar y confiscara su pasaporte. Abacha murió repentinamente el pasado junio y Abubakar tomó su lugar.
Desde que asumió el poder, Abubakar puso en libertad a destacados presos políticos, como el ex jefe de Estado Olusegun Obasanjo, y retiró los cargos de traición contra activistas exiliados. El líder también prometió celebrar elecciones multipartidarias el 29 de mayo de 1999.
"El retorno de Soyinka sugiere que cree en el programa de transición actual y en la sinceridad de este gobierno", dijo este jueves a IPS el analista político de Lagos Olutoyin Abdulwaheed.
"También envía una fuerte señal a aquellos militares que quizá quieran detener la marcha de Nigeria hacia la democracia, de que deben prepararse para enfrentar a la poderosa figura de Soyinka", sostuvo.
El retorno del escritor tiene lugar mientras la oposición se encuentra dividida, incluso las organizaciones humanitarias y democráticas que denunciaron y expusieron los excesos de Abacha.
Pero Soyinka descarta participar en la política nigeriana y dijo que se encuentra en el país por una visita de trabajo de seis días. Los activistas democráticos de Lagos manifestaron su beneplácito por la recepción brindada al premio Nobel en el aeropuerto.
"El tipo de recepción que se le brindó a Soyinka fue un claro indicio de que después de todo, vale la pena que la gente tenga una buena opinión de uno", señaló el activista Tokunbo Afikuyomi, quien también acaba de volver del exilio.
"Con el arribo de Soyinka se organizarán iniciativas y conferencias dirigidas a que el pueblo se levante y exija el fin de la dictadura militar en Nigeria", sostuvo Arthur Nwankwo, de la opositora Coalición Nacional Democrática.
Agregó que "su vuelta es un paso en la dirección correcta, es buena para la democracia", y que la principal estrategia del movimiento democrático es impedir que los militares interrumpan la marcha hacia la democracia en este país.
"Seguiremos educando a los nigerianos. Seguiremos alertando al público sobre los peligros de la dictadura militar", expresó.
Las medidas de Abubakar brindaron cierta credibilidad al gobierno y también mejoraron la imagen de Nigeria ante la comunidad internacional.
Los países donantes se comprometieron a reanudar la ayuda a Nigeria, y la Comunidad Británica de Naciones, que en 1995 suspendió a la nación africana de la organización, también prometió aceptarla nuevamente.
Nigeria recibió otro espaldarazo el miércoles cuando Ramón de Miguel, secretario de Estado para la Unión Europea (UE), se reunió con Abubakar en Abuja y anunció que el bloque pronto retirará las sanciones impuestas a este país hace varios años.
Pero De Miguel puntualizó que la UE mantendrá el embargo de armas y la prohibición de entrenamiento militar hasta nuevo aviso. (FIN/IPS/tra-en/ro/to/mn/aq/hd-ip/98
