El ex dictador Augusto Pinochet es llamado ahora en Chile "El paciente inglés" tras su detención en una clínica de Londres, mientras proliferan los grafitos con la leyenda "Gracias Lady Di por favor concedido".
Las referencias a los dotes milagrosos de la fallecida Diana Spencer y a la película que arrasó con los premios Oscar en 1996 son la expresión humorística de los vastos sectores de la población chilena que rechazan a Pinochet.
Pero también hay quienes se identifican con el anciano general de casi 83 años con una pasión que a veces raya con el fanatismo, con lo cual se reproduce una vez más en Chile la polarización en torno a la figura del ex dictador.
Un grupo denominado "Mujeres por la Dignidad", que encabeza la senadora Evelyn Matthei, organizó vigilias la noche del martes en las cercanías de la embajada de Gran Bretaña en Santiago para protestar contra el gobierno laborista de Tony Blair.
A la misma hora, unos 4.000 jóvenes intentaban manifestar su apoyo al arresto del ex dictador en la Alameda Bernardo O'Higgins, la principal avenida de Santiago, en una marcha no autorizada, fuertemente reprimida por la policía de Carabineros.
Hubo más de 80 detenidos en incidentes entre agentes policiales y manifestantes, identificados con organizaciones políticas de centro e izquierda y organismos humanitarios se quejaron por la dureza de la acción represiva.
"Hay un doble estándar. A nosotros nos dan con todo mientras tratan con 'guante blanco' a los derechistas que atacan las embajadas de España y Gran Bretaña", dijo a IPS un militante de la Juventud Comunista.
Los partidarios de Pinochet tienen como blanco de sus protestas las sedes diplomáticas de Londres y Madrid y también a institutos culturales, empresas y hasta productos que se identifican con esos dos países.
En un clima que reproduce la furia de la extrema derecha tras la derrota del ex dictador en el plebiscito presidencial de octubre de 1988, grupos de seguidores de Pinochet provocaron incidentes en los barrios residenciales de Santiago.
La policía informó de unos 90 detenidos en diversos lugares de los municipios de Las Condes, Providencia y Vitacura, donde se encuentran la mayoría de las sedes diplomáticas y en los cuales la derecha tiene un amplio apoyo electoral.
Jóvenes que guardaban banderas británicas para concurrir a los partidos de fútbol imitando a los "hooligans", se envolvieron en ellas para expresar su apoyo a la detención preventiva de Pinochet durante la reprimida marcha en la Alameda.
Estas actitudes son, a la postre, desagravios para los diplomáticos de Gran Bretaña, que han debido observar la quema de banderas de su país durante las manifestaciones de protesta de los partidarios de Pinochet.
El mosaico de reacciones en Santiago incluye espontáneas reuniones de antiguos militantes de izquierda en bares de la capital para entonar las viejas canciones de la guerra civil de España en homenaje a los jueces de ese país que abrieron el juicio contra Pinochet.
El juez Baltazar Garzón, quien pediría la extradición de Pinochet de Gran Bretaña a España, es igualmente aplaudido por las organizaciones de derechos humanos como condenado por la derecha y los sectores militares.
Dirigentes de la oposición derechista que viajaron a Gran Bretaña dijeron allá que la detención de Pinochet en el centro médico London Clinic fue obra de una "confabulación del socialismo internacional" originada en Chile.
Similares acusaciones lanzaron en Santiago el senador designado y almirante en retiro Jorge Martínez Busch, ex jefe de la Armada, y el ex vicecomandante del Ejército, general también retirado Sergio Villarroel.
La polarización provocada por el caso Pinochet llevó al intendente (representante del gobierno) de la región Metropolitana, Ernesto Velasco, a manifestar su preocupación por los crecientes grados de violencia en las manifestaciones.
Velasco calificó de "descortesía" la actitud del alcalde de Providencia, Cristián Labbé, quien eliminó los estacionamientos públicos de la embajada británica y suspendió la recolección de basura de esa sede diplomática.
"La imagen internacional que está dando el país por estos hechos es pésima", dijo el intentendente, quien invitó a recapitular a Labbé, un coronel retirado y ex viceministro de la dictadura de Pinochet, afín a la derechista Unión Demócrata Independiente.
Labbé rechazó el llamado del intendente, dijo que por ningún motivo revocará sus decisiones y sostuvo que está empleando "la táctica del mosquito", para "picar y molestar" a un país que, a su juicio, atropelló la soberanía de Chile. (FIN/IPS/ggr/mj/hd ip/98
