El sistema de abastecimiento de agua potable de Senegal no logra cubrir las necesidades de una población urbana en permanente expansión, y todo parece indicar que esta crisis no será fácil de resolver.
En este momento 48 por ciento de la población de Senegal no tiene acceso al agua potable, mientras la demanda del precioso líquido aumenta en cinco a seis por ciento cada año. El consumo por habitante es de 25 litros, por debajo de los 35 mínimos que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El problema afecta directamente a los centros urbanos, cuya población aumenta en cuatro por ciento al año. En la actualidad, las ciudades albergan a 45 por ciento de los 8,5 millones de habitantes de Senegal.
En la capital, Dakar, la escasez de agua es crónica y sus tres millones de habitantes se han visto forzados a convivir con la realidad de los racionamientos y cortes en el servicio.
Todos los estudios revelan que el aumento de población es sólo parte de un problema que tiene su origen en la deficiente infraestructura de abastecimiento, establecida antes de la independencia de Francia, en 1960.
Ahora, la escasez es un fenómeno de todos los días, incluso para quienes están conectados a las tuberías.
"Nosotros cortamos el agua de algunos vecindarios, para que otras zonas también puedan obtener algo", en especial cuando están al final de la tubería o en partes altas, explicaron en la Sociedad Nacional de las Aguas de Senegal (SNAS).
"Las restricciones pueden oscilar entre una disminución parcial del volumen de agua entregado y el corte total del servicio", añadió un portavoz de la compañía, responsable del manejo del sector sanitario en este país.
El déficit de agua de la capital, que era de cuatro por ciento en 1984, ya llegó a 30 por ciento, equivalente a 100.000 metros cúbicos diarios. Y algunas áreas en las afueras de Dakar están completamente aisladas de la red de distribución.
Mientras, la Sociedad de Distribución de las Aguas (SDA) destacó que las zonas residenciales son establecidas sin una planificación adecuada, y después es muy difícil dotarlas de tuberías. Una de las consecuencias de ese fenómeno es que la población crece más rápido que el sistema de entrega de agua.
"Algunas veces pasamos hasta 48 horas sin ver una gota de agua", dijo la señora Ndiaye, un ama de casa de la capital. "Los cortes suelen ser los fines de semana, desde el viernes en la noche hasta el lunes por la mañana".
Las organizaciones de consumidores no ocultan su malestar por esta situación.
"Senegal está lleno de agua pero la gente sufre de escasez… eso no es normal", dijo el secretario general de una asociación de usuarios de servicios de agua, teléfono y electricidad, Assane Pablo Fall.
Pero lo más sorprendente, según denunció Fall, es que la SDA sigue enviando "elevadas cuentas de agua" pese a su incapacidad para brindar el servicio. "Creemos que el Estado debe intervenir para resolver este problema".
La SDA, perteneciente a la francesa Lyonnaise des Eaux que se hizo cargo de la distribución de agua hace dos años, inició un proyecto para la rehabilitación de los equipos existentes con la finalidad de minimizar las filtraciones.
"Desde la época de la independencia que esta red está sobrecargada. Nosotros apenas hemos comenzado con este trabajo inmenso de rehabilitación, y debo decir que no es fácil", comentó el portavoz de la SDA.
Los primeros pasos del proyecto incluyen el reemplazo de las tuberías maestras de la red de Dakar y de los medidores de los usuarios.
Entretanto SNAS, que tiene a su cargo la producción del agua potable, inició un proyecto para aumentar el abastecimiento de la capital de 59.000 metros cúbicos diarios. Pero aún demorará 20 meses, a un costo de 120 millones de dólares.
También hay planes para incorporar 34.000 viviendas de sectores de bajos ingresos a la red de agua. Y en las zonas rurales, el gobierno planificó la apertura de 70 nuevos pozos para extraer agua subterránea, que reforzarán el aporte de los 800 que ya están en funcionamiento. (FIN/IPS/tra-en/as/nrn/kb/lc-ml/en/98
