El Palacio Nacional de Guatemala, sede del gobierno y también de conspiraciones políticas, inició una nueva etapa como centro cultural, para albergar en sus salones manifestaciones del arte.
Inaugurado el 10 de noviembre de 1943 para celebrar el cumpleaños del dictador Jorge Ubico, el enorme edificio fue construido al estilo de lo que se llamó "renacimiento hispano- guatemalteco", y su modelo fue el palacio de los Condes de Monterrey, en Salamanca, España.
En sus patios, arriates y pilas, así como en los artesonados del Salón de Banquetes, se puede apreciar también la influencia del estilo mudéjar.
Artistas de la talla de Carlos Rigalt, Julio Urruela y Rodolfo Galeotti engalanaron el edificio con sus pinturas, vitrales, relieves y bronces.
Para algunos, la transformación operada es una muestra de los vientos de cambio, que aunque no con mucha fuerza, soplan en Guatemala desde diciembre de 1996, cuando el gobierno y la guerra firmaron un acuerdo para poner fin a un sangriento enfrentamiento armado de más de tres décadas.
Un sector del Palacio Nacional de la Cultura, como se llama ahora, fue inaugurado el 24 de junio.
"Me parece excelente la idea de convertirlo en un lugar donde la Cultura puede escribirse así, con mayúsculas", comentó el publicista argentino Jorge Carro, residente en Guatemala.
Carro se declaró "impresionado" por la exhibición "de las colecciones de arte rescatadas de las húmedas cajas y de los polvorientos depósitos en que descansaban del pillaje y la sinrazón".
A su juicio, quizás lo más trascendente de esas colecciones sean las obras expuestas en 11 salas del segundo nivel, a las que se accede por un "petit foyer".
Las 350 habitaciones y los 8.900 metros cuadrados del Palacio son visitados por turistas y escolares, que llegan allí conocer el arte, la cultura y la historia del país. (FIN/IPS/cz/ff/cr/98
