Perú vive la experiencia sin precedentes de un primer ministro discrepante con el gobierno al que pertenece, Javier Valle Riestra, cuya ideología provoca desconfianza en la mayoría parlamentaria oficialista.
Ni el presidente Alberto Fujimori ni Valle Riestra, quien el día 4 cumplirá un mes como presidente del Consejo de Ministros, disimulan sus discrepancias, que desconciertan por igual a analistas, opositores y parlamentarios oficialistas.
Miguel Velit, uno de los dirigentes de la bancada gubernamental, advirtió que el día 6 dicho bloque parlamentario votará en contra de las propuestas del primer ministro que "no provengan de la ideología del presidente Alberto Fujimori".
En esa fecha, Valle Riestra deberá exponer ante el Congreso la postura del gabinete ministerial que preside sobre una serie de asuntos políticos, en los que el primer ministro se encuentra más cercano a la oposición que al gobierno.
La oposición se prepara para introducir en el debate varios asuntos sensibles para Fujimori: su intención de postularse a una segunda reelección consecutiva (que la Constitución prohibe), el fracaso de su política para reducir el desempleo y el siempre presente tema de las violaciones de los derechos humanos.
"Será una situación definitoria para el primer ministro, pues debe defender la línea de Fujimori -autoritaria en lo político y neoliberal en economía- o exponer su propia posición, liberal en lo político y de línea económica socialdemócrata", dijo la socióloga Imelda Vega.
El parlamentario opositor Fernando Olivera expresó en su estilo mordaz que "si no ha renunciado antes, el 6 de julio Valle Riestra deberá dar una segunda prueba de amor al gobierno, porque ya perdió la virginidad política al aceptar el cargo que ahora ocupa".
Si bien la mayoría oficialista advierte que podría votar en contra del primer ministro, e inclusive censurarlo, en la oposición las opiniones se dividen entre quienes proponen apoyarlo, para agravar las discrepancias internas en el gobierno, y los que tratarán de acelerar su caída.
"No aceptaremos que nos haga un discurso histórico para evadir los temas concretos, pediremos una respuesta clara sobre los ingresos del jefe del Servicio de Inteligencia, su posición respecto de la política económica del régimen y la cuestión de la reelección", anticipó el congresista Alfonso Grados.
En el socialdemócrata Partido Aprista, al que perteneció Valle Riestra y cuya ideología dice mantener, uno de sus más importantes dirigentes, Alberto Valencia, propone ayudar al primer ministro a mantenerse en el cargo "porque su presencia en el gobierno le hace bien a la democracia".
"Valle Riestra proclama que su intención es democratizar al gobierno autoritario y que se propone convencer a Fujimori de no postularse a la reelección en el año 2000, sino en el 2005, debemos apoyarlo porque si tiene éxito habrá ganado la sensatez", dijo Valencia.
En la recomendación de apoyar al primer ministro formulada por el dirigente opositor hay un cálculo político y electoral que él no oculta: conseguir que su partido, que actualmente tiene menos de cinco por ciento de votación potencial, según las encuestas, pueda ganar tiempo para mejorar sus posibilidades futuras.
"Por ahora, lo importante es evitar que se produzca un estallido de violencia o un golpe militar, porque la candidatura reeleccionista de Fujimori está escindiendo al país y radicalizando a los sectores populares y juveniles", afirmó Valencia.
En su opinión, si Fujimori es convencido de postergar su intención reelecionista, "un futuro gobierno democrático permitiría el retorno del ex presidente aprista Alan García (1985- 90), actualmente exilado, y en las elecciones del año 2005 Fujimori, tendría que competir con él".
Entre tanto, en las filas de la mayoría parlamentaria, el desconcierto sobre la conducta a seguir durante la inminente exposición del primer ministro, es más acentuada aún.
El parlamentario Miguel Velit desmintió la insistente versión periodística local sobre desacuerdos surgidos en algunas reservadas reuniones de la mayoría parlamentaria oficialista en torno de Valle Riestra y sus previsibles propuestas.
"No nos hemos reunido para discutir eso. Pero es evidente que discrepamos con él en muchas cosas, como su propuesta de indultar a la terrorista norteamericana Lori Berenson, que Valle Riestra considera conveniente para mejorar la imagen del Perú ante el gobierno de Estados Unidos", afirmó.
"Tendremos que discernir entre las opiniones personales de Valle Riestra, las que respetamos pero no necesariamente compartimos, y la posición del Consejo de Ministros, en donde, como todos sabemos, está en condición absolutamente minoritaria en una serie de temas", dijo el oficialista Ricardo Marcenaro.
Fujimori ganó las elecciones de 1990 encabezando un movimiento independiente que proclamaba la inoperancia de los partidos tradicionales, no ha formado una organización partidaria propia ni se ha comprometido con ninguna línea ideológica.
En consecuencia, el único referente ideológico al que pueden apelar los parlamentarios que lo representan en el Congreso es su expresa voluntad personal, que según sus adversarios les llega como una orden que no puede discutirse.
En varias ocasiones, Fujimori ha corregido públicamente anuncios de sus ministros -incluyendo a Valle Riestra, en el tema del indulto a Berenson- y también ha rechazado leyes aprobadas por su mayoría parlamentaria, que las recibió y corrigió disciplinadamente.
"Nunca sabremos si ese nuevo formato de gobierno -un presidente autoritario con un primer ministro discrepante- es una táctica de Fujimori u ocurre porque nunca tuvo un ministro con la voluntad de contrariar su palabra como la tiene Valle Riestra", dijo Mirko Lauer, en su columna en el diario La República.
"Falta saber si el proyecto político de Fujimori de tener a Valle Riestra en el gabinete para suavizar la imagen de su régimen va a funcionar y por cuanto tiempo", concluyó Lauer. (FIN/IPS/al/ag/ip/98
